Este fin de semana ha sido especialmente movido en el panorama social nacional. Una de las citas más comentadas ha estado protagonizada por Joaquín Astolfi, sobrino del jinete Luis Astolfi, y su novia Alba María Valenzuela Martín. Ambos se han dado el "sí, quiero" en la Real Parroquia de Señora Santa Ana, conocida como la Catedral de Triana.
Cientos de invitados esperaban a los recién casados con gran alegría en una jornada primaveral en la capital andaluza. La novia se decantó por un clásico vestido con hombros al aire que apostaba por un favorecedor cuerpo ceñido y una falda en forma de A con larga cola. El velo de tul sumaba dosis de tradición a este estilismo.
Pese a que el outfit de la novia siempre es el más esperado, una de las invitadas le ha robado a Alba María Valenzuela Martín parte de la atención mediática. La italiana Simona Gandolfi, mujer de Hubertus von Hohenlohe (hijo de la princesa Ira de Fürstenberg), se ha alzado como la invitada de más de 60 años más llamativa de lo que llevamos de temporada de eventos.
Gandolfi ha dejado claro que no tiene miedo al riesgo al decantarse por un look que genera amor y odio a partes iguales. La italiana llegó a la Catedral de Triana con un estilismo que aúna dusty rose, un delicado rosa pálido ligeramente empolvado, y fucsia en un combo cromático de alto impacto.
Una camisa satinada color fucsia y unos salones del mismo color conviven con un traje rosa pálido de corte oversize. El detalle diferencial reside en cómo la italiana ajusta la tira del zapato al bajo del pantalón. Sin lugar a dudas, este look tan solo es apto para fashion lovers que deseen ser el centro de atención, ya que estamos ante una elección excéntrica y poco convencional.
Si te gusta la idea de Gandolfi, pero buscas una alternativa menos arriesgada, puedes cambiar el rosa palo y el fucsia por el blanco y el azul marino. De este modo, mantienes el juego que generan el traje y la camisa satinada, al mismo tiempo que te decantas por colores neutros un poco menos estridentes.
