Las tendencias de la belleza de los últimos años están dotando cada vez de más importancia a una parte de nuestro rostro que merece un cuidado especial. Nos referimos a las cejas, marco natural de nuestra mirada y fuente de expresión. Hasta hace poco, el único cuidado que le otorgábamos a nuestras cejas era depilarlas... muchas veces sin ton ni son. ¿Cuántas mujeres llegan a los 40 sin apenas pelo en esta zona por culpa de años de depilación incontrolada, tanto que las tienen que pintar. El modelo “ceja fina de hilo” está más que desfasado, y ahora lo que se lleva es una ceja cuidada, tupida y que enmarque nuestra mirada. El objetivo es encontrar un diseño que respete la forma de nuestra ceja natural pero más definido.
Las cejas son una zona delicada que no admiten mucho margen de error. Un exceso de depilación puede cambiar nuestra expresión facial de manera muy radical, así que si crees que no tienes la suficiente pericia como para lanzarte tú sola con las pinzas, lo mejor será que acudas a las manos expertas de los profesionales. Cada vez surgen más servicios específicos para las cejas donde las depilan, recortan y peinan de la manera más adecuada para tu rostro. Además, el especialista nos ofrece consejos para que mantengamos nosotras en casa ese mismo estilo.

Las cejas poco tupidas pueden tener diferentes explicaciones. El factor genético, y en concreto el fototipo, es el factor principal aunque también puede influir una depilación excesiva a lo largo de los años. A ellos se pueden sumar problemas de salud, estrés o envejecimiento. ¿Cómo volver a darle forma? Te presentamos cinco alternativas.
El microblading
Se trata de una técnica de maquillaje y no necesita retoques durante al menos un año.
El nanoblading
Esta técnica, como versión mejorada del microblading, da a cualquier ceja un aspecto fotogénico, como si fuera dibujado con un lápiz. Se trata de un método de pigmentación semi permanente que reestructura también pelo por pelo el conjunto de la ceja. ¿Cómo se realiza concretamente? Con un aparato extremadamente preciso compuesto por agujas ultrafinas que aportan color de forma natural. Es más natural y sobre todo menos dolorosa que el microblading. Los resultados son visibles durante dos años. Es más recomendable a las personas con pelo finísimo.
La máscara con fibras
Desarrollada por algunas marcas, este tipo de máscaras cuenta con una fórmula gel con fibras que rellena los huecos de tus cejas dejándolas uniformes y con estructura. Con forma de brocha, permite retocar a mano la ceja para un efecto amplificado instantáneo y mucho volumen.
Las extensiones de cejas
Al igual que las pestañas, este método consiste en colocar pelo sintético a las fibras naturales de tus cejas gracias a un adhesivo no agresivo, hipoalergénico, especialmente diseñado para pieles sensibles. El método se realiza pelo a pelo para que el resultado sea de lo más natural. Es resistente al agua y aunque no sea permanente, te permite no tener que retocarte a diario.
El lápiz

Es la técnica más asequible. El lápiz te permite rellenar los huecos, pero también dibujar una línea de cejas más nítida. Ten muy en cuenta el color natural de tus cejas, sino el relleno se notará de forma excesiva, y aplícalo por trazos con cuidado. Algunos combinan el color con un efecto iluminador.
Implante capilar
Para devolver el aspecto natural a las cejas existen diferentes técnicas, pero “el implante capilar es la única solución natural y definitiva”, reconoce el doctor Pablo Naranjo, director médico de MC360. El procedimiento se completa en una única sesión y se realiza mediante la técnica FUE, es decir, pelo por pelo, con el propio cabello del paciente, de forma que no existe la posibilidad de rechazo y el ritmo de crecimiento es el normal. El cabello crece al ritmo que crece el pelo de la cabeza por lo que hay que cortarlo frecuentemente para que no se exceda en longitud. “Las raíces capilares se fraccionan hasta ser unidades foliculares de uno, dos o tres cabellos para conseguir una mayor naturalidad, además se realiza bajo anestesia local, dura pocas horas y la zona tratada no requiere ningún cuidado especial, salvo una muy correcta higiene y unas pautas básicas los primeros días”, asegura el Dr. Naranjo.