Juguetes eróticos con inteligencia artificial: ¿es este el futuro de la masturbación?

Los juguetes comienzan a tener una línea más futurista, dando pistas de en lo que puede transformarse la industria en las próximas décadas.
Diversual Jaranna y Daisy

En los últimos años, la juguetería erótica ha entendido que no solo se trata de producir un estímulo, sino más bien de evocar una experiencia. No es tanto que ese vibrador toque aquí o allá, sino de que, por un momento, te transportes a algún lugar de tu mente donde todo vale, donde puedas desear sin peligro, en el que te conviertas en el plato principal de tu festín, o puedas volver (aunque luego duela y tengas que cerrar esa puerta) a los brazos de tu ex por un rato. El cuerpo tiene memoria, memoria muscular y emocional con la que podemos viajar, y los juguetes pueden ser las aeronaves en esas travesías.

Diversual

Las innovaciones en este momento se están llevando en dos direcciones; simular mecanismos físicos lo más verídicos posibles y emular situaciones ficticias que vayan más allá del cuerpo.

La vibración y la succión están muy bien, y la investigación ha querido seguir yendo más allá. Los nuevos juguetes realizan movimientos de penetración, producen rotaciones en la entrada de la vagina o generan pulsos en el interior de la misma. En definitiva, estimulan los genitales no solo de una manera más realista, sino que llegan a lugares anatómicos que solo podrías estimular con determinadas posturas muy complejas, o con la ayuda de otra persona. Además, la nueva tecnología entiende mejor la anatomía femenina, como el clítoris, por lo que se preocupa de abarcarla mejor: la mayor parte de la estructura del clítoris está oculta, abrazando la cavidad vaginal, por lo que se puede estimular desde el interior y la sensibilidad es muy alta.

Si te cuesta hacerte una idea de los mecanismos a los que me refiero, aquí van algunos ejemplos de lo que se cuece en las cocinas de la erótica:

Daisy Rabbit

Diversual

La reinterpretación del vibrador “tradicional” de conejito (el nombre viene de la forma de “orejitas” de conejo que tienen algunos juguetes para estimular el clítoris) que ha entendido las particularidades del genital femenino. Sin renunciar a la vibración, añade la succión de clítoris en lugar de las orejitas, e implementa como otra novedad un movimiento de empuje que puede estimular el cérvix. Esta parte, para algunas personas conocida como “punto C”, se corresponde con el cuello uterino, que se encuentra en lo más profundo de la vagina. Sin la suficiente excitación, puede resultar doloroso, pero para muchas personas, su estimulación directa es como “tocar el cielo”. Daisy al ser un juguete largo, con cierta curvatura en la punta, y empujar, llega a sitios de no tan fácil acceso.

Jaranna

Descripción de la imagen

Lo mismo sucede con Jaranna, otro producto que ha innovado en la estimulación de la vagina, generando pulsaciones en la zona G (que recordemos, no es más que un acceso interno al clítoris). Esta parte del cuerpo está muy enterrada en la zona pélvica, por lo que las sensaciones que produce se experimentan de una manera muy especial y distinta. Como despertando sensores que no supiésemos que están. Cabe destacar que la mayoría de juguetes llevan incorporados un motor de succión, porque han entendido la relevancia del clítoris en el placer.

La otra vía de innovación que está siguiendo el mercado tiene que ver con superar “la limitación de lo físico”, según enuncia el futurólogo Ian Pearson. Éste vaticina que en el 2050 dispondremos de sensores que estimulen directamente las áreas del cerebro que representan las zonas erógenas, y, por lo tanto, tendremos sensaciones reales sin la necesidad de un estímulo externo. ¡Qué fantasía!

No queda mucho para alcanzar esas fechas, pero mientras tanto lo que está claro es que el avance en inteligencia artificial no se lo iba a perder la sexualidad humana, que aplica todas sus bondades (y sus miserias) a una de las cosas que más le gusta. Ya se están usando las IAs para crear contenido pornográfico, para generar relatos eróticos de toda índole y para interactuar con personas de manera sexual (ya sea mediante los robots sexuales o a través de un chat). ¿Qué tienen en común todas estas aplicaciones? Que ofrecen una experiencia completamente personalizada y permiten materializar cualquier fantasía. Está fuera de debate admitir que, dentro de esa libertad, los fines pueden ser muy retorcidos. Pero que también se nos ofrece una ventana de exploración muy valiosa, es innegable.

En esa línea, los juguetes comienzan a tener una línea más futurista, dando pistas de en lo que puede transformarse la industria en las próximas décadas. 

Solo-Q 

Diversual

Es un masturbador para penes de Diversual que une un diseño que se asemeja un mando de Play Station, con tecnología que hace aumentar la temperatura hasta los 42 grados en su manga de silicona masturbadora. Además, permite el control de sus modos de movimiento mientras conectas el móvil a su suporte giratorio y te sumerges en la realidad virtual que más te excite.

Iroha Mai

Iroha

La marca japonesa de placer iroha lanzó el iroha mai, que incorporaba la misma tecnología utilizada en smartphones, mandos de videojuegos y otros dispositivos. Iroha Mai es un vibrador que ofrece una experiencia completamente nueva, mucho más profunda y tridimensional, capaz de hacer sentir no solo en la zona genital sino por todo el cuerpo. 

¿Llegará el momento en el que seamos capaces de desarrollar un placer tan grande mediante la fantasía y la imaginación que dejemos a un lado los estímulos físicos? ¿Serán capaces los juguetes eróticos del futuro de proporcionarnos “eso” que buscamos en el sexo, y que nada tiene que ver con el cuerpo y mucho tiene que ver con el otro y con uno mismo?

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