Un año después, nuestras calles, casas, balcones, e incluso prendas, se tiñen de nuevo de morado. Un año después, volvemos a conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Un día, que a pesar de tener lugar solamente una vez al año, en realidad, lo recordamos día tras día. Recordamos los valores que defendemos todas nuestras jornadas, recordamos nuestros derechos y sobre todo, recordamos a todas aquellas mujeres que lucharon para que hoy todas estemos donde estamos.
Un poco de historia...
¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Mujer el día 8 de marzo? Esa jornada fue señalada por primera vez en el año 1910, en la ciudad de Copenhague. Más concretamente, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas. En este evento se demandó el sufragio universal para las mujeres, promoviendo la igualdad de derechos en ambos géneros. Una de las sufragistas, Clara Zetkin proclamó ese día, junto a Rosa Luxemburgo, Aleksandra Kolontái, Nadezhda Krúpskaya e Inessa Armand, el Día Internacional de la Mujer.
Mientras que en España... El día 8 de marzo de ese mismo año, la mujer pudo acceder por primera vez, en igualdad de condiciones, a la enseñanza superior. Fue gracias a Emilia Pardo Bazán, consejera de Instrucción Pública, que redactó una real orden autorizando la matrícula tanto a alumnos como a alumnas.
Hoy en día...
Sigue quedando mucho camino por recorrer. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, hay 717.400 hombres trabajando a jornada parcial frente a las más de 2 millones de mujeres, es decir, un 74,3%. A su vez, disponemos de 1.7 millones de hombres en paro frente a los 2.3 millones de mujeres. Y finalmente, respecto al salario medio de los contratos temporales, encontramos una brecha de más de 1.900 euros anuales.
¿Y en el emprendimiento? Los datos publicados en el Informe Especial Global Entrepreneurship Monitor sobre Emprendimiento Femenino revelan que la actividad emprendedora por parte de las mujeres ha aumentado un 10% en los dos últimos años, estrechando la brecha entre ambos sexos en un 5%. Asegura además, que esto solo ocurre en seis países, entre los que se encuentra España, con 9 mujeres emprendedoras por cada 10 hombres, superando la media europea.
Por ello, desde Marie Claire conmemoramos el día 8 de marzo contando las historias de seis mujeres que han salido adelante con sus propios proyectos, dando luz a sus ideas y trabajando en lo que más les apasiona en los sectores de moda, belleza y lifestyle. Conocemos la historia de Tammy Iban, María Gallego Ruiz, María Llaneza, Diana Montesinos, Elena Morales y Elena Moreno.
¡Feliz Día Internacional de la Mujer!
Tammy Iban Mora
Nacida en Ibiza, la emprendedora Tammy Iban Mora es conocida por ser la fundadora -y "mamá", como ella misma se denomina- de Clandestine Mood, el primer club privado healthy que se centra en organizar fiestas deportivas clandestinas solo para mujeres. Ella, al ver que todos los eventos eran iguales año tras año en los cuales el consumidor final no es el principal protagonista, decidió que tenía que montar algo que cambiará el panorama para siempre.
Tras el primer "no", por parte de su jefe, decidió tomar las riendas y hacerlo por su cuenta. Así nace Clandestine Mood, con 200 euros en una cuenta pero cargada sobre todo de ilusión y ganas de aprender de forma autodidacta.

Sobre Clandestine Mood
Se trata de un proyecto realizado por y para mujeres. Tammy Iban nos cuenta que su objetivo es abolir el falso rumor de que entre las mujeres somos malas. "Yo quería un grupo de amigas con las que salir de fiesta, beber, entrenar y luego café. Conocer a gente que no conocía y que tal vez tenía en común más que con mi amiga de toda la vida", declara. Señala además, que la clave de su éxito se basa en otorgar al consumidor el sitio que se merece, siendo el protagonista de la historia.
Respecto a la pandemia, Clandestine Mood se ha visto afectado a la hora de hacer eventos, pero Tammy con su actitud positiva, lo aprovechó como una oportunidad para reinventarse. Y así ha surgido la CLM Community, la primera comunidad deportva clandestina que ofrece experiencias diferentes como tomar cafés gratis en las cafeterías mas cool de tu ciudad, copas en los restaurantes de moda, tener en las taquillas de síclo agua para tu masterclass o un shake al acabar tu entreno en Square... En tan solo 50 minutos, nos cuenta, todas las plazas estaban llenas.

María Gallego Ruiz
La historia de María Gallego Ruiz comienza con un traspiés, puesto que en mayo se quedó sin trabajo. Sin embargo, en ese momento, como dice el refrán, se cerró una puerta y se abrió una ventana.. Teniendo así, una oportunidad para crear algo nuevo. De ahí, nació el podcast de belleza Inside Beauty. Quería aprovechar la repurcusión y la visibilidad de los podcast y aunque nos cuenta que por la "dichosa autoexigencia", no se veía creando el suyo propio, al final, con ayuda de papel y boli, comenzó a desarrollar su idea.
No obstante, producir un podcast no es un camino de rosas. María Gallego nos cuenta que hay que asumir dos cosas: te va a costar dinero y no vas a recibir ningún tipo de ingreso al menos hasta que tengas un número de escuchas considerable. Al centrarse en temas de belleza, algunas marcas se han puesto en contacto con ella, pero María declara que lo que siempre ha tenido claro es que nunca trabajará con una marca que no le guste o con un producto que no use. "La honestidad en este mundo es fundamental y nunca recomendaría algo que no vaya a recomendar a mi madre, a mi hermana o mis amigas", nos cuenta, y eso es lo que le hace diferente.

