Después de haber contando algunas de las bodas más bonitas en Marie Claire, si hay algo que he aprendido es que las historias de amor pueden surgir en cualquier momento. Puedes terminar por casarte con tu novio de toda la vida, o que este aparezca de la manera más inesperada cuando estás preparando unas oposiciones. Esto es precisamente lo que sucedió con Ana y José María, ya que, a pesar de que cada uno era de una ciudad distinta (ella de Valladolid y él de Jaén), ambos se trasladaron a Madrid porque debían realizar un curso obligatorio tras haber aprobado los exámenes. Y, como todo aquel que se haya preparado para unas pruebas así sabrá, se pasan muchas horas con los compañeros entre clase y clase y por supuesto, también fuera de ellas. Así es como empieza su historia y como fue el día más feliz de la novia que apostó por una de las diseñadoras españolas más reconocidas.
"Él dice que ya se había fijado en mí, pero que no me podía distraer. Así que cuando aprobé el examen de la segunda oposición que estaba haciendo, ya empecé a salir. Un día quedamos a tomar algo varios del grupo y después me acompañó a casa. Durante el camino no dejábamos de hablar, ¡era como si nos conociésemos de toda la vida!". Así es como cuenta Ana su primera conexión con el que hoy ya es su marido, José María. Una historia intensa que se fue fraguando por momentos cada vez que se veían.
"Desde ese entonces, nos estuvimos viendo todos los días hasta que acabó el curso y cuando comenzó el verano y había que decidir dónde elegir la plaza, optamos por irnos a Bilbao juntos para intentarlo". Y la prueba les salió bien, porque solo un año y medio después se comprometían. "Llega un momento en el que no necesitas 5 años de relación para saber si quieres estar con una persona", dice Ana.
El enclave escogido para este broche de oro fue en la Parroquia de San Agustín, en Valladolid. Allí, se habían casado sus padres, sus tíos y también sus abuelos, por lo que no había otra iglesia mejor que esa para vivir un día de tanta emoción.
'Inuñez', su primera opción
Así, llegado el momento de elegir el vestido para su gran día, ella lo tuvo claro y quiso apostar por Isabel Nuñez, Inuñez, una de las diseñadoras nupciales preferidas por las futuras novias para ir perfectas a la ceremonia. "Isabel siempre ha sido de mis diseñadoras favoritas y cuando la conocí, me entendió a la perfección el estilo que me gustaba. Al salir de su atelier, mi madre y yo sabíamos que era ella quien nos iba a hacer el vestido. Sí, ¡también se lo diseñó a mi madre!"
"El cuerpo y las mangas eran todo pliegues hasta el codo y luego liso hasta la muñeca acabando con desnivel y en la cintura llevaba un falso nido de abeja trenzado a mano. El escote era asimétrico, acababa con un pliegue que simulaba un nudo desde donde salía un efecto pañuelo al cuello que caía por detrás enganchado con el broche. El vestido era desmontable, se quitaban las mangas y una sobrecola de gasa. Vamos, una maravilla". Con esta ilusión es como describe Ana la pieza que combinó con unas sandalias de tiras con tacón en color nude elaboradas en piel acharolada de Jimmy Choo.
"Esta firma siempre me ha gustado, pero los zapatos me costó mucho elegirlos, porque tenía una idea en mente que no veía en ningún sitio. Quería un color neutro que no rompiesen con la estética del vestido y que fuesen sandalias. Al final, los que había seleccionado se los enseñé a Isabel y las dos decidimos que esos eran los que mejor combinaban", explica Ana.
Un toque especial gracias a los accesorios
Cualquiera que se haya vestido de novia sabe que los pequeños detalles marcan la diferencia y que en este día irrepetible se han de buscar los más especiales. Por eso, recurrir a un broche antiguo de su abuela fue el bonito gesto de Ana para sentir que la tenía presente en este momento único. Además se colocar el accesorio en la parte lateral de la espalda, sus padres le regalaron unos pendientes art decó de brillantes que quedaban ideales con el vestido y el peinado, un moño bajo con la raya en medio que resaltaba sus facciones.
