En estas fechas festivas, la búsqueda del regalo perfecto puede convertirse en un verdadero desafío. Sin embargo, este año, una opción única y llena de significado ha ganado terreno: la fotografía de tu mascota. Detrás de esta tendencia, se encuentra un experto en el arte de inmortalizar a los fieles compañeros de cuatro patas: Emilio Cuenca; un fotógrafo cuya carrera dio un giro inesperado desde el mundo del periodismo de corazón hasta convertirse en un apasionado capturador de momentos caninos.
Desde el 2004, este fotógrafo, formado en realización de televisión y fotografía, ha recorrido un amplio espectro de la prensa, sumergiéndose durante doce años en el periodismo del corazón. Sin embargo, hace ocho años, el destino le llevó por un nuevo camino: la fotografía canina. Hoy en día, su dedicación es exclusiva, centrada en capturar la esencia y la personalidad de los perros a través de su lente.

Desde el 2004 te has dedicado a la fotografía de prensa. ¿En qué área has trabajado?
Estudié realización de televisión y fotografía, y empecé a hacer unas prácticas en una agencia de prensa. Luego estuve muy metido en el periodismo del corazón durante doce años. Primero trabajé para Europa Press y después por mi cuenta. Pero hace ocho que lo dejé y que emprendí este proyecto de fotografía canina. Al principio sí que lo podía combinar con algún otro trabajo que pudiera salir (bodas o books) y que realizaba en el estudio que ya tenía. Pero en la actualidad me dedico exclusivamente a fotografiar perros.
¿Y qué te hizo dar ese giro en tu carrera profesional y dedicarte, además de a la fotografía canina, también a adiestrar perros?
El tema de la educación canina lo hice por hobbie, por interés propio y no tanto con el fin de dedicarme al mundo de la educación. Lo hice porque me gustaba. Entonces, con la llegada a casa de mi primera perra, Fina, que ya no está, y luego la llegada de otra perra que se llamaba Bala, me generó el interés de aprender un poquito más del mundo de los perros. Luego Fina enfermó y fue un punto de inflexión. Yo ya lo tenía un poco en la cabeza porque iba haciendo fotos a mis perras y consideraba que cada foto era especial y que requería de cierto conocimiento. Pensaba que a la gente le tendría que gustar tener un recuerdo de su perro porque además en ese momento no había gente que lo estuviera haciendo y yo proponía y propongo realizar fotos profesionales a perros. Además, una de mis perras enfermó y me generó la reflexión de valorar el tiempo y conservar en el tiempo imágenes de la perra. Juntando todo ello y la educación canina, me lancé a ofrecer un producto cien por cien especializado en fotografiar a perros.

¿Y cómo es trabajar con ellos? Porque entiendo que tienen que ser movidos.
Para mí es muy agradecido y, sobre todo, hay que entender que son animales. Al igual que las personas no pueden pretender salir todas igual en las fotos, o que todas posen igual, lo mismo ocurre con los perros. No tienes que anticiparte y hacer con todos los lo mismo. Cada perro te permite una cosa u otras, y hay que ir adaptándose para que la experiencia sea positiva para el perro y poder sacar el mejor resultado de él. Al final lo que interesa es que la familia vea reflejado en esta fotografía el carácter de su perro. Lo que busco es que los perros se vean tranquilos y relajados en las instantáneas. Después, si se pueden hacer fotos que sean divertidas, pues genial, pero de primeras lo más importante es que se vea tranquilo al perro, que no se le vea asustado.
¿Y cómo reaccionan los dueños al ver estas fotografías?
Me imagino que como el que hace fotografías a su hijo y lo considera el más bonito del mundo, pues con los perros es igual. La gente siempre es muy agradecida y lo valora mucho. Por desgracia estos animales viven menos tiempo que nosotros, entonces las fotografías les ayudan a los dueños a conservar su imagen. Es una experiencia que comparten con ellos, divertida, el perro lo pasa bien y, al final, ellos tienen ese recuerdo y les encanta. Pero, como les digo, el verdadero recuerdo que les va a quedar de sus perros cuando ya no estén, serán todas esas experiencias bonitas vividas con ellos. Algunos incluso ponen en sus casas cuadros gigantes de la cara de su perro.

¿Y qué diferencias hay entre fotografiar animales y personas?
Los perros siempre se ven bien. En cambio, muchas personas te piden que les quites una cosa o la otra. Además, con las personas se habla y se les da indicaciones para que posen. Con los perros no se puede hablar, pero también hay que comunicarse con ellos. La comunicación canina es una parte fundamental. Hay que hacerles entender qué es lo que quieres de ellos de una manera amable y a través de gestos. Es necesario medir los movimientos que se hacen con el cuerpo y ser cuidadosos a la hora de colocar a los perros.