María Llaneza
También conocemos la historia de María Llaneza, que decidió emprender en 2016 y nació Alo Nui, una tienda digital multimarca donde se pueden encontrar firmas, tendencias y diseños muy especiales. ¿Pero qué es lo que le hace diferente? "Nuestra selección de prendas y nuestras marcas. Ofrecemos marcas que no sueles encontrar en otras tiendas españolas y me encanta añadir marcas nuevas y jóvenes que aún no son muy conocidas, pero que algo me dice que van a triunfar.", nos cuenta.
Sin embargo, a lo largo del camino también han habido dificultades... "El dar a conocer una empresa de moda creada desde cero por mí es lo más difícil de todo. La competencia es feroz y hay muchísima otras empresas y marcas increíbles. El ofrecer una experiencia única y servicio exquisito es mi pasión, y hay veces que hay cosas que se nos escapan de la mano. Pero si una cree en su propio negocio, todas las dificultades se superan al final.", declara.

Sobre la primera colección cápsula de Alo Nui
Este mes de marzo, tras mucho trabajo de fondo, María Llaneza ha dado un paso más y se ha propuesto un nuevo reto. Ha lanzado su propia colección cápsula que ya está a la venta en la web de la firma.
"Mis clientas y mis amigas son mi fuente de inspiración. Al empezar como tienda puramente multimarca, pronto empecé a ver lo que más se vendía o lo que faltaba en el armario de las clientas. Por eso, y para complementar a todo lo que ya ofrecía Alo Nui, decidí crear la primera colección cápsula. Que está compuesta por cinco piezas editadas que no fallan en el armario de una mujer", relata la emprendedora de moda.

Diana Montesinos
Mientras que Diana Montesinos nos cuenta su historia como fundadora de la firma española de cosmética vegana llamada Rulls. Su objetivo era encontrar productos naturales que cuidaran y respetaran su melena rizada, hecha por curlys y para curlys, se ha convertido en la marca que muchas estaban esperando. "Rulls nace a raíz de la necesidad propia de encontrar productos específicos para el cuidado del pelo rizado que fuesen naturales, efectivos y hechos en España", confiesa Diana.
"La esencia de Rulls es principalmente el uso de ingredientes naturales evitando así el uso de químicos que son más agresivos para nosotros y para el medio ambiente. De esta manera aparte de conseguir unos resultados fantásticos sobre nuestra melena, hacemos uso de una cosmética más amable, sostenible, natural y libre de tóxicos."

Elena Morales
Elena Morales creó Utopian Dreamers en 2017 con el deseo de diseñar productos únicos, elegantes y femeninos. Esta firma de marroquinería y complementos hecha en España cuida al máximo cada uno de sus diseños para reducir el impacto de creación en el medio ambiente y fomentar la economía circular.
"Desde muy joven he sentido una gran necesidad de crear y compartir aquello que me gusta. Hasta donde alcanza mi memoria, me he visualizado a mí misma siguiendo mi camino y creando mi propio proyecto. Además, siempre he sido una soñadora empedernida. Me gusta pensar que con esfuerzo, dedicación, trabajo y perseverancia todo es posible. Utopian Dreamers es mi declaración de intenciones. Y la verdad es que podía haberse materializado de muchas maneras, pero la moda siempre fue mi debilidad.", nos confiesa Elena.
Su recomendación para otras emprendedoras, refleja su propia experiencia. "Que crea en sí misma y en el valor de su trabajo en todo momento. El camino al emprendimiento es complicado y en ocasiones podemos llegar a dudar de nuestra valía. Se necesita mucha confianza, constancia, paciencia y resiliencia. También es importante tomar distancia para ver las cosas con objetividad, aceptar nuestros fallos y entenderlos como una oportunidad de aprendizaje que nos ayudará a mejorar.", declara Elena Morales.

Elena Moreno
Elena Moreno es ingeniera industrial y directora de Green Cycles, una empresa 100% española que fabrica un material plástico totalmente soluble en agua, biodegradable, compostable y no tóxico. "Green Cycles es el resultado de la unión de mi pasión por la tecnología y la ingeniería, junto a mi compromiso con el medio ambiente y mi inquietud por aportar algo a la sociedad que contribuya al cuidado del medio ambiente y a fomentar la economía circular. Los valores ecológicos y tecnológicos son los que definen a la compañía.", señala la fundadora.
El origen de la empresa se remonta a hace 16 años, cuando descubrió que en supermercados franceses e italianos, disponían de productos envasados en dosis individuales de plástico hidrosoluble, que aún no habían llegado a España. Elena Moreno declara: "El camino no ha sido fácil, porque cuando empezamos, en el año 2004, teníamos un producto con mucho potencial y muchas ventajas, pero poco conocido: casi nadie sabía para qué servía ni quería asumir el coste extra que tiene frente al plástico tradicional."
Sin olvidar que el compromiso con el medio ambiente y la apuesta por prácticas sostenibles, como la reducción del uso del plástico tradicional, no era algo que estaba tan extendido ni tenía la fuerza que tiene hoy, expone Elena también.
