En 1925, una pequeña boutique de pieles y accesorios en Roma sentó las bases de lo que, con el tiempo, se convertiría en un referente global del lujo. Cien años después, su legado sigue vigente, y la celebración de este aniversario ha sido un homenaje al pasado con la mirada puesta en el futuro. El nuevo Spazio en Milán fue el escenario de un desfile donde la memoria y la modernidad se entrelazaron de manera única. Silvia Venturini Fendi, directora creativa de accesorios y moda masculina, optó por reinterpretar la herencia familiar no a través de archivos físicos, sino mediante recuerdos—reales o imaginados—que han dado forma a la identidad de la casa a lo largo de cinco generaciones.
Moda como narrativa: un siglo de evolución estilística
Desde sus inicios, Fendi ha sabido conjugar tradición y vanguardia. La llegada de Karl Lagerfeld en 1965 marcó un antes y un después, consolidando su imagen global y convirtiéndola en sinónimo de innovación. Hoy, la casa sigue explorando nuevas formas de expresión sin perder su esencia.
La colección presentada en Milán no se limitó a revivir piezas icónicas, sino que apostó por traducir la memoria en siluetas y texturas que evocan su evolución. Las pieles sintéticas, con acabados que imitan materiales nobles, los abrigos que se transforman en vestidos y las prendas masculinas que juegan con la feminidad fueron algunas de las claves de esta propuesta.

Las referencias al pasado estuvieron presentes en detalles sutiles: gabardinas de piel de cordero que recuerdan la época dorada del cine italiano, blazers con mangas de brazalete inspirados en la sastrería romana y bordados de espejos que reflejan la opulencia de las noches en Cinecittà. No obstante, la colección evitó caer en la nostalgia y apostó por una ejecución contemporánea y audaz.

Texturas, siluetas y el arte de la artesanía
Si algo distingue a la firma es su dominio absoluto de los materiales y la confección. En esta ocasión, técnicas como intarsia, patchwork Gheronato y nido de abeja, antes reservadas para pieles exclusivas, se aplicaron a nuevos tejidos que replican la suavidad del visón o la profundidad del zorro.

Las siluetas oscilaron entre la fluidez y la estructