A sus recién cumplidos 75 años, Annie Leibovitz es una de las artistas contemporáneas mejor valoradas a nivel internacional. Es la fotógrafa mejor pagada del mundo y ha trabajado para revistas de moda de primer nivel. Además, la artista es un icono feminista, ya que es la primera mujer en exponer su obra en la Galería Nacional de Retratos de Washington D. C. y en 2013 fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. A todos estos logros, sumamos un hito histórico: Leibovitz ha inmortalizado a Sus Majestades los reyes en una serie de imágenes que acaban de ver la luz y que ya son virales en redes sociales. ¿Estamos ante una imagen decepcionante o una obra de arte difícil de comprender por las masas? La repuesta se cuece, en especial, en X.

La muestra "La tiranía de Cronos", que abre sus puertas mañana en la capital, será el marco en el que se presentarán al público los retratos que la fotógrafa realizo a los monarcas y al ex gobernador, Pablo Hernández de Cos, hace ya nueve meses. La sesión, que tuvo lugar el pasado 7 de febrero en el Palacio Real de Madrid, fue larga e intensa, pero el resultado ha merecido la pena. El Banco de España fue el encargado de solicitar a Leibovitz la captura de Sus Majestades los Reyes de España. Al no ser unos retratos oficiales, estamos ante unas fotografías que, pese a su sobriedad, muestran una faceta distinta de don Felipe y doña Letizia. El coste de estas imágenes asciende hasta los 137.000 euros.

Tal y como leemos en la web del Banco de España, "la exposición La tiranía de Cronos, con la que el Banco de España aspira a lanzar una nueva mirada a su propia identidad y especificidad institucional, será el marco para la presentación pública de estos retratos que dan continuidad, al tiempo que actualizan, una tradición que se remonta a los inicios de la institución y que esta ha mantenido de manera casi ininterrumpida durante sus más de 240 años de historia, dando cabida a los más destacados retratistas de cada momento histórico, desde Goya, Maella, Vicente López, Federico de Madrazo, Sorolla o más recientemente Isabel Quintanilla y Carmen Laffón". Sin lugar a dudas, a pocas horas de dar el pistoletazo de salida a la exposición, las imágenes de los reyes ya están dando la vuelta al mundo.

En las fotografías de la estadounidense observamos a la reina despojada de corona, con un vestido de gala negro confeccionado en tul de seda plisado y una capa fucsia con tintes rojizos, también de seda, ambos hechos por el modisto español Cristóbal Balenciaga a finales de los años cuarenta y sesenta, como apuntan en El País. Las dos piezas fueron cedidas para la ocasión por la Fundació Antoni de Montpalau, una institución de Sabadell, señalan en el medio citado. Lejos de la clásica imagen de monarca europea, doña Letizia posa como una estrella del Hollywood de los años 50. El Salón de Gasparini sirve de talón de fondo para unas instantáneas en las que el rey posa con su uniforme militar de gala y semblante relajado.

Como era de esperar, ambos retratos están generando polaridad de opiniones en redes sociales. Las opiniones no se han hecho esperar y hay internautas que se muestran a favor y otros que tachan la obra de poco acertada. "No encuentro justificación a los desaciertos de Annie Leibovitz en estos retratos de Felipe VI y Letizia. Ni las verticales, ni horizontales, ni los encuadres. Seré un clásico, (desde luego no soy fotógrafo profesional), pero hasta los retoques me parecen de 1º de Photoshop", dicta un usuario en X. "La verdad es que esperaba un poco más de las fotos de Annie Leibovitz a los reyes Felipe VI y Letizia de España, siendo ellos jóvenes. Las fotos a la reina Isabel de Inglaterra son mejores", señala otro comentario.
Por otro lado, numerosos internautas demuestran su amor por la obra. "Letizia está impresionante en el retrato de Annie Liebovitz, probablemente sea uno de los mejores retratos que le harán jamás", cita un hilo de X. Independientemente de la opinión de cada uno de nosotros, hay innegable en esta historia: Annie Leibovitz es la reina de la imagen, nunca mejor dicho, y su obra nunca pasa desapercibida.