Y, sin embargo, los retratos de los humanos y las personas, se centran en los rostros y son bastante similares.
Sí. Creo que la foto que más fuerza tiene es aquella que se acerca a la mirada, como puede ser un primer plano del perro. La mirada y el gesto del perro es lo que más fuerza transmite y lo que más llega. Aunque también hago otro tipo de fotos incluso en exteriores, con un entorno, pero a mí me gusta mucho centrarme en la mirada del perro y en capturar una foto muy limpia, sin artefactos que llamen la atención, simplemente el perro y conseguir un buen gesto de él, una actitud interesante. Todo lo demás, como la iluminación, no es más que el envoltorio de algo que es más importante: la actitud del perro.
¿Qué significan para ti estos animales?
Muchas cosas. Al final son los que me han hecho encontrar el camino laboral en mi vida, me han llevado a lo que hoy estoy haciendo y encima se me está reconociendo. Por otra parte, en el día a día, te traen la alegría a tu vida. Ahora tengo una perrita que hemos rescatado y que estaba abandonada en la carretera. Es increíble cómo te agradecen todo y te hacen preocuparte del momento, del aquí y ahora, no estar tanto pensando, como pensamos los humanos, en recuerdos que han quedado atrás y que ya no nos aportan o ser demasiado previsores y pensar mucho en lo que vendrá en el futuro. Ellos te enseñan a parar, a pensar en el ahora, en disfrutar del momento y ya veremos qué es lo que va pasando.
Por ejemplo, yo tengo una frase en homenaje a mi perra Fina, que fue el comienzo de todo y que ya no está, y lo pongo en todas mis fotos de Instagram, que es “gracias mi amor por enseñarme a mirar. Siempre juntos, Fina”. Es un “gracias” por enseñarme a mirar, no solo las fotografías y a saber realizarlas, sino también es un “gracias” por enseñarme a mirar la vida de otra manera.
Le das mucha importancia al ser responsable con los perros. ¿A qué te refieres con ello?
Tener un perro es un compromiso, haces un pacto. Los perros hacen un gran esfuerzo por adaptarse a nuestras vidas y nuestros ritmos y la gente cree que con darles comida, los perros ya tienen que estar agradecidos y no es así. También hay que mirar por ellos, por sus necesidades, que no son simplemente comer y dar un paseo. Hay que ser generosos, aprender a comunicarnos con los perros y, sobre todo, no traicionarles ni abandonarles. Es una pena lo que está pasando con los abandonos y que no haya consecuencias.
Nosotros este verano estábamos en el pueblo y nos encontramos una perrita en el arcén de una carretera poco transitada, que se estaba adentrando en un bosque que había al lado. Por lo menos tuvo que estar allí tres semanas. Solo hubo una persona que subió una foto a Facebook un día.
El que tiene perros tiene que tener la responsabilidad de cuidar de ellos. Esta perra o se escapó o la abandonaron, pero tampoco tenía chip, o sea, tampoco la tenían como debían tenerla. Aun así cuando la vimos, claro, nos paramos y no se dejaba coger. Entonces, bueno, yo tengo contacto con gente que se dedica a coger este tipo de perros y me ayudaron. Vinieron con una jaula y a los 3 o 4 días la pudimos coger y ahora está conmigo y está adoptada por nosotros.

Cuando tú vas por la calle y ves un perro abandonado, no hay que mirar para otro lado. Hay un montón de gente que está ayudando. Yo entiendo que no todo el mundo puede acoger o adoptar un perro, pero sí que hay gente, asociaciones, que te ayudan. Simplemente no mirar hacia otro lado y llamar a alguien para que vaya a ayudar a ese perro e intentar salvarle la vida, ya es mucho. Es un porcentaje pequeño de personas el que se toma la molestia de intentar echar una mano a un perro. Lo más importante es luchar en contra del abandono y del maltrato. También habría que regular más y establecer penas más duras.
De hecho, también has trabajado fotografiando a perros abandonados, ¿verdad?
Sí, en la exposición Rescatados estuve acompañando a la organización que me ayudó con mi perrita e hice fotografía documental durante un año y medio de los rescates de perros abandonados. Ellos lo que hacen es rescatar a perros que no se dejan coger a mano mediante otros métodos como las jaulas. Ellos les rescatan y luego les buscan una familia de acogida o alguna protectora para buscarles una familia definitiva. Buscamos documentar el trabajo que ellos hacían y la realidad de estos perros abandonados. Además de esto, a día de hoy muchos perros que están en protectoras o en casas de acogida buscando una familia me llaman y saben que tienen las puertas de mi estudio abiertas para venir, fotografiarse y en la medida de lo posible, darle un poquito más de visibilidad a este drama a través de fotografías profesionales.