- En vez de decir: "No exageres, no es para tanto. Hay gente que está peor que tú y no se queja", puedes decir: "Te entiendo, no estás solo/a. Estoy aquí si necesitas hablar".Es muy importante no desacreditar los sentimientos de la persona que está pasando un mal momento, y validarlos buscando entender en vez de juzgar.
- En vez de decir: "No pienses en eso, relájate ya", prueba a decir : "¿Hay algo que pueda hacer por ti?".
- Si te digo: "No pienses en un elefante rosa" probablemente ya hayas visualizado el elefante en tu mente. Es importante entender que la persona no se preocupa aposta, y que lo está haciendo lo mejor que puede. Si quieres apoyar ofrece tu ayuda sincera y deja que sea la persona quien te diga lo que necesita.
- En vez de decir: "No seas drama queen (o dramático/a), esta noche nos vamos por ahí y te olvidas", puedes decir: "Puedes contar conmigo, no hay nada de malo en pedir ayuda, todas las personas necesitamos de ella en algún momento y eso está bien".
- Romper el tabú: En el momento que dejemos de ocultar los problemas de salud mental, nos daremos cuenta de lo comunes que son y podremos empezar a poner soluciones que de verdad mejoren cómo nos sentimos por dentro.
- Animar a otras personas a ir a terapia: ¿Qué mejor influencia puede haber que esa? Cuando de repente vemos que esas personas que la sociedad idealiza también están pidiendo o necesitando ayuda, y no se avergüenzan, empezamos a plantearnos darnos permiso para hacer lo mismo.
- El maravilloso efecto: ’No soy la única/o’: Cuando se abre la conversación, muchas personas se identifican y se dan cuenta así de que el problema no solo es suyo. Eso en sí essanador. Como se dicen en inglés: Un problema compartido es un problema dividido.