Leticia, la novia que se casó en un monasterio medieval con los preciosos zapatos de su abuela

La India unió a Leticia y Mateu, quienes después de seis años de noviazgo, vivieron el mejor día de su vida con esta boda de ensueño.

Aunque la temporada alta de bodas se suele dar durante el buen tiempo, concretamente, durante los meses de mayo a septiembre, cada vez son más los que se animan a celebrar su enlace con el romanticismo del otoño o el encanto del invierno. Esto es justo lo que hicieron Leticia y Mateu, quienes se decantaron por convertirse en marido y mujer el pasado mes de noviembre después de seis años de relación en un enclave especial lleno de significado. El resultado no podia ser otro que una boda de invierno inolvidable para ellos (y todos los invitados) en el precioso Monasterio de San Juan de Poio, en Pontevedra, que estuvo cargada de detalles especiales, desde el magnífico vestido de su amiga, la diseñadora Claudia Llagostera a los múltiples guiños a una de las personas más importantes para ella: su abuela.

Leticia y Mateu el día de su boda- Borea photo

"Mateu y yo nos conocimos en La India haciendo voluntariado. Yo tenía 19 años y Mateu 22, y aunque sabíamos quienes éramos antes porque estudiabamos en la misma universidad, como Mateu era mayor que yo, para mí era impensable. Nos hicimos muy amigos y de esa amistad y confianza que tuvimos, pasamos a salir juntos. Mateu, al terminar la carrera, se fue a Barcelona y años más tarde me fui yo a trabajar a una empresa de moda". Así es cómo comenzó la historia de amor de Mateu y Leticia, quien "desde el principio tuvo muy claro que se quería casar con él".

Como si hubiera sido un capricho del destino, la relación que se forjó lejos de nuestras fronteras, terminó por consolidarse años más tarde en España con un broche de oro inmejorable. Así, para el gran día de la ceremonia, la novia se decantó por un vestido de lo más original creado por su amiga, la diseñadora Claudia Llagostera. "Elegí a Claudia desde hace mucho tiempo en realidad. La conocía desde pequeña porque además, ya seguía "Lentejita", la primera marca que hizo. Me encantaba toda la ropa, tanto, que mi madre y yo aún seguimos conservándola. Cuando Claudia empezó a hacer vestidos de novia, pensé: "cuando me case, quiero que me haga el vestido Claudia Llagostera". Su estilo casual, pero a la vez elegante siempre me ha encantado.", cuenta Leticia.

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Leticia, con vestido de Claudia Llagostera- Borea photo

Como ya sabes, elegir el vestido es una de las tareas más difíciles e importantes de una novia, por lo que dejarse asesorar por los expertos es más que necesario. Como dice Leticia, "no es fácil encontrar a la persona que tiene que reflejar tu personalidad, tu estilo y tus necesidades en un solo vestido y para un solo día, pero Claudia lo consiguió". A la hora de ponerse con la confección, "tenía claro que quería una mezcla de texturas, algo vaporoso. En cuanto al patrón, le enseñé a Clau muchas novias que me gustaban, pero tampoco tenía nada claro. Es bueno que ella 'me pusiera los pies en la tierra', porque cuando llegué a su Atelier escogí muchas telas veraniegas y yo me casaba en Noviembre, y en Galicia. Me ubicó donde debía estar", confiesa.

Tras muchísimos bocetos, elegió uno que le encantó, a partir del cual fueron haciendo varias pruebas. "Mamen, patronista, fue encantadora y facilitó mucho todo el proceso. Durante las pruebas, fuimos modificando cosas, y creo que eso es lo bueno de Clau, que es muy flexible y si no te gusta algo, lo puedes cambiar". 

Como sucede cnon todas las novias de invierno, deben ir tapadas para no pasar frío, pero a lavez, con algo más cómodo con lo que poder darlo todo en la fiesta. Por eso, la mejor opción que Leticia y Claudia encontraron fue hacer un vestido desmontable de lo más original. "Partiendo de una base sencilla, Clau hizo un vestidazo. El cuerpo era asimétrico, utilizando un crepe blanco roto. Añadimos una segunda tela, una especie de nido de abeja, que me forraba la cadera a modo fajín. De esa misma tela, además de confeccionar la cola, que caía desde la cadera, hicimos una capa que me tapase el brazo que llevaba descubierto".

Vestido de novia, de Claudia Llagostera. Borea photo

La importancia de los accesorios

Una vez listo el vestido, debía decantarse por los complementos: Por un lado, los pendientes, algo que, en el caso de la novia no debía ser clásico: "Tenía una idea muy clara para los pendientes, buscaba algo largo y que se viesen en la boda. Por eso, acudí a M de Paulet, que me lo recomendó Claudia. En cuanto los ví, me enamoré y no tuve duda", añade. Sin embargo, la elección del calzado fue algo más complicada, ya que Leticia suele ir cómoda en su día a día y rara vez se sube a unos tacones.

Pero como las bodas tienen algo de magia y las madres también, a pesar de tener ya unos zapatos comprados, dos meses antes del gran día, la madre de Leticia encontró uno de los detalles más especiales del enlace, ¡los tacones blancos de su abuela! "Nos casamos en el Monasterio donde ella casó. Elegí el sitio por ella y mi abuelo, y qué mejor manera de hacerle un guiño que casándome con sus zapatos. Son de Pilar Burgos, y por lo que tengo entendido, se cerró hace unos años". 

Zapatos de novia- Borea photo

Como hemos mencionado antes, el ya matrionio escogió el Monasterio de San Juan de Poio, situado en la Ría de Pontevedra y cuya iglesia se construyó en el siglo XVII. Un enclave único para este día tan especial que terminó por festejarse en el Pazo de Señorans, un lugar muy acogedor con una comida impresionante con mucho toque gallego a cargo del cátering Casa Solla.

Leticia y Mateu en su boda- Borea Photo

Después de haber pasado por tantos nervios y emociones, no solo durante el día de su boda, sino también en el tiempo que duraron los preparativos, Leticia aconseja a las novias que se casan este año "no complicarse la vida, porque aunque a veces queremos tenerlo todo, hay que disfrutar del proceso. Tus amigos y familia son los que hacen la boda y no la mejor comida, el mejor vestido, el mejor coro... luego todo sale bien".

Leticia y Mateu en su boda- Borea Photo

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