A diferencia de otras partes de nuestro cuerpo, la zona de los labios es una de las más sensibles: la epidermis es muy fina, no contiene melanina (es más sensible a los efectos adversos de los rayos del sol) y su pigmento natural depende exclusivamente de nuestra circulación sanguínea. Por todo esto, los labios precisan de un cuidado único y muy especial y la clave, según los expertos, reside en algo que (casi) nunca hacemos: exfoliarlos a menudo.Pero, ¿por qué es importante incluir este hábito en nuestra rutina de belleza? Las razones son muchas, pero la principal es que si no los exfoliamos, se secarán y cuartearán mucho más rápido. Si tenemos los labios cortados y deshidratados no debemos, únicamente, aplicarnos un bálsamo hidratante, por muy bueno que sea. Es fundamental seguir una rutina de exfoliación antes de aplicar cualquier producto, para que este no se quede en la capa superior.Los dermatólogos aconsejan exfoliar la piel de los labios un par de veces a la semana. Debido al efecto mecánico de la exfoliación, que activa la microcirculación y retira las células muertas, los labios quedan ligeramente más rosados aunque naturales. Pruébalo, conseguirás no solo que estén más sanos, sino que se vean también mucho más bonitos.Si queremos que la exfoliación labial sea realmente efectiva, los profesionales aseguran que debemos ayudarnos de un buen cepillo. El uso continuado de un cepillo de silicona mejora notablemente la tersura y el aspecto de la piel de los labios.La piel de los labios puede dañarse con facilidad y si está seca, pueden aparecer cortes o heridas. Por eso, resulta fundamental elegir bien tanto un cepillo como un lip scrub. El cepillo exfoliante Kiss me, baby de You Are The Princess está indicado para una limpieza profunda de los labios y sus microfilamentos prometen acabar con todo tipo de residuos. Puedes utilizarlo para ayudar a desmaquillarte, sin dañar los labios, cuando utilizas labiales de alta pigmentación, ya que esta pequeña herramienta elimina los residuos resistentes del maquillaje, las células muertas de la piel, y exfolia sin irritar. La silicona es suave, segura para el organismo, ultrahigiénica y no porosa para evitar la acumulación de bacterias. Lo mejor es su precio, solo cuesta 1,99 euros. ¡A la cesta!
Pero, ¿por qué es importante incluir este hábito en nuestra rutina de belleza? Las razones son muchas, pero la principal es que si no los exfoliamos, se secarán y cuartearán mucho más rápido. Si tenemos los labios cortados y deshidratados no debemos, únicamente, aplicarnos un bálsamo hidratante, por muy bueno que sea. Es fundamental seguir una rutina de exfoliación antes de aplicar cualquier producto, para que este no se quede en la capa superior.
Los dermatólogos aconsejan exfoliar la piel de los labios un par de veces a la semana. Debido al efecto mecánico de la exfoliación, que activa la microcirculación y retira las células muertas, los labios quedan ligeramente más rosados aunque naturales. Pruébalo, conseguirás no solo que estén más sanos, sino que se vean también mucho más bonitos.
Si queremos que la exfoliación labial sea realmente efectiva, los profesionales aseguran que debemos ayudarnos de un buen cepillo. El uso continuado de un cepillo de silicona mejora notablemente la tersura y el aspecto de la piel de los labios.
La piel de los labios puede dañarse con facilidad y si está seca, pueden aparecer cortes o heridas. Por eso, resulta fundamental elegir bien tanto un cepillo como un lip scrub. El cepillo exfoliante Kiss me, baby de You Are The Princess está indicado para una limpieza profunda de los labios y sus microfilamentos prometen acabar con todo tipo de residuos. Puedes utilizarlo para ayudar a desmaquillarte, sin dañar los labios, cuando utilizas labiales de alta pigmentación, ya que esta pequeña herramienta elimina los residuos resistentes del maquillaje, las células muertas de la piel, y exfolia sin irritar. La silicona es suave, segura para el organismo, ultrahigiénica y no porosa para evitar la acumulación de bacterias. Lo mejor es su precio, solo cuesta 1,99 euros. ¡A la cesta!
