Suiza es un país de ensueño. Y no es porque nos hayamos criado viendo Heidi y admirando los paisajes helvéticos desde que éramos niñas -que también-, sino porque da igual cuándo lo visites, siempre tiene algo que ofrecer: desde interminables montadas nevadas donde podemos hacer esquí o après ski -en Suiza están dos de los mejores pueblos para disfrutar del après ski de Europa- hasta lagos en los que apetece bañarse desde el primer vistazo o cascadas escondidas que parecen sacadas de una postal.
Pasando, claro, por pueblos tan acogedores que te hacen replantearte si no sería mejor mudarte o ciudades que irradian historia en cada esquina. En resumen: da igual el tipo de viajero que seas, siempre va a tener algo que ofrecerte. Pero como casi todo en la vida, también tiene su cara B y es que todo es muy caro. Todo. El el típico viaje para el que aunque vayas a hacer todo low cost, tienes que ahorrar y bastante.

Todo el mundo te lo advierte cuando les cuentas que vas a ir a Suiza, pero no entiendes las proporciones del "Suiza es muy caro" hasta que no llegas al país helvético y lo compruebas con tus propios ojos. Y hablo desde la experiencia, porque esto fue lo que me pasó a mí el año pasado cuando fui. Porque aunque tuve la suerte de que yo iba a visitar a alguien muy especial para mí -con el consecuente ahorro en alojamiento que esto supone, porque me quedé en su casa-, me sorprendió lo mucho que cuesta todo en Suiza.
Cómo ahorrar en tu viaje a Suiza
Partiendo de la base de que el concepto "barato" no es igual en Suiza que en España, sí que tras mi viaje al país helvético y los consejos de quien lleva ya un tiempo viviendo en él, me han servido para elaborar una mini guía para viajar a Suiza sin gastar demasiado. O, por lo menos, para ahorrar lo máximo posible:
1. Compara todas las rutas aéreas

El transporte público suizo es tan preciso como sus relojes y hay muchas opciones en cuanto a horarios. Es muy fácil moverse entre ciudades, tanto entre las más grandes de la talla de Zúrich, Basilea o Ginebra, como entre otras más pequeñas como Lucerna o Berna. Por lo que es interesante, sobre todo si vas bastantes días a Suiza y quieres recorrer bastantes ciudades, volar desde España a la ciudad que más barata sea.
Desde nuestro país llegan bastantes vuelos a Suiza, por lo que es cuestión de comparar precios entre los vuelos que nos encontremos. Entre los principales trayectos encontramos que, operados por las principales aerolíneas españolas, tenemos estos trayectos:
- Madrid-Zúrich, una ruta que hacen sobre todo Iberia y Air Europa.
- Madrid-Ginebra, operada mayoritariamente por Easy Jet
- Barcelona-Zúrich y Barcelona-Basilea, ambas operadas por Vueling.
2. Hazte con el Swiss Travel Pass, pero solo para los días en los que lo vayas a utilizar
El transporte público de Suiza, desde los autobuses a los trenes o los ferrys, pasando incluso por la gran mayoría de funiculares, están inscritos a el llamado Swiss Travel Pass. Un pase que puedes comprar por días, tanto seguidos como alternos, que te permite el acceso ilimitado a ellos. Ya solo el trayecto del aeropuerto en el que aterrices hasta el alojamiento donde vayas a hospedarte hace que sea rentable sacarte el Swiss Travel Pass.

Eso sí, el truco está en organizarte qué vas a hacer en los días en los que estés en Suiza y ver cuáles vas a necesitar usar el transporte público y cuáles no. De esta forma, si ves que hay días que por lo que sea no vas usarlo nada o casi nada, igual la mejor opción es que cojas el Swiss Travel Pass en días alternos, no todos seguidos.
3. Una tarjeta que no te cobre comisión en el cambio de divisas es imprescindible
En Suiza la moneda oficial son los francos suizos, que actualmente son bastantes más fuertes que el euro. Aunque es cierto que prácticamente en todas las tiendas aceptan pagos con euros, ya sea en físico o con tu tarjeta habitual, la realidad es que te cobran muchos interesen en el cambio de moneda, encareciendo aún más si cabe cualquier cosa que vayamos a comprar.
Por eso la mejor opción es pagar siempre con alguna tarjeta tipo Revolut o Wise, donde las comisiones al cambio de moneda son prácticamente inexistentes y nos permiten pasarnos dinero de nuestra cuenta habitual a ella en apenas segundos.