Callejeros regresó a Cuatro el pasado miércoles 6 de marzo, una década después de su última emisión. En su estreno, los reporteros más intrépidos del programa protagonizaron Vecinos molestos, un reportaje sobre la convivencia vecinal con personas conflictivas.
Ayer, el espacio dirigido por Nacho Medina se centró en el barrio con la renta per cápita más baja de España y, probablemente, la delincuencia más alta: El Polígono Sur de Sevilla, conocido popularmente como "Las Tres Mil Viviendas".
Manuel Jiménez, el influencer que hace crónicas sobre la vida en Las Tres Mil nos enseña su casa
— Cuatro (@cuatro) March 13, 2024
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Con La Húngara sonando a todo volumen, los reporteros Silvia Ruiz y Juan Ignacio Contreras se embarcaron en la misión de encontrar a la buena gente del barrio, que no es poca. Y es que en esta especie de gueto sobre el que pesan tantos prejuicios, sus habitantes demuestran humildad, felicidad y un increíble esfuerzo por hacer de su hogar un lugar donde merece la pena vivir.
El chalet de Las Tres Mil
En Las Tres Mil de Sevilla hay un chalet, solo uno. Y es de Manuel, un gitano que ha sabido sacar partido a todo lo aprendido en el barrio y ha vuelto a casa reforzado y con un trabajo que le apasiona.

"Ellos son mis vecinos cotillas, cotillean todo lo que pasa en la zona", decía Manuel, señalando a sus vecinos desde su gran ventanal: "Esta ventana la uso para asomar mi cuerpo entero porque me encanta la libertad".
Manuel pudo salir del barrio y ha viajado por todo el mundo, trabajando durante un año en un parque de atracciones en Holanda. También ha estado en París y Budapest, donde estudió un curso de teatro. Ahora abandona su chalet para poner rumbo a Alemania y aunque la primera vez que se marchó no tenía ni idea de inglés, ahora se desenvuelve perfectamente.
La fachada y la casa de Manuel de las 3.000 viviendas!! Es que es muy fuerte vamos!! Jajajaja #Callejeros #CallejerosLasTresMil
— 🌺Marcial Pérez🌺 (@FaMarcial) March 13, 2024
Manuel mostró su increíble casa, asegurando que "tengo poco, pero con lo que tengo soy feliz". Para él, todos sus logros son frutos del esfuerzo y la constancia. Estudiar y salir del barrio no ha sido nada fácil, especialmente porque, además de vivir en Las Tres Mil, es gitano y homosexual.
"Ha sido muy complicado, no lo he tenido nada fácil, de hecho tuve que dejar bachillerato dos veces porque mi situación era muy mala, hasta que me puse y me lo saqué y en cuanto me lo saqué a trabajar del tirón (...) Fue muy fidícil la situación con mi familia por mi orientación, he tenido muchos problemas. Pero a día de hoy con todo el mundo, con mi familia estoy estupendamente. Soy una persona fuerte y valiente que ahora puede salir a la calle, a Las Tres Mil y gritar: '!Que viva la homosexualidad!'", explicaba Manuel, asegurando que colocó la bandera del Orgullo en la puerta de su casa, pero los niños del barrio se la rompieron: "No fue por nada, es que los niños lo destrozan todo".
Una familia de nueve hermanos
El dueño del chalet más famoso de Las Tres Mil nos presentó a su padre Antonio y su tía Carmen. Dos gitanos orgullosos de su origen y de su ojito derecho. "El clavel de mi casa, mi manuel es el mejor de mi casa, tengo 9 hijos pero como él ninguno. No quiero que se vaya a Alemania porque me lo quitan de mi lado, pero hay que aceptarlo", decía su padre, un hombre con la mente abierta y unas ganas locas de que su hijo deje de viajar y se quede con la familia.

El oro no podía faltar en casa de Manuel, quien presentó a su hermano Lucas y a su cadena valorada en más de 20.000 euros, reliquia familiar por parte de su abuelo.
