5 destinos transformadores para quienes buscan desconectar completamente

¿El objetivo? Apartarse de lo conocido para comprometerse con una experiencia de autocuidado y conexión con una misma.
5 destinos transformadores para quienes buscan desconectar completamente

Viajar es evolucionar. Viajar es vivir. Viajar es esa inversión que siempre enriquece y, como decía Mark Twain, "Se tiene que viajar para aprender". Los viajes sanadores o healing travels también cumplen esta máxima, porque a desconectar con el exterior y conectar con el propio interior también se aprende.

Para muchos de nosotros, viajar es una forma natural de relajarnos. Se trata de descubrir lugares que nunca hemos visto, relacionarnos con culturas diferentes a la nuestra y, en última instancia, descubrir un lado de nosotros mismos que aún no se ha revelado. Cuando regresamos a nuestra 'vida real', lo hacemos con un profundo sentido de renovación.

El ajetreado ritmo de vida, las preocupaciones personales o los problemas en el trabajo son tres de los factores de esta vida real que, con más facilidad, consiguen elevar nuestros niveles de estrés y ansiedad llevándonos a vivir, en numerosos momentos, con el 'piloto automático'. Como diría Paulo Coelho , "Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina. Es mortal".

Más allá de descubrir nuevos lugares y sumergirnos en culturas desconocidas, tener una experiencia de viaje verdaderamente transformadora pasa por conectar profundamente con nosotros mismos. Estos destinos, por tanto, deben prestarse a un viaje tanto del cuerpo como del alma. Afortunadamente, existen numerosos lugares en el mundo que se cree que poseen 'propiedades curativas'. Desde aguas termales terapéuticas y montañas místicas, hasta monasterios restauradores donde profundizar en el tipo de bienestar que se desee conseguir.

Estos viajes de desconexión suelen estar también generalmente relacionados con la práctica de la meditación y del yoga debido a sus grandes beneficios para la relajación del cuerpo humano. Sin embargo, para que estas escapadas funcionen de verdad, debemos tener en cuenta que no todas las personas reaccionamos igual ante los mismos estímulos y, por tanto, su éxito estará supeditado no solo a sus propiedades curativas, sino también a nuestros hábitos y forma de ser.

Bañarse en templos de agua sagrada en Bali, empaparse en las aguas termales de Islandia, sumergirse en la práctica del yoga en Sri Lanka, retirarse a un refugio en las montañas de California o flotar en el Mar Muerto pueden resultar experiencias tan sanadoras como pasar una temporada en una casa de campo en contacto con la naturaleza y a salvo del wi-fi.

Hemos recopilado algunos destinos que se presentan como grandes alternativas si lo que necesitamos son unos días (quien dice días, dice semanas) de desconexión total con el entorno que nos rodea habitualmente. El objetivo siempre será el mismo: apartarse de lo conocido para comprometerse con una experiencia de autocuidado y conexión con uno mismo.

La Laguna Azul de Islandia

Reconocida por su agua de mar geotérmica rica en minerales, la humeante Laguna Azul de Islandia, ubicada dentro de un impresionante paisaje volcánico, promete rejuvenecer la piel y relajar todo el cuerpo. Además de este mítico lugar, pasar una temporada en esta isla nórdica es una oportunidad única para conocer una naturaleza que pocas veces tenemos a nuestro alcance: volcanes, géiseres, termas, glaciares, campos de lava, auroras boreales,… La lista de maravillas naturales es casi infinita.

El camino de Santiago

Realizar algunas etapas de esta peregrinación católica no implica la absoluta soledad - de hecho, dependiendo de la época del año puede ser que esté masificado, por lo que se recomienda realizarlo entre abril y junio o entre septiembre y octubre -, pero lo cierto es que numerosas personas lo emprenden cada año para conseguir objetivos espirituales, de autoconocimiento, para poner a prueba su forma física y también para disfrutar del contacto con la naturaleza.

Ubud, Bali, Indonesia

Bali es otro de los destinos más escogidos cuando el objetivo es recargar energía. Apodada la 'isla de los dioses', Indonesia es hogar de tradiciones espirituales que se remontan siglos atrás. Ubud es el destino más conocido para desconectar gracias a sus templos, chamanes, sesiones de yoga y comida saludable. Los balineses cuentan, además con su Día del Silencio (Nyepi), una celebración hindú en la que se prohiben todo ruido y distracciones, y que se dedica al ayuno y a la meditación.

Ibiza, España

Aunque tiene reputación de ser una de las islas donde se puede encontrar la vida nocturna más animada y vibrante, también posee un entorno natural muy diverso y zonas totalmente tranquilas en las que absorber y disfrutar de toda la energía de esta isla balear.

Marrakech, Marruecos

Sumergirse en un nuevo escenario y también en una nueva cultura es una de las formas más sencillas y enriquecedoras de salir de la rutina habitual y de la zona de confort. Esta ciudad que prescinde del negro, porque todo allí es multicolor, y que abraza los aromas de las especias resulta altamente estimulante a la hora de observar nuestra propia vida con otros ojos. Por no hablar de sus hammam o baños árabes, una de sus tradiciones más placenteras que combina baños de agua templada, caliente y fría, vapor y masajes con aceites aromáticos, todo en completo silencio.

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