Claves para ser feliz: tres hábitos recomendados por un monje budista educado en Harvard

Haemin Sunim es profesor budista, escritor y el fundador de la "The School of Broken Hearts" en Seúl.
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La felicidad se esconde en las pequeñas cosas de la vida. Compartir una cálida sonrisa con un desconocido, encontrarnos con una antigua amiga de casualidad o disfrutar de una tarde de lectura sin interrupciones son algunos de los actos que nos alegran el corazón sin la necesidad de acontecimientos extraordinarios. 

Haemin Sunim es un monje budista nacido en Daejeon, Corea del Sur, cuya educación está vinculada con universidades tan prestigiosas como las de Berkeley, Harvard y Princeton. Fundador de "The School of Broken Hearts" en Seúl, una organización sin fines de lucro que ofrece asesoramiento grupal y meditación para personas que experimentan desafíos en la vida, Sunim es un icono a nivel internacional. 

El surcoreano también posee una conocida carrera como escritor. Libros como "Aquello que solo ves al detenerte" o "El arte de amar las cosas imperfectas" son algunos de los títulos más reconocidos de su carrera. Este monje budista acumula más de 130 mil seguidores en Instagram, red social que emplea para compartir sus conocimientos sobre bienestar y felicidad. 

A lo largo de su vida, Sunim ha hecho hincapié en varios hábitos que deberíamos poner en práctica en nuestra vida para alcanzar la felicidad. Y no, no hablamos de prácticas "imposibles", el monje se decanta por recomendaciones que dependen de nosotras mismas. 

No te compares con los demás

Las comparaciones son odiosas y todas lo sabemos, aunque es complejo no caer en la tentación. "Deja de compararte con los demás, porque siempre encontrarás a alguien más rico, inteligente o bello", comenta el monje budista. Además, este tipo de apreciaciones suelen ser subjetivas. 

Los expertos de R&A Psicólogos apoyan esta idea. "Cuando nos comparamos con los demás constantemente, dejamos de sentirnos bien y nos sentimos con menos fuerza. Al compararte con alguien más, pierdes de vista todo lo que tienes para ofrecer al mundo y una manera única en la que solo tú puedes hacerlo", destacan los profesionales del campo de la salud mental. 

Intenta calmar la mente

El ritmo de vida frenético que envuelve a nuestra sociedad produce altos niveles de estrés. El estrés nos mantiene en un estado de alarmar constante que es sencillamente agotador. "Calma tu mente frenética, porque cuando tu mente se sosiegue, el mundo parecerá sosegado y alegre", apunta el fundador de "The School of Broken Hearts". 

El equipo de Aesthesis Psicólogos Madrid aconseja hábitos como beber al menos dos litros de agua al día, limitar la ingesta de bebidas estimulantes como café, té o bebidas energéticas y realizar alguna actividad física de forma continuada para mantener el estrés lo más alejado posible. 

No tener prisas

Ir ahogada todo el día es otro punto que estimula el estrés. "Deja de apresurarte para conseguir algo o llegar a algún lugar, porque no disfrutarás nada si te apresuras", subraya el monje budista, a lo que suma que "no disfrutes de la meta, disfruta del camino". 

La psicóloga Laura Servós puntualiza que "en exceso, la prisa puede ser perjudicial porque, incluso quienes no tienen razones para ir tan rápido y estresarse tanto, con esa prisa generan un estado de sobre-estimulación. Esta, a su vez, hace que sufran ansiedad, cansancio, irritabilidad, y que sean incapaces de relajarse. Generan un exceso de cortisol (la hormona del estrés) que puede tener consecuencias físicas, como enfermedades inmunológicas o del corazón". Así que, si puedes, intenta poner una marcha lenta. 

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