San Isidro Labrador también se celebra a través de nuestra fragancia: icónicos perfumes con olor a clavel para ser la reina absoluta en la Pradera (o en cualquier rincón de Madrid)

Pocas cosas hay más evocadoras que un perfume de clavel para fundirse con el ambiente de la Pradera de San Isidro.
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Perfume rodeado de claveles - Zinet Media

Cada 15 de mayo, Madrid se llena de alegría, tradición y color para celebrar a su patrón, San Isidro Labrador. Pese a que el tiempo anuncia lluvias, la ciudad se transforma en un hervidero de chulapos, chulapas, rosquillas listas para ser devoradas y, cómo no, claveles rojos en solapas, moños y balcones. Esta festividad, con siglos de historia, rinde homenaje a Isidro de Merlo y Quintana, un labrador del siglo XI canonizado por sus milagros y su vida sencilla y piadosa. Lo que empezó como una fiesta religiosa se ha convertido en una celebración popular que cada año gana más adeptas entre las beauty lovers que buscan reinterpretarla a su manera gracias a su perfume. Porque sí, lo castizo puede ser también moderno.

Resulta que el clavel no es solo una flor bonita y colorida que decora con desparpajo las fiestas castizas. Es, en realidad, un emblema olfativo de esta jornada: picante, ligeramente especiado, con esa mezcla entre lo antiguo y lo inesperadamente vanguardista. En la perfumería, el clavel ha sido muchas veces protagonista de grandes composiciones, aunque suele pasar desapercibido ante flores más evidentes como la rosa o el jazmín. Sin embargo, los perfumes con clavel tienen un carácter único, elegante y decididamente rompedor. Y no, no hablamos de colonias de abuela. Hablamos de perfumes florales nada típicos que merece la pena probar esta primavera si buscas una firma olfativa con carisma propio. Porque un buen perfume puede ser tan importante como un mantón bordado o una flor en el pelo.

Perfumes con clavel, el mejor aliado de San Isidro Labrador

Eternity de Calvin Klein, un clásico sin fin

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Perfume Eternity de Calvin Klein

Clásico entre clásicos, Eternity de Calvin Klein es una de esas creaciones que nunca pasan de moda, y que año tras año sigue seduciendo a nuevas generaciones de amantes de la perfumería. Lanzado en 1988 por la legendaria nariz Sophia Grojsman, este floral con alma verde empieza con una ráfaga chispeante de cítricos, mandarina y notas verdes, que se mezcla con la fresia y la salvia para abrir paso a un corazón floral complejo y lleno de matices. Ahí es donde el clavel aparece con fuerza, acompañado por lirio de los valles, narciso, violeta, caléndula y un bouquet de flores blancas donde la rosa y el jazmín aportan un toque atemporal. El fondo, con almizcle, heliotropo, ámbar, sándalo y pachulí, lo convierte en un perfume profundo pero fácil de llevar. Un perfume floral que desearás estrenar (o redescubrir) si buscas sofisticación sin esfuerzo.

Infusion d'Oeillet de Prada, un perfume floral y fresco

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Perfume Infusion d'Oeillet de Prada

No podía faltar en esta selección una de esas joyas discretas pero poderosas de Prada. Infusion d'Oeillet es una oda al clavel que se desmarca de cualquier cliché. Minimalista, moderna y exquisitamente formulada, esta fragancia sorprende desde el primer instante con una salida limpia y ligeramente cítrica de mandarina, que cede protagonismo rápidamente al corazón: un clavel especiado, terroso y cálido, acompañado por pachuli y sándalo que le aportan cuerpo y estructura. El fondo, con styrax y almizcle, añade cremosidad y un aire envolvente que se queda en la piel durante horas. No es un perfume ruidoso, pero sí con mucha personalidad: uno de esos perfumes frescos de verano que una editora de belleza tiene fichados desde hace temporadas. Funciona de día, de noche, para ir a la oficina o para una verbena al atardecer.

Oeillet Sauvage de L'Artisan Parfumeur, un icono entre las expertas

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Perfume Oeillet Sauvage de L'Artisan Parfumeur

Y si hablamos de fragancias de culto, Oeillet Sauvage de L’Artisan Parfumeur merece mención aparte. Lanzado en el año 2000, este perfume es todo menos convencional. Su arranque es una mezcla embriagadora de pimienta rosa, ylang-ylang y lila, que prepara el terreno para la estrella indiscutible de esta composición: un clavel silvestre, vibrante y ligeramente salvaje. A diferencia de otras propuestas más estructuradas, aquí el clavel brilla con un carácter más natural, casi bohemio, con un fondo de rosa que lo suaviza sin robarle protagonismo. Perfecto para las amantes de la perfumería que buscan diferenciarse con notas inesperadas y una estela con alma. Es de esos perfumes florales que no te esperas, pero que una vez pruebas, no puedes dejar de llevar.

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