1. ¿Cómo te atas las zapatillas?
Algo tan básico… y nosotras suspendemos. Para estar cómoda corriendo, tienes que atarte los cordones en forma de pirámide, más prietos en la punta y van aflojándose hasta que los atamos. ¡Y nosotras los llevábamos al revés! El pie no tiene que quedar muy suelto, pero tampoco oprimirlo en exceso. La única inversión seria que tiene que hacer todo corredor son las zapatillas, asegúrate de que tienen una buena amortiguación y que son acordes a tu pisada.
2. ¿Por qué corres?
Plantéate esta pregunta y ten en cuenta que todas las respuestas son igual de válidas: para estar en forma, para sentirme mejor, para participar en una carrera, para superarme, para poder comer lo que quieras... No lo pierdas de vista, porque te lo tendrás que repetir en los momentos en que flaquees. Seamos sinceros “al principio será duro”.

3. ¿Por dónde corres?
Planifica una ruta por donde te sientas a gusto y varíala cuando quieras –no hay problema-, pero mejor por césped o arena. Lo peor para empezar es el asfalto.
4. ¿Cuánto corres?
Es más sencillo de lo que piensas. Tu objetivo es llegar a correr 40 minutos seguidos y a buen ritmo. Vale que no lo conseguirás la primera semana, pero no pierdas de vista esta meta y escucha a tu cuerpo. Mejor correr más rápido y menos tiempo que ir arrastrándote aunque aguantes más. Lo ideal: ponerte un pulsómetro e ir sobre el 60-70% de tu ritmo cardiaco. Y –palabra de maratoniano- personas que corren más de una hora seguidas, al principio eran incapaces de aguantar 5 minutos. No te desesperes.
5. ¿Cuántos días corres?
Como mínimo, Chema Martínez recomienda salir a correr tres días a la semana. Eso sí, tampoco te saltes los días de descanso entre sesiones.

6. ¿Sólo correr?
Si consigues correr tres días a la semana 40 minutos cada sesión estarás “más que en forma”, nos aseguran. Eso sí, puedes combinarlo con otros deportes siempre que te apetezca. Lo único de lo que no te debes olvidar es de “trabajo de gimnasio” y no nos estamos refiriendo a que vayas al gym. Después de correr, entrena tu cuerpo: ponte de puntillas para ejercitar los gemelos, utiliza una silla para ejecutar sentadillas, haz abdominales… Y, por supuesto, calentar y estirar antes de cada carrera.
7. ¿Cómo corres?
Es hora de que empieces a “cuidar tu estilo”. Algunos trucos te ayudarán a mejorar tu técnica de carrera:
- La cabeza: mira siempre al frente, hacia donde quieres ir –nunca al suelo-.
- Los hombros: llévalos relajados, alejados de las orejas y no acompañes la zancada con ellos.
- Los brazos: manos semicerradas y los brazos deben ir de adelante hacia atrás, con los codos flexionados en ángulo recto. Un truco: prueba a correr con las manos como si te sujetaras unos tirantes, así controlarás su balanceo.
- Cadera: procura que no oscilen.
- Las piernas: levanta las rodillas, pero sin exagerar. Para saber la longitud de tu zancada, observa que el pie nunca apoye por delante de la vertical que forma la rodilla.
- Pies: Apoya sobre el talón y la mitad del pie y nota cómo los gemelos trabajan para propulsarte. Un truco: cuanto menos ruido hagas al correr, mejor.