El programa ‘Sálvame’ informó hace unos días de que Tamara Falcó se sometería a una dieta antes de su boda con Íñigo Onieva con la que podría llegar a peder 10 kilos por unos 30.000 euros. Desde entonces, la marquesa no se ha pronunciado al respecto y, a pesar de ser preguntada por la prensa, ni lo había confirmado ni desmentido hasta ahora, que ha mantenido una conversación con la periodista Paloma Barrientos de la revista ‘Vanitatis’.
Tamara Falcó sí ha admitido que ingresará en la famosa clínica Buchinger de Marbella (Málaga) pero no con el objetivo de adelgazar 10 kilos en apenas tres semanas. Al hablar de su (polémico) vestido de novia, el cual está confeccionando Carolina Herrera en Nueva York, Tamara ha dicho: “Me lo hacen a medida y, por lo tanto, está hecho a mi cuerpo. Menuda tontería y falta de respeto. Yo estoy en mi normopeso”, explica con indignación tras las informaciones falsas que se han extendido en los últimos días.
Según ‘El programa de Ana Rosa’, la marquesa de Griñón irá acompañada de su madre Isabel Preysler, quien visita la clínica marbellí cada verano. Sin embargo, Tamara se reitera en lo dicho: “Para bajar esos kilos tendría que estar un año. Que podría estar más delgada, pues sí; pero, vamos, que lo encuentro todo un poco indignante. Como ya he dicho varias veces, para mí lo importante es el sacramento del matrimonio”.
En los últimos meses, Falcó contó que había que engordado 14 kilos, lo cual hizo saltar la noticia de su posible embarazo, el cual negó su representante a las pocas horas. “He engordado un poquito, porque desde que estoy con Íñigo, es verdad que a él le gusta mucho salir, cocinar, comer y vamos a muchas comidas”, describió la socialité.
