En el universo cambiante de la perfumería, ha surgido una corriente olfativa que no pasa desapercibida: los perfumes en modo bestia. Este tipo de fragancias ha conquistado redes sociales como TikTok gracias a su presencia arrolladora, su persistencia extrema y ese efecto envolvente que hace imposible ignorarlas. Estos perfumes no son solo para olerlos, son para sentirlos. Aromas tan intensos que se convierten en una declaración de intenciones. Pero, ¿qué los hace tan deseados en este momento y por qué los más jóvenes sienten devoción por este tipo de esencias?
¿Por qué todas hablan de los perfumes en 'modo bestia'?
Una fragancia que habla por ti
No es casualidad que las fragancias potentes estén viviendo un auge. En tiempos donde la estética maximalista se impone, el perfume se convierte en una herramienta más para expresar carácter. Y si algo está claro, es que hay aromas que son sinónimo de lujo y poder. Lo que distingue a los perfumes modo bestia es su altísima concentración de aceites esenciales, que garantiza una estela potente y vibrante. No son discretos ni tímidos: están hechos para aquellas personas que desean dejar huella por donde pasan sin la necesidad de articular una palabra.
Ingredientes que hacen vibrar tus sentidos
El corazón oscuro y adictivo de los perfumes potentes
Si deseas adentrarte en este universo olfativo, es esencial conocer los componentes que definen a un perfume en modo bestia. Ingredientes como ámbar, oud, pachulí, vainilla o almizcle no solo aportan profundidad, sino también esa capacidad de crear un ambiente misterioso y un tanto exótico. El oud, por ejemplo, se ha convertido en uno de los ingredientes más codiciados y preciados dentro de la industria. Este aceite, extraído de la madera de agar, posee un aroma misterioso, cálido y ligeramente animal. Eso sí, no es para todas: su personalidad polarizante o enamora, o abruma. Cuando se combina con especias intensas como el cardamomo o el azafrán, o con resinas como la mirra, el resultado es pura sofisticación con carácter.
Flores que también rugen
Sin embargo, no todo es madera y especias. Las flores blancas —jazmín, nardo, magnolia— también pueden jugar un rol protagonista. Al mezclarse con notas más profundas, despliegan una dualidad cautivadora: delicada, sí, pero también feroz. Al fin y al cabo, una composición debe juzgarse por tu totalidad, así que no pienses que una fragancia que tenga narciso en su composición no tiene por qué ser salvaje y animal.
Cómo hacer que tu perfume dure más (y huela mejor)
Trucos que potencian el impacto
Aplicar tu fragancia justo después de la ducha, cuando la piel está tibia y limpia, es una técnica infalible. Además, mantener tu piel bien hidratada mejora la adhesión del perfume, prolongando su presencia. Sin lugar a dudas, es esencial aplicar la fragancia en puntos de pulso, como las muñecas, para potenciar toda su presencia.
Capas que enamoran
Nunca nos cansamos de recordar que superponer aromas puede darte un resultado inesperadamente adictivo. De hecho, es una técnica para dar vida a un aroma único sin la necesidad de dejarnos el sueldo en un perfume personalizado. Inicia con una base robusta como un almizcle, y suma acordes más suaves o dulces según tus gustos. Así, consigues una firma olfativa tan personal como tú y tienes la opción de sorprenderte con mezclas poco comunes.
Perfumes en 'modo bestia' que debes probar al menos una vez
Si estás lista para dejarte seducir por esta tendencia, aquí va una recomendación: atrévete con perfumes amaderados (y duraderos) con los que perderás el sentido de lo rico que huelen. Busca propuestas que fusionen ingredientes nobles con estructuras complejas. Cada uno de estos perfumes despliega una historia diferente, pero todos tienen algo en común: imposible pasar desapercibida.
Arrayán Rojo de 432, aromático, verde y con un punto cítrico inesperado

Arrayán Rojo es la definición de frescor sofisticado. Nada que ver con un agua ligera sin carácter. Aquí, las hojas de arrayán abren con un verdor crujiente que se combina con limón de Pica y neroli, creando una salida viva pero no estridente. En el corazón, palo santo y pachulí aportan profundidad sin caer en el exceso. Eso sí, el fondo es lo que enamora: resinas suaves, bálsamos discretos y un almizcle vegetal limpio, muy de piel. Un perfume con personalidad serena, perfecto para quien busca una firma olfativa distinta y equilibrada. En realidad, es uno de esos perfumes que no se parece a ningún otro, y ahí está su encanto. Precio: 145 euros en Sillage Barcelona.
Oud de Burgas de Santi Burgas, oud potente, pero con mucha clase

El oud suele dividir opiniones. Sin embargo, Oud de Burgas logra algo curioso: ser intenso sin resultar invasivo. En lugar de saturar, propone una mezcla equilibrada de maderas nobles y especias que invitan a acercarse. Clavo de Madagascar, cedro y el misterioso “traste” abren el juego con carácter. Luego entran en escena los ouds de la India, Laos y Bangladesh, cada uno con su matiz, pero sin robarse el protagonismo. El sándalo, cremoso y terroso, suaviza el conjunto y aporta duración sin pesadez. Es una fragancia que seduce por capas: cuanto más tiempo pasa en la piel, más interesante se vuelve. Para amantes de lo exótico, con un pie en lo clásico y otro en lo experimental. Precio: 320 euros.
Gentlemen’s Club de Toni Cabal, pura elegancia con alma especiada

Gentlemen’s Club no busca parecer un perfume de caballero clásico. De hecho, huye del estereotipo y propone una lectura actual del universo fougère. Abre con lavanda francesa, pero lo hace junto a hierba de limón y jengibre, que le dan un arranque fresco con un punto picante. El corazón sorprende con habas tonka, clavo y un toque floral muy bien medido de geranio egipcio. En el fondo, vetiver y sándalo añaden solidez sin hacerlo denso. Es elegante y muy versátil. Funciona tanto para el día, si te gustan los aromas con mucha personalidad, como para una cena especial. Precio: 210 euros.
Exoticoud de Jupilò, fruta, flores y oud en clave tropical

Si te apetece un perfume distinto, Exoticoud puede ser justo lo que buscas. De entrada, maracuyá, mango y frambuesa crean una explosión frutal jugosa, con toques de azafrán y pimienta rosa que añaden chispa. La mezcla suena caótica, pero está perfectamente orquestada. Luego entran flores: jazmín, lirio de los valles, rosa, geranio… un corazón floral que aporta equilibrio. Lo mejor llega en el secado: oud, cuero, benjuí, vainilla y ámbar gris se combinan en un fondo profundo, pero bien equilibrado. Dulce, especiado y con ese toque exótico que atrapa. Un viaje olfativo en toda regla, con muchas paradas sensoriales. Precio: 185 euros.