En verano nuestra piel y nuestro pelo sufren más que nunca: son los meses del año en los que más se ven expuestos a factores y agresiones externas como el sol, la sal del agua del mar o el cloro de las piscinas. Y aunque es inevitable que esto pase, sí que podemos intentar reducir al mínimo el daño que estos causan si seguimos algunos consejos y recomendaciones.
Si bien en materia de protegernos de estos agentes externos en cuanto a la piel se refiere las nociones parece que las tenemos bastante claras, con los protectores solares como principal arma de defensa, con el pelo no tanto. La de utilizar gorros, sombreros o pañuelos para cubrirnos la cabeza y evitar que nuestro pelo esté constantemente expuesto al sol sí nos la sabemos, por ejemplo.
Pero en realidad son la sal y el cloro los culpables de que cuando volvemos a la rutina en septiembre nos entren esas ganas irrefrenables de ir a la peluquería a cortar por lo sano. Y es que como explica el Dr. Antonio Burgo, "el cloro elimina los aceites naturales presentes en nuestro pelo" y, como afirman los expertos de Jean Louis David, "la sal capta la hidratación, algo esencial para el cabello, impidiendo que el tallo capilar asimile el agua necesaria para estar sano y, como resultado, haciendo que la fibra se reseque notablemente".

Cómo proteger el pelo del cloro y la sal
Así pues, tenemos que intentar tener siempre en cuenta cuando vayamos a estar expuestas a cualquiera de estos dos elementos el daño que estos causan a nuestro cabello, para así protegernos de él. Pues bien, como explica la farmacéutica Helena Rodero en su libro 'Todo sobre tu pelo y tu piel', uno de los mejores trucos para evitar que la sal o el cloro dañe nuestra melena es también el más sencillo.
Y es que la farmacéutica aconseja que siempre que nos vayamos a meter en el mar o en la piscina, intentemos siempre que podamos mojarnos antes el pelo con agua dulce. Ya que de esta forma el agua que absorberá nuestro cabello será agua dulce, limpia y sin sustancias que puedan dañar el cabello, en vez del agua de mar o de piscina que absorbería si nos tirásemos directamente.
Además, puntualiza, también es ideal aclarar el pelo después de bañarnos en el mar o en la piscina con agua dulce, dejándolo secar al natural sin recogerlo para evitar que se dañe y se rompa.
