Así es como las videntes utilizan la psicología para adivinar el futuro

Hay truco detrás de sus predicciones.
trucos vidente

A lo largo de los años siempre ha habido -y habrá- quienes crean en los videntes y demás personas que afirman ver el futuro. Sea por convicción, fe o necesidad, lo cierto es que no son pocas las personas que recurren a este tipo de personas cuando quieren saber qué será de ellas. Normalmente, su consulta siempre va ligada a un hecho concreto: un posible amor, una ruptura, la enfermedad de un familiar, el encontrar un trabajo.... 

Es en este hecho en el que basan sus sesiones estos videntes, organizando el tiempo juntos alrededor de lo que quien acude a ellos necesita saber. Muchas veces "aciertan", adivinando datos de esta persona o incluso el futuro, pero ¿cómo lo hacen? ¿realmente tienen algún tipo de magia? ¿es casualidad? Bien, los psicólogos tienen claras las técnicas que usan.

Más allá de tener ningún poder paranormal, los videntes y demás personas que, afirman, pueden ver el futuro, se ayudan de la propia psicología para deducir datos de sus clientes y así acertar. Empecemos por lo básico: ¿qué es lo que hace que quienes acuden a un vidente piensen que están acertando? Que todo el que acude a él ya va predispuesto a creer que lo que le dirá es verdad.

Mucha gente acude a videntes cuando tiene algún problema. - Getty Images

Es decir, puede que lo que prediga el vidente no se acabe correspondiendo al 100% con la realidad final, pero como quien acude a él quiere realmente creer que lo que le dice es verdad -especialmente si es bueno-, acaba interpretando la realidad de tal forma que esta encaja con lo que le ha dicho el vidente.

El paso a paso de los videntes para "adivinar" el futuro

Lo primero: analizar al cliente

Los videntes están altamente entrenados en la lectura del lenguaje no verbal y en la apariencia de las personas. Desde el primer segundo que ven a sus clientes entrar por la puerta de la consulta, estos analizan muy bien todos los detalles: su ropa, su piel, sus manos (si están cuidadas, si tienen marcas de trabajos manuales, etc), los rasgos físicos, cómo habla, cómo se comporta... Incluso el cómo se sienta es importante.

Esto se conoce como "efecto halo", es decir, una composición aproximada de cómo es esa persona solo por sus rasgos externos, sin conocerla de nada. De ahí analizan la edad y el sexo de la persona, para así afinar y "adivinar" qué problemas pueden inquietarle. ¿A que no tendrán los mismos problemas una mujer de 50 años que un joven de 25? Esto mismo es el "descarte" que van haciendo los videntes. 

El ambiente de la consulta del vidente también ayuda. - Getty Images

De ahí van haciendo preguntas "cebo", donde van cribando y terminan por sacar cuáles son los problemas que le afectan a la persona. Esto lo hacen con preguntas generales, que utilizan para "pescar" y que van acotando en función de las respuestas del cliente, tanto las verbales como las no verbales.

Segundo paso: encontrar el tema de preocupación

Gracias a todas estas preguntas poco a poco el vidente irá haciéndose una idea de la vida de su cliente, hasta que sea él el que le haga directamente la pregunta sobre lo que le inquieta cuando se sienta cómodo. Una vez tenga esto, el vidente solo tiene que seguir por ese camino. A estas alturas ya se habrá creado una relación de confianza entre ambos, por lo que el cliente verá con buenos ojos alguna que otra pregunta mientras se deja guiar

Una vez el cliente le haya confesado los motivos de su visita, el vidente solo tiene que dar vueltas y vueltas sobre el mismo tema utilizando otras palabras, lo que acabará por crear un efecto de "adivinación" que maravillará al cliente. "¿Cómo puede ser posible que sepa tanto sobre mí?" se preguntará, ignorando que ha sido él quien ha dado toda la información anteriormente. 

Hay muchas formas de que un vidente nos lea el futuro. - Getty Images

Tercer paso: hacer las predicciones con cuidado

Es prácticamente imposible que encontremos un vidente que sea claro y certero en sus predicciones. Todas estas suelen estar llenas de "quizás", "es probable que" o "puede ser", entre otras muchas palabras que siembran cierta duda sin hacer desconfiar. ¿Por qué? Porque de esta forma en próximas consultas podrán apoyarse en ello para validar o no sus propias predicciones. 

¿Que no ha acabado ocurriendo lo que predijo el vidente? Bueno, pero fue algo similar, ya te dijo que no estaba claro que fuese eso al 100%. ¿Que sí que ocurre? Todo ha ido tal y como él predijo, dirá. Es en ese pequeño resquicio de duda y en la predisposición de quien acude a un vidente de creerlo el que se encarga de hacer el resto.

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  • Dolors Marco Jiménez
  • María López-Ibor Alcocer