Los datos de la Asociación de Alzheimer de España arrojan que al rededor de 800.000 personas sufren la enfermedad de Alzheimer. En todo el mundo, más de 55 millones de personas tienen demencie, entre un 60% y 70%, el tipo de demencia es el Alzheimer, según la Organización Mundial de la Salud. Las mujeres están doblemente preocupadas: dos mujeres se ven afectadas por cada hombre, según datos extraídos del Servicio de Información sobre la Discapacidad. Entre los factores que influyen se encuentra principalmente la edad, aunque también "la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo o la diabetes".

Si bien hasta ahora los investigadores explicaban esta sobrerrepresentación de las mujeres por el hecho de que tienen mayor porcentaje de longevidad, dos nuevos estudios quizás hayan contradicho esta hipótesis.
La investigación fue publicada en la revista Scientific Reports el 21 de enero de 2024 y en Molecular Neurodegeneración el 17 de febrero de 2024.
Los estrógenos como "motor de cambio"
Las diferencias de cifras que hay entre sexos en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer no sólo parecen estar relacionadas con la edad sino que, también, explicarían estar relacionadas por la microbiota intestinal y la producción de estrógenos.
Esto es lo que creen haber descubierto investigadores de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos. Para obtener estos resultados, los científicos estadounidenses se basaron en el estudio de ratones machos y hembras enfermos, analizando cómo los roedores respondían de manera diferente a la enfermedad.
Por ello, Piyali Saha, primera autora del estudio, explica que extirpó los ovarios de la muestra femenina y por tanto detuvo la producción de estrógeno. Luego observó que los marcadores de Alzheimer disminuyeron considerablemente. Para confirmar los resultados, el investigador administró estradiol a los roedores, aumentando así los niveles hormonales. De esta forma, reaparecieron los marcadores de la patología.
“El estrógeno parece estar impulsando los cambios que vemos en la patología de la enfermedad de Alzheimer. Esta evidencia sugiere que la terapia de reemplazo de estrógenos no es lo correcto. Vemos en el estudio actual que los niveles de estrógeno todavía tienen un impacto en los depósitos de amiloide -una sustancia proteíca cuya presencia en exceso puede originar la muerte celular-. Si se elimina la fuente de estrógeno en ratones en una etapa muy temprana, la deposición de amiloide desaparece. Es bastante notable”, dijo el coautor Sangram Sisodia.
Hormonas que afectan la microbiota intestinal
Sangram Sisodia afirmó que "el microbioma está cambiando. Entonces hay una interferencia entre los dos". De hecho, "todo apunta a que los estrógenos afecten la composición y abundancia de ciertos tipos de bacterias, lo que a su vez altera los metabolitos y enzimas que producen y que impactan aún más la función cerebral", relata el comunicado oficial.

En el segundo estudio, los científicos descubrieron la posible implicación de la flora intestinal en la aparición de la enfermedad. Después de administrar a los roedores un fármaco del estudio, el equipo observó cambios positivos, pero sólo en ratones macho. Por otro lado, se observaron "menos cambios en el microbioma de las hembras".
Nuevas investigaciones deberán explicar estos resultados y la implicación de la microbiota y las hormonas en la patología neurológica. "Si podemos identificar ciertas moléculas diana involucradas en esta cascada biológica del metabolismo de los estrógenos, podremos desarrollar un fármaco para reducir los efectos. Creo que esta es potencialmente una excelente vía terapéutica, al menos para el 50% de la población", concluyó Sisodia, el investigador de Sangram.
Este artículo se publicó originalmente en Marie Claire fRnacia. Traducción y adaptación: Paula Manso.