Hace ahora un año, cuando Ainhoa Armentia cumplía 43 años, celebraba su cumpleaños junto a sus compañeros de trabajo, entre los que se encontraba Iñaki Urdangarin, para después hacerlo en su casa de Vitoria, junto a su marido y sus dos hijos. Este 20 de noviembre, muchas cosas han cambiado en la vida de la joven vasca, que soplará las velas separada y junto al hombre que la llevó a protagonizar uno de los mayores escándalos de los últimos tiempos.

Su “pillada” paseando junto al marido de la infanta Cristina por una playa francesa en enero de este año salió en la portada de la revista Lecturas y provocó un huracán nacional. Su nombre, el de una joven anónima madre de familia y trabajadora de una gestoría, se vio abriendo los informativos del diecinueve de enero y, durante semanas, el país entero hablaba de ella. Quién era, a qué se dedicaba, cómo era su vida, desde cuándo estaba relacionada con Iñaki Urdangarin… Un sinfín de preguntas pusieron el ojo sobre ella y, un gran escándalo, sobre él. Urdangarin le estaba siendo infiel a su mujer, la infanta Cristina, mientras afrontaba su tercer grado penitenciario en el domicilio materno, en Vitoria.El escándalo dio paso a la separación (física y definitiva) del matrimonio Urdangarin Borbón, pero no dio al traste con la nueva historia de amor. Iñaki y Ainhoa se habían enamorado e iban a por todas. La joven se separó de inmediato y, el ex duque de Palma, capeó la polémica y empezó a hablar de su divorcio con la hermana de Felipe VI. Un divorcio que, casi un año después, aún no ha llegado.
Lo que sí ha llegado es la calma y la estabilidad. La tranquilidad ha vuelto a la ciudad de Vitoria, donde los dos enamorados siguen compaginando su papel de padres -Iñaki está muy unido sus hijos y los ve con mucha frecuencia tanto en Vitoria como en Barcelona o Ginebra, donde reside su hija pequeña Irene- con su historia de amor. Ya pueden pasear tranquilos, salir a comer, ir conociendo a sus respectivas familias… La prensa ha dejado de acompañarles en todos sus pasos y ya son unos novios “casi normales”.

El domingo, Ainhoa podrá soplar las velas junto a su compañero, el mismo al que la vimos consolando este verano en el interior de un coche mientras lloraba a moco tendido. La vida tras la cárcel no está siendo fácil para el que fuera yerno del rey Juan Carlos. No hay trabajo para él a la vista, no llega el divorcio y las heridas de su paso por prisión y sus años de condena aún siguen abiertas. Sus hijos, el deporte y su novia, son sus grandes alegrías en estos momentos.El domingo, Ainhoa podrá soplar las velas junto a su compañero, el mismo al que la vimos consolando este verano en el interior de un coche mientras lloraba a moco tendido. La vida tras la cárcel no está siendo fácil para el que fuera yerno del rey Juan Carlos. No hay trabajo para él a la vista, no llega el divorcio y las heridas de su paso por prisión y sus años de condena aún siguen abiertas. Sus hijos, el deporte y su novia, son sus grandes alegrías en estos momentos.

De momento, este fin de semana es para celebrar la vida. Ainhoa Armentia cumple 44 años y tiene mucho que celebrar. Su familia y su novio esperan poder hacerlo con ella y tendrá planes para todos.