Si creías que el aquagym era un deporte para personas de avanzada edad, te equivocabas. Una de sus principales ventajas es que lo pueden practicar personas de todas las edades. Si a eso le sumas poder sumergirte en una piscina de agua a temperatura templada... ¿A quién no le apetece apuntarse a este deporte?

Si eres una habitual de las clases de aeróbic, te encantará saber que este deporte tiene su origen en él. Algunos movimientos como el clásico paso del step se repiten bajo el agua consiguiendo resultados incluso mejores ya que se reduce el riesgo de lesiones y se mejora la capacidad cardiorespiratoria. Cuando nos encontramos bajo el agua sentimos la sensación de que nuestro cuerpo es más ligero, lo que nos permite realizar los ejercicios de una forma más exacta y sin limitaciones como el propio peso del cuerpo.
Uno de sus principales beneficios es que permite la tonificación de los músculos. Al ser más sencillos de realizar los ejercicios, se pueden multiplicar las repeticiones sin apenas experimentar cansancio y haciendo que la musculatura trabaje más. Si por ejemplo vienes de una lesión tanto en el tren superior como en el inferior, el aquagym es una buena forma de recuperar el tono muscular. Del mismo modo es aconsejable para personas de avanzada edad o de movilidad reducida ya que se sienten más ligeros y pueden desplazarse sin riesgos.
¿Cómo debe ser el lugar en el que se practica el aquagym? La mejor forma de practicar este deporte es en una piscina no demasiado profunda, de tal modo que la parte superior de nuestro cuerpo quede fuera del agua. También, para evitar lesiones y cambios de temperatura bruscos, el agua debe estar a una temperatura de entre 28º - 30º.
Otra de las principales recomendaciones de su práctica es la recuperación de la flexibilidad. La coordinación motriz también se puede ver reforzada, así como la postura corporal. Igual que en otros deportes, también existen niveles que te permiten ir avanzando según las necesidades y cualidades de tu cuerpo.
¿Y el último punto a favor? Que se puede practicar durante todo el año, no hace falta que estés en verano para sumergirte en la piscina... ¿Existe algo más relajante que flotar?
¿Qué necesito?
A la hora de apuntarte a las clases de aquagym o gimnasia acuática, no hace falta que te hagas con un gran equipo ya que parte del material te lo aportarán en las propias clases.
Igual que ocurre cuando visitas cualquier piscina deportiva, recuerda llevar gorro de baño y aguas de bucear (aunque en este tipo de deporte no las vas a usar demasiado, pero ¿quién sabe?). También debes tener en cuenta que para una mayor comodidad, es preferible que uses traje de baño en vez de bikini. En las clase te prestarán rodillos, tablas y pesas.

Ejercicio
Efectúa pequeños saltos elevando la rodilla y el brazo opuestos a un ritmo más lento que el de una auténtica carrera. Repítelo 20 veces. En este ejercicio, participan los pectorales, los brazos, la espalda, los glúteos, las piernas y los abdominales.

Ejercicio
Siéntate sobre una tabla y con el cuerpo recto trata de mantener la posición en perfecto estado. Sólo te podrás ayudar de los brazos para mantener el equilibrio. Trabajas abdominales y brazos.

Ejercicio
Se trata de mantener la posición sentada sobre la tabla, pero esta vez no te puedes ayudar con las manos. La única ayuda es agarrar las manos de los compañeros, crear un círculo y mantener la posición sentada con la tabla en las piernas.

Ejercicio
Para trabajar los brazos, este ejercicio es infalible. Coge la tabla con los brazos estirados y manteniéndola vertical, entre ellos, has de meter y sacar los brazos del agua. Siempre rectos. La tabla, al flotar, hará que te resulte complicado y tendrás que vencer esa resistencia.

Ejercicio
Con mancuernas sumergibles deberás mantener tu cuerpo dentro del agua, hasta los hombros. Con los brazos estirados y las mancuernas tienes que conseguir levantar las piernas hasta el pecho para hacer abdominales sentada. Repítelo unas 20 veces. Notarás los efectos.

Ejercicio
Con las mismas mancuernas sumergibles, debes ponerte en posición recta, brazos estirados hacia delante y caminar de un lado a otro de la piscina venciendo toda la resistencia que tu cuerpo, el agua y las mancuernas ofrecen.

Ejercicio
Con la ayuda de un rodillo sumergible, deberás mantenerte en posición sentada, usándolo como respaldo. Ahora has de subir y bajar las piernas del agua. Debe ser de forma controlada y sin separarlas mucho, pero atravesando la barrera del agua, arriba y abajo.

Ejercicio
Para trabajar los brazos, este ejercicio es fantástico. Primero, estira los brazos hacia delante, fuera del agua y sepáralos y acércalos. Después, deberás hacerlo atravesando la fuerza del agua: primero hundir y luego acerca y separa los brazos debajo del agua.

Ejercicio
El agua por la cintura, levanta ambos brazos, en posición de cruz, estirados y agarrando las mancuernas desde abajo del todo, hasta arriba. Mira la foto para llegar al movimiento perfecto.

Ejercicio
Con el cuerpo dentro del agua y los brazos estirados, sujetando las mancuernas, abre las piernas y da pequeños saltitos lanzando una vez cada pierna lateralmente. Las mancuernas te ayudarán a flotar, pero, a la vez, te opondrán resistencia.

Así que ¡al agua patos!
Como has podido ver, se trata de ejercicios muy sencillos que cualquier persona puede realizar sin demasiado esfuerzo, pero para una correcta práctica, es recomendable que acudas a un centro deportivo en el que un monitor te enseñe a realizarlos de la forma adecuada.
