Este es el verdadero ingrediente que usan para hacer sangre falsa en las películas

La sangre suele aparecer en la mayoría de las películas que vemos tanto en la televisión como en el cine. Pero, ¿cómo se hace? Eduardo Bazo Coronilla nos descubre que en realidad la sangre falsa está hecha a partir de plantas, en su nuevo libro ‘La vida secreta de las plantas’ (editorial Pinolia).
Este es el verdadero ingrediente que usan para hacer sangre falsa en las películas

El mundo del celuloide está repleto de una amplia variedad de efectos especiales. Aunque, cuando nos alejamos de los efectos creados por ordenador, con unos cuantos ingredientes es posible elaborar efectos igual de llamativos o curiosos.

Por ejemplo, ¿te has preguntado alguna vez qué beben los actores cuando supuestamente están tomando una bebida de alcohol? Efectivamente, los actores no tienden a beber alcohol de verdad durante el rodaje, porque esto podría arruinar cualquier buen papel. Al contrario, se utilizan jugos, tés o refrescos como alternativa. Incluso hay directores que utilizan agua con pintura para simular bebidas, al no hacer espuma a la hora de servirse.Pero es cierto que el efecto de la sangre suele ser uno de los más llamativos. No hace falta ver una buena película de acción —o de terror— para encontrarnos con un reguero de sangre. La mejor película dramática también tiene sus escenas sangrientas.

Descubriendo el secreto de la sangre falsa en el cine

Pocas personas saben que, cuando la sangre llegó oficialmente al cine y empezó a aparecer en las primeras filmaciones, lo importante no era el color —evidentemente, al tratarse de películas en blanco y negro—, sino la consistencia. Teniendo en cuenta ese escenario, y sabiendo que daba igual que el color fuera marrón o rojo, lo primero que se utilizó para simular la sangre fue jarabe de chocolate, ya que contrastaba a la perfección con el color de la piel. Fue lo que utilizó Alfred Hitchcock en su película de culto del cine en blanco y negro Psicosis, en la famosa escena del asesinato en la ducha.Y lo cierto es que se convirtió en un truco ampliamente utilizado hasta que el mundo del celuloide evolucionó.

Sirope rojo - Foto: Istock

Y es que tras la llegada del cine a color, era más que evidente que no se podía seguir utilizando sirope o jarabe de chocolate en las escenas que lo requerían. Como nos descubre Eduardo Bazo Coronilla en su nuevo libro ‘La vida secreta de las plantas’, “esta trampa no se puede usar en el cine a color”, por lo que los directores y creativos tuvieron que ingeniárselas para dar con la receta adecuada (no solo en color, sino en consistencia y apariencia).Fue aquí cuando llegó la popular receta de Dick Smith, cuya sangre falsa podemos ver en películas igualmente de culto como El Padrino o El Exorcista. Conocida como la fórmula Smith, y siguiendo la receta de Eduardo Bazo Coronilla, para su elaboración se utiliza 25 cl de jarabe de maíz blanco, 1 cc de metilparabeno, 60 g de colorante alimentario rojo, 60 g de solución humectadora Kodak Photoflo, 60 g de agua y unas gotas de colorante amarillo alimentario (con la finalidad de ajustar la tonalidad). Mientras que el maíz, que se utiliza en la receta en forma de jarabe, es una gramínea, que se cultiva ampliamente como cereal por ser rico en almidón, el colorante rojo alimentario se hace a partir de semillas, frutos (como las frambuesas) o jugos (como la granada).Sin embargo, había un problema: la versión de Smith era tóxica, ya que estaba compuesta por Kodak Photoflo, un químico usado para humectar y minimizar las rayas o marcas de agua en las películas, de manera que era absolutamente inviable para aquellas escenas en las que la sangre tiene que salir de la boca del actor. Para estos casos, se desarrollaron distintas opciones comestibles.

Otras curiosidades llamativas

En ‘La vida secreta de las plantas’ también podemos descubrir y conocer otras curiosidades únicas relacionadas con el mundo del cine. Por ejemplo, si te gustó Indiana Jones y el templo maldito, es bastante probable que se te quedara grabada aquella escena en la que sus protagonistas “disfrutaban” de un sorbete de sesos de mono para el postre.Pero había otro nuevo problema: el consumo del cerebro de algunos animales puede resultar peligroso para la salud humana, porque puede causar encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, el síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker o el kuru.

Alfred Hitchcock - Getty

Para recrear esa escena en concreto, los técnicos utilizaron sesada de cordero. Mientras que en la película Faces of Death (1978), dirigida por Alan Schwartz, utilizaron vegetales para recrear el cerebro de mono…Como vemos, el reino vegetal es fascinante. Y está repleto de mitos, leyendas y bulos. Descubrir cuántos de ellos son verdad —y cuáles no— es el objetivo del nuevo libro de Eduardo Bazo Coronilla, licenciado en Biología por la Universidad de Sevilla y experto en difusión de la botánica y etnobotánica, que ha publicado recientemente la editorial Pinolia. A lo largo de sus páginas, utiliza la botánica como una herramienta científica con la que dar respuesta a muchas preguntas, y arroja luz sobre bulos ampliamente repetidos. Y es que, aunque «las leyendas permanecen victoriosas en la batalla de la historia» (Sarah Bernhardt), con la ayuda de la ciencia podemos conocer la realidad del mundo que nos rodea.

Puedes leer un capítulo en exclusiva de este libro en la web de Marie Claire. O seguir el canal de podcast Libros Muy Recomendados, de la editorial Pinolia.

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La vida secreta de las plantas

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