Seguramente el aumento de peso sin motivo aparente es la señal de alarma que más se escucha, pero has podido padecer otros síntomas como cansancio, fatiga, insomnio, caída del cabello e incluso depresión…
La glándula tiroides, que se encuentra en nuestro cuello, no funciona de manera correcta. Puede producir menos hormonas de las adecuadas –hipotiroidismo- por lo que quemaremos menos calorías para la obtención de energía.

No solo repercute en nuestro peso. Es una glándula fundamental en el funcionamiento del organismo: regula también el corazón, los pulmones y riñones… Es una enfermedad incurable, por lo que el médico deberá realizarnos seguimientos constantes y administrarnos hormonas tiroideas por vía oral y, además, tendremos que tener un especial cuidado con nuestra alimentación.
Cada caso debe ser pautado de manera individual por un nutricionista, pero –como regla general- se recomienda consumir alimentos que aporten mucha fibra al organismo (frutas, legumbres, verduras…). También debemos elegir alimentos ricos en selenio, que ayuda al desarrollo hormonal , como son el pollo, las nueces, el salmón, la cebolla y el ajo.
Preferentemente estimula tu consumo de yodo, ya que regula la hormona tiroxina: algas, sal yodada, mariscos… pueden ser tus aliados. Asimismo hay alimentos que impiden que nuestro organismo asimile el yodo, y que debemos evitar, como la mostaza, las fresas o los cacahuetes.
Los 10 síntomas más frecuentes del hipotiroidismo:
1.- Fatiga y debilidad
2.- Retención de líquidos y ganancia de peso
3.- Piel seca y palidez
4.- Pérdida de cabello y uñas quebradizas
5.- Estreñimiento
6.- Depresión y ansiedad
7.- Hipotermia o intolerancia al frío
8.- Insuficiencia cardiaca
9.- Niveles altos de colesterol
10.- Trastornos menstruales