Cada día se hace más insistente. Este dolor de cuello que empezó a molestarte de forma casi anodina se ha convertido en un problema con mayúscula. Apenas hace falta precisarlo: ante un dolor persistente, solo puede ayudarte un médico. Aun así, es posible identificar hasta cierto punto el tipo que te afecta. Lo primero, procura ubicar la zona exacta. Puede afectar tu nuca, espalda o incluso cabeza. Localizar el dolor te ayudará a aliviarlo aunque sea parcialmente. Fíjate también en la textura y el aspecto de tu piel: ¿La notas roja, irritada, hinchada o completamente seca? También pueden ser indicadores. Los dolores en el cuello se pueden deber a varios factores: el incremento del estrés, que afecta tanto tu mente como tu cuerpo, pero también una mala postura. Es la causa más habitual de los dolores de cervicales: si sabes que vas a permanecer sentada durante largas horas en tu trabajo, procura adoptar una postura adecuada (pies en el suelo, piernas separadas, espalda recta). Notarás la diferencia. Estos dolores también pueden surgir tras una noche agitada: basta con dormir bocabajo o de lado para que tu cuello sufra. Resulta difícil controlar los movimientos nocturnos pero limita los dolores en la medida de lo posible: cuida la elección de tu almohada y somier.
El levantar pesos o cargas, pero también la pérdida de masa muscular ligados a la edad son otros dos factores a tener en cuenta. Si prácticas de forma repetida deporte, y sobre todo si sigues un entrenamiento intensivo como el HIIT, tus posibilidades de sufrir lesiones se incrementan por lo que tienen que tener un cuidado muy especial. Estira bien todo tu cuerpo y nunca te olvides de la fase de descanso post-deporte: tomate una ducha y a ser posible, realiza algunos masajes para relajar la zona. Algunos métodos pueden resultar útiles para dolores más limitados: la acupuntura puede ser una buena opción para conseguir una relajación absoluta de todas y cada una de las partes del cuello.
Que note quede la menor duda: estos son los dolores de cuello más frecuentes. Identifícalos y consigue aliviarlos antes de, siempre te lo recordamos, consultar si o si a un médico.
Contractura cervical
Muchas horas frente al ordenador, trabajar levantando peso, posturas incorrectas… las causas de esta lesión de cuello pueden ser muy variadas. Se suelen corregir con analgésicos, antiinflamatorios, tratamiento médico, masajes y ejercicios.

Tirones
Los tirones son lesiones en el cuello más leves. Se producen al realizar algún movimiento brusco para el que los músculos no estaban preparados. El tratamiento inmedianto cuando se sufre un tirón en el cuello es aplicar frío. También se suele recomendar algún antiinflamatorio.

Tortícolis
La tortícolis es una lesión de cuello que puede producirse por una mala postura o movimiento brusco, pero también por ansiedad y estrés. Suele provocar cefaleas y dificultad para mover la cabeza. Calor, calmantes y masajes son los remedios para esta dolencia.

Sobrecarga muscular
Las malas posiciones mantenidas durante un tiempo prolongado o, también, ejercitar demasiado una misma zona puede provocar una sobrecarga muscular en el cuello. Los masajes, los estiramientos de cuello y el calor serán nuestras armas para calmar el dolor.

Esguince cervical
Es una lesión de cuello más grave. Se suele producir por un impacto fuerte, por ejemplo,es muy común en accidentes de tráfico o accidentes deportivos. Requiere tratamiento médico, generalmente uso de collarín y medicación. Suele provocar gran dolor que puede irradiarse a hombros, brazos y espalda, causar hormigueos, dolor de cabeza y vértigos.

Entesitis
¿Tu cuello está inflamado y notas enrojecimiento? Puede que tengas entesitis, un fenómeno inflamatorio que afecta la entesis, el punto de cruce de los tendones y ligamentos en el hueso.

Discopatía degenerativa
Cuando los discos intervertebrales pierden flexibilidad y estabilidad, puedes notar cierta debilidad y dolor en el cuello.

Enfermedad de Paget
Algunos dolores pueden deberse a fenómenos más preocupantes como la enfermedad de Paget, también conocida como Osteitis Deforme. Este trastorno produce el crecimiento anormal de los huesos.

Solución 1: masaje
Algunos remedios naturales pueden ayudar a aliviar la zona. Es el caso del masaje que permite reducir de forma consecuente la rigidez de la zona y relajar el conjunto del cuerpo. ¿El must? Apostar por aceites esenciales cuyo calor favorecerá una mejor circulación.

Solución 2: acupunctura
Esta práctica influiría en los canales de energía para tranquilizar o dinamizar los órganos y ayudar a una mayor relajación.

Solución 3: agua caliente
A través de compresas o directamente en la ducha, aplica agua caliente en la zona para ayudar a reducir el dolor y las contracciones musculares ligadas a este problema.

Solución 4: compresas frías
Los efectos del calor sobre el cuello son bien conocidos... pero ¿Sabías que el frío también tiene efectos positivos? Aplica compresas en la zona para calmar la inflamación y mejorar la circulación de la sangre.
