La situación política en Estados Unidos es muy convulsa en estos momentos. Lo que parecía una historia de ficción se ha convertido en realidad: dos candidatos casi octogenarios (Biden, de hecho, tiene 81 años, mientras que Donald Trump se queda en los 78) se disputan el trono de una de las potencias mundiales más relevantes. El atentado contra Trump y el delicado estado de salud de Joe Biden han colapsado la actualidad durante las últimas jornadas preelectorales, pero un nuevo giro ha teñido de gris esta historia: el candidato demócrata ha dado positivo en Covid.
Hace semanas que Biden era vigilado de cerca por parte de la prensa ante una teórica imposibilidad para adoptar el cargo de presidente. Algún que otro despiste y una serie de reacciones extrañas en público hacían sonar todas las alarmas para los fanáticos demócratas. Ahora, ante el positivo de Covid, todo apunta a que quizás, una alternativa demócrata tomará las riendas del partido ante unas elecciones que darán el pistoletazo de salida el próximo martes, 5 de noviembre de 2024.

Aunque el mes de noviembre parece lejano, tan solo quedan cuatro meses para que Estados Unidos elija a su nuevo presidente (o, quizás, presidenta). Kamala Harris ya era uno de los principales nombres en la línea sucesoria del partido demócrata. Ante la delicada situación de Biden, puede ser que el cambio de posiciones se adelante más de lo esperado. Tal como leemos en medios como Cadena Ser, "grupos de donantes del Partido Demócrata de Estados Unidos han comenzado a movilizarse para recaudar fondos para una posible nominación a las elecciones presidenciales de la vicepresidenta, Kamala Harris, en el caso de que Joe Biden finalmente se retire".

Harris es la 49.ª vicepresidenta de los Estados Unidos desde el 20 de enero de 2021 bajo la presidencia de Joe Biden y su popularidad ha crecido como la espuma durante los últimos años. Es normal que, ocupando esta posición, todas las quinielas la sitúen como la favorita para ostentar el cargo de presidenta del partido demócrata y de posible futura presidenta estatal (en caso, claro está, de que su partido lograra vencer, de nuevo, la batalla en las urnas ante un Trump que se muestra pletórico y muy seguro, pese a que fue tiroteado hace menos de una semana).

Política y abogada estadounidense, Harris es un icono del feminismo de pies a cabeza. La californiana es la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidenta, además de hacerlo como la primera persona con ascendencia afrocaribeña y tamil en ocuparla. Asimismo, es la funcionaria elegida de más alto rango en la historia de los Estados Unidos. Nacida el 20 de octubre de 1964 en Oakland, Kamala Harris rompió otro muro en 2017, al convertirse en la primera senadora indo-estadounidense del país, representando a California durante 4 años. Luchadora, carismática y férrea en sus ideales, la abogada es una fuente de inspiración en todos los sentidos de la palabra.

Harris se graduó de la Universidad Howard y del Hastings College of the Law y su carrera política ha estado marcado por el éxito y el ascenso continuo. Entre los highlights de su trayectoria destaca el hecho de que fue elegida fiscal general de California en 2010 y reelegida en 2014. Harris consiguió derrotar a la popular Loretta Sánchez en las elecciones al Senado de 2016, siendo así la segunda mujer afroamericana y la primera surasiática americana en ofrecer sus servicios en el Senado de Estados Unidos.
Si Biden retira su candidatura y los demócratas escogen a Harris como candidata a la presidencia, estaremos ante un hito histórico: la posibilidad de ver a una mujer como máxima figura en la Casa Blanca. Un camino que Victoria Claflin Woodhull inició en 1872 al ser la primera mujer en presentar su candidatura para la presidencia de los Estados Unidos. Belva Lockwood, Gracie Allen, Margaret Chase Smith o Shirley Chisholm engrosan el listado de mujeres que han intentado acceder a lo más alto del panorama político de Estados Unidos. Pase lo que pase en las siguientes semanas, tan solo podemos aplaudir con fuerza la tenacidad de Kamala Harris, símbolo del cambio y del progreso.