Detrás de los focos, los escenarios abarrotados y los números uno en Spotify, hay una Aitana que lucha día a día contra sus miedos. La artista, que se ha convertido en un referente indiscutible del pop español, ha abierto su corazón como nunca antes en su documental Aitana: Metamorfosis, que llega a Netflix el 28 de febrero.
¿El resultado? Un retrato crudo, sin filtros, que nos muestra una faceta desconocida de la estrella catalana.
La presión de la fama y su impacto en la salud mental
Ser una estrella del pop no es solo luces y brillos. La presión de estar constantemente bajo la mirada pública ha sido un factor determinante en la salud mental de Aitana. La artista ha revelado que la autoexigencia y el perfeccionismo han sido constantes en su vida, llevándola manifestar síntomas de ansiedad e inseguridad.
"Todo el mundo espera que esté bien, que sea perfecta. Pero la realidad es que muchas veces no me siento así", confiesa.
No todo es glamour en la vida de los famosos. Mientras su carrera sigue en ascenso, Aitana ha confesado que padece hipocondría, un trastorno de ansiedad que afecta entre el 15% y el 20% de la población. En palabras de los expertos, esta condición se traduce en una preocupación extrema por la salud, viendo amenazas donde solo hay síntomas menores.
Como bien señala la Sociedad Española de Medicina Interna, la hipocondría se alimenta de la ansiedad y de la interpretación errónea de las señales del cuerpo. "Los síntomas que el paciente percibe suelen ser sensaciones corporales normales, pero magnificadas por el miedo", explica el especialista José Manuel Marín Carmona.

Un viaje a Lanzarote y un golpe de realidad
Fue en un viaje a Lanzarote donde la artista tuvo un momento de introspección. Entre paisajes volcánicos y el sonido del Atlántico, Aitana se enfrentó a sus propios pensamientos.
"No había manera de controlar el hecho de que todos los días me costase levantarme de la cama y que estuviese muy triste. No paraba de llorar", confiesa en el documental.
Paradójicamente, en ese mismo momento su colaboración con Quevedo, Gran Vía, arrasaba en las listas, alcanzando el número 1 en Spotify. Pero la euforia del éxito no logró acallar el ruido en su cabeza. "Después del Bernabéu no me quería levantar de la cama. Estaba triste. Eso fue todo a partir de octubre", revela con sinceridad.
El diagnóstico y la decisión de acudir a terapia
Después de meses de malestar sin explicación aparente, la artista decidió acudir a un psiquiatra.
"No me había parado a ver qué estaba pasando por mi mente. No paro de tener la presión que yo misma me impongo", confiesa. La ansiedad, la autoexigencia y la hipocondría han sido compañeras de viaje en su vida.
"No sé cómo controlar el miedo y por eso voy a terapia. Estoy en el proceso. No se me ha ido el miedo a volar y sigo siendo hipocondríaca. Ahora tengo más concienciación y me entiendo mejor a mí misma", comparte Aitana, mostrando una gran evolución personal.

Reacciones divididas en redes sociales
Con la llegada del documental, las redes han estallado en opiniones divididas. Algunos fans la apoyan incondicionalmente, mientras que otros han cuestionado si está usando su salud mental como una estrategia de marketing.
"En el documental no hablo en sí de la depresión porque cuando lo grabamos aún no sabía qué me pasaba", aclaró la cantante. Su diagnóstico llegó en noviembre de 2024, cuando las grabaciones ya estaban cerrando.
"Lo he querido decir abiertamente porque, desde entonces, no me enfrento a las cámaras de la misma manera. Me temblaban muchísimo las manos, el corazón me iba a 1.800... y no entendía por qué", confiesa la catalana.
A pesar de todo, la música sigue siendo su mejor refugio y le ayuda a cuidar su salud mental. La artista ha revelado que tiene en el horno un álbum con más de 70 canciones, de las cuales solo unas pocas verán la luz.
"Una de ellas va a ser 6 de febrero. Las colaboraciones son un sueño, ya lo iréis viendo", adelantó en redes.
Metamorfosis: un punto de inflexión en su carrera
Lejos de ser un simple proyecto audiovisual, Aitana: Metamorfosis ha significado un punto de inflexión en la carrera de la cantante. Con una mirada más introspectiva y personal, Aitana no solo ha revelado sus miedos, sino que ha abierto un diálogo sobre la salud mental en la industria del entretenimiento.
Su testimonio sincero y vulnerable ha generado empatía entre sus seguidores y ha reforzado su imagen como una artista real y cercana.