La Princesa Irene de Grecia llegó al mundo el 11 de mayo de 1942 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, convirtiéndose en la hija pequeña de los Reyes Pablo y Federica de Grecia. La royal es muy querida dentro de la familia, y los hijos de don Juan Carlos y doña Sofía se refieren a ella cariñosamente como 'tía Pecu'. ¿De dónde viene el mote? Es la abreviatura de 'tía peculiar', un calificativo que habla por sí solo. La vida de la royal dista mucho de la que han llevado sus hermanos, Sofía y Constantino, que se han ceñido a sus tareas de royals.

Es la única de los tres hermanos que no nació en Atenas. Cuando su madre estaba embarazada, la Familia Real griega se encontraba exiliada en Sudáfrica por la invasión de las fuerzas del eje en Grecia, es por eso que llegó al mundo en Ciudad del Cabo. En su juventud, fue una apasionada del mundo de la música y la arqueología, y siempre procuraba estar lo más lejos posible de la fama y del foco mediático. Amante del segundo plano y la discreción, la Princesa ha hecho todo lo posible por llevar una vida lo más normal posible, aunque siempre sin olvidar el linaje al que pertenece desde que nació. Sin embargo, la royal decidió renunciar a esa vida privada cuando aceptó que la escritora Eva Celada contara su historia al mundo.

La escritora estuvo hablando durante meses con la Princesa Irene de Grecia para poder hacer su trabajo lo mejor posible. Celada quedó impactada con su "respeto hacia las personas, su rebeldía e impaciencia". La royal dejó ver su lado más humano en 1986, cuando fundó Mundo en Armonía. Se trata de una ONG que lucha por el "bienestar moral, espiritual y material de todos los seres vivos, sin discriminación alguna de nacionalidad, religión o ideología política", según explican en su página web. Es evidente que la hermana pequeña de la Reina Sofía siempre ha huido del lujo y lo ostentoso, un ejemplo de ello es que la royal solo va a la peluquería para citas relevantes y no le gusta llevar joyas muy llamativas.

En una ocasión, doña Irene coincidió con una mujer en un evento, que se dedicó a presumir del elevado precio de su look. La hermana de la Reina Sofía, cansada de escucharla, le espetó: "Pues yo estos zapatos los he comprado por 20 euros en el mercadillo de Majadahonda. ¡A que son preciosos!". Una anécdota para el recuerdo que haría reír a toda la familia. La hija pequeña de los Reyes de Grecia vivió en la India durante años, y quedó totalmente prendada de su cultura, algo que podemos ver a día de hoy en su vestimenta. En varias ocasiones ha lucido elegantes Kurtas, dejando ver la huella que le dejó su estancia en Madrás.

La Princesa Irene se trasladó a Madrid tras la muerte de su madre, la Reina Federica de Grecia, y se instaló en el Palacio de la Zarzuela. Desde entonces, ha vivido a caballo entre Grecia, España e India. Hace poco más de veinte años le diagnosticaron un cáncer de mama y su hermana mayor mandó instalar una zona dedicada a sus cuidados. "Ella se sentaba en un sillón en la habitación para hacerme compañía y a la vez estudiaba sus papeles y ponía al día la agenda. Cuidó de mí en cada momento durante aquellos meses", explicó la royal a la escritora.

Aunque su vida es todo un misterio, desveló algunos detalles en su biografía aunque nunca relacionados con sus amores. "No me pregunte por mis relaciones amorosas, implican a terceras personas y no deseo perjudicar a nadie", explicó a su biógrafa. Irene respeta mucho a toda su familia, y quiso dejar claro que "mis éxitos se los debo a mi familia, a mis hermanos, pero mis errores son sólo míos". Ahora, tras la muerte de su hermano Constantino de Grecia, la royal está mucho más unida a su hermana Sofía, con la que siempre ha tenido una estrecha relación.