En España, en el 2017, se produjeron alrededor de 330.000 fracturas por fragilidad. Esto supone un coste sanitario de 4.200 millones de euros. Pero no sólo nos debemos preocupar por nuestra calidad ósea sino, también , por los gastos que estas traen consigo, se prevee que el coste por fractura por fragilidad crecerá más de un 30% en el 2030, por lo que podría alcanzar los 5.500 millones.Ante el estupor social y económico que podría suponer para nuestro sistema sanitario más de 25 organizaciones (asociaciones de pacientes, sociedades científicas y profesionales del ámbito sanitario y sindical) se han unido para dar forma y suscribir el Manifiesto por la prevención de las fracturas óseas,¿En qué consiste dicho manifiesto?En él se destaca la necesidad de incluir la prevención de las fracturas óseas por fragilidad en los planes de salud.Adoptar guías de práctica clínica para realizar un seguimiento adecuado de los pacientes tras una primera fractura.El establecimiento de un código de Fractura protocolizado de diagnóstico consensuado a nivel nacional, para una correcta detección y establecimiento de un tratamiento preventivo así como su implantación a nivel de Atención Primaria y hospitales, tal y como se dispone con otras patologías como el ictus.Actuación coordinada entre los médicos especialistas, de atención primaria, enfermería y farmacia comunitaria para facilitar la valoración y el tratamiento de los pacientes con fracturas por fragilidad ósea.
¿En qué consiste dicho manifiesto?
En él se destaca la necesidad de incluir la prevención de las fracturas óseas por fragilidad en los planes de salud.
Adoptar guías de práctica clínica para realizar un seguimiento adecuado de los pacientes tras una primera fractura.
El establecimiento de un código de Fractura protocolizado de diagnóstico consensuado a nivel nacional, para una correcta detección y establecimiento de un tratamiento preventivo así como su implantación a nivel de Atención Primaria y hospitales, tal y como se dispone con otras patologías como el ictus.
Actuación coordinada entre los médicos especialistas, de atención primaria, enfermería y farmacia comunitaria para facilitar la valoración y el tratamiento de los pacientes con fracturas por fragilidad ósea.
Datos sobre la fragilidad ósea
Datos que te ayudarán a concienciarte sobre la importancia de una correcta prevención:
¿Sabías que el 68% de las mujeres y el 60% de los hombres fracturados no reciben asistencia adecuada?
Cada 3 segundos se produce una fractura por fragilidad ósea en el mundo y el riesgo de sufrirla aumenta en pacientes con una fractura previa entre 2 y 5 veces.
Se trata de un problema de salud pública creciente que afecta actualmente a 1 de cada 3 mujeres y a 1 de cada 5 hombres en España y se prevé un aumento de los casos.
Según Mª Antonia Robles, Presidenta de AECOSAR “nos parece terrible que en el 2018 no contemos aún con los procedimientos adecuados de prevención, diagnóstico, valoración, intervención y seguimiento de los pacientes”.
Juan Gómez, presidente de la Sociedad Española de Reumatología (SER) explica que "las fracturas no sólo tienen un gran impacto en la capacidad funcional del individuo, sino que también son responsables de un elevado consumo de recursos sanitarios. De ahí, la necesidad de implantar estrategias desde las administraciones públicas que ayuden a una mejora de esta problemática”.
Es por ello que nos hacemos eco de la importancia y necesidad de que se haya llevado a cabo este manifiesto. De hecho, Jorge Hinojosa, gerente de la Alianza General de Pacientes (AGP), planteó que “el escenario actual demanda que el dialogo entre todas las partes es clave en la solución de los problemas sanitarios. Este manifiesto es una muestra de ello".
El Manifiesto por la prevención de las fracturas óseas, mediante 8 puntos, ayuda a prevenir, tratar y facilitar la recuperación ósea de cara a una menjor calidad de vida del paciente y un saneamiento del protocolo y de los costes de la salud pública. Destacan la necesidad de incluir la prevención de las fracturas óseas por fragilidad en los planes de salud. Además, implementar guías de práctica clínica para realizar un seguimiento adecuado de los pacientes tras una primera fractura.