Consejos clave de psicólogas para dejar de compararnos constantemente con los demás

El uso abusivo de las redes sociales, las vivencias de la infancia o la competitividad deportiva y laboral son algunas de las causas que nos llevan a compararnos con los de nuestro alrededor.
carrera entre un conejo y una tortuga.

En competiciones, se ha demostrado que los terceros clasificados se alegran más de su triunfo que los segundos. “El tercero es más feliz porque sabe que hay dos por delante, pero está en el podio, en comparación con el cuarto. En cambio, el segundo siempre estará a uno de ser el primero, pero nunca se fijará en que es el segundo mejor, por lo tanto, tiene a muchos detrás. El segundo podrá torturarse a sí mismo pensando que podría haberse esforzado un poco más”, dice Clara María Herrero, psicóloga en AMFIJU (Asociación de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Jumilla), para explicarnos con un ejemplo cómo los seres humanos nos comparamos constantemente con quienes tenemos alrededor.

“Vivimos en una sociedad que promueve la competitividad y la comparación con los demás. Aprendemos a medir nuestra valía y nuestros éxitos a través de la comparación, sin tener en cuenta la situación y contexto particular de cada persona. Normalmente, nos comparamos con personas que consideramos más exitosas socialmente”, añade Carlota Ibáñez, psicóloga experta en Psicología Forense y Penitenciaria, quien también informa de que las personas automáticamente quitamos valor a nuestros propios logros porque consideran que los de los demás son mejores o más válidos.

Carrera entre un conejo y una tortuga. - Getty Images

Ambas psicólogas coinciden en que la práctica de compararnos con los de nuestro alrededor se remonta a la infancia: “La mayoría de nuestros aprendizajes y patrones de comportamiento comienzan a generarse en edades tempranas, teniendo como principal referencia a nuestros progenitores”, cuenta Carlota Ibáñez. Una educación excesivamente autoritaria es posible que interioricemos la creencia de que no somos suficiente y, por ello, desarrollemos patrones de comportamiento en los cuales utilicemos la comparación y la validación externa, apunta. Clara María Herrero complementa esta información haciendo hincapié en el sistema educativo: “Al tratarse de notas numéricas, inevitablemente hacemos que entre los niños haya cierta competitividad. Siempre se recompensa a aquellos que se sacan buenas notas y desde pequeños, por tanto, nos solemos comparar con los demás si son mejores que nosotros. Además, también hay competitividad en cuanto a popularidad, habilidades deportivas, etcétera”.

En la actualidad, el uso constante de las redes sociales también ha influido en que la tendencia a compararnos con los demás se acentúe negativamente y ambas expertas, que comparten opiniones, nos explican los motivos: “En estas plataformas, estamos excesiva y constantemente expuestos a imágenes ‘perfectas’ sobre los demás y sobre su vida que se alejan bastante de la realidad. Esto puede llevarnos a sacar conclusiones erróneas sobre la vida y los logros de otras personas”, expone Carlota Ibáñez. Las personas solemos mostrar sólo lo positivo de nosotros o de nuestra vida para gustar y, por lo general, solemos ocultar lo negativo, adiciona Clara María Herrero.

Mujer haciendo uso de las redes sociales - Getty Images

¿Cómo sentirnos orgullosos de nuestros propios éxitos, ya sean grandes o pequeños?

Dice la psicóloga Clara María Herrero que nos sentiremos orgullosos de nosotros mismos cuando tengamos la capacidad de compararnos con nosotros mismos, después del aprendizaje y utilizando la autocompasión. Y, por supuesto, teniendo claras nuestras metas, valores vitales y objetivos personales para poder tomar un papel activo en nuestras vidas y sentirnos realizados. Tras eso, tenemos que hacer un trabajo de reflexión para poder atribuirnos el esfuerzo realizado. Por otro lado, Carlota Ibáñez nos propone una lista de propósitos para desligarnos de la comparación social y sentir orgullo de nuestras metas:

  1. Atribuye tus éxitos a tu propia capacidad y no a causas externas, como la suerte o la casualidad. Acéptalos como tuyos y valora el esfuerzo y el trabajo que has invertido en ellos.
  2. Ten mentalidad positiva: céntrate en lo que has conseguido y no en aquello que no has logrado.
  3. Reflexiona sobre tus logros: toma tiempo para reflexionar sobre los mismos y lo que significan para ti.
  4. Trabajar la autoestima desde un abordaje social y con ayuda terapéutica en caso de ser necesario. 
Podium escolar - Getty Images

¿Qué hacer para evitar la comparación y mejorar la autoestima?

Existen moderadores de esta comparación social, como puede ser el uso del humor o el autorespeto. Además, hemos de tener en cuenta que, aunque sea adaptativo en ocasiones, nos estamos comparando con personas que no viven lo mismo que nosotros y que no tienen las mismas capacidades que nosotros. Por supuesto tampoco tienen el mismo apoyo, ni material ni social. Por ello, se aconseja compararse con uno mismo y con los progresos que se han conseguido, según cuenta Herrero. Y, por su parte, Ibáñez vuelve a aconsejarnos una serie de estrategias para mejorar la autoestima:

  1. Enfócate en tus fortalezas: identifica cuáles son tus habilidades y aquellos aspectos que más valoras de ti mismo y que te hacen único.
  2. Rodéate de personas positivas que te apoyen, validen tus metas, te animen en la consecución de las mismas y refuercen tus logros.
  3. Céntrate en tu camino y en lo que quieres lograr.
  4. Reduce la exposición a redes sociales y adquiere un punto de vista crítico: lo que vemos en redes solo muestra una visión parcial de la realidad y en muchos casos no es fiel a la misma.
  5. Si crees que tu autoestima se ha visto considerablemente afectada y te está causando malestar o impidiendo disfrutar de tu día a día, busca ayuda profesional.

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  • Dolors Marco Jiménez
  • María López-Ibor Alcocer