En 2019, Leonor de Borbón se estrenó como princesa de Girona, pero no hasta hoy cuando ha pisado por primera vez la ciudad. Lo ha hecho acompañada de su hermana menor, la infanta Sofía, con quien ha mostrado una gran complicidad, y juntas han visitado esta mañana a la sede de la Fundación Princesa de Girona, en el centro de la urbe catalana.

Más tarde y guiadas por Ferran Adrià, las hijas de los reyes de España han visitado el museo elBulli1946, abierto para preservar el legado del que fue el mejor restaurante del mundo. Aunque esta cita no estaba prevista, ha sido la propia princesa Leonor quien ha querido conocer las instalaciones de la empresa hostelera.
Sin embargo, uno de los detalles que más ha llamado la atención de los ciudadanos no ha sido que la infanta y la princesa hayan acudido solas sin sus padres, ni siquiera ver a las hermanas de la mano ni el cambio de planes por el deseo de Leonor de conocer elBulli1946. La cosa va más allá: Leonor está recibiendo críticas en redes sociales porque hay quienes consideran que el vestido elegido, de la marca Lady Pipa –una de sus favoritas de su madre la reina Letizia y con las que luce siempre elegante–, le quedaba grande y, además estaba arrugado.

“Se lo compró grande por si crece”, escribía una usuaria de TikTok, “¿el vestido es así sin planchar?”, se cuestionaba otra, “Leti no la puede dejar sola”, contestaba alguien más. Aunque hay quienes han salido a defender a la princesa de Asturias y Girona haciendo hincapié en que esas telas son complicadas y que, seguramente el vestido estuviese planchado, pero se arruga rápidamente, por ejemplo, al sentarse o agacharse.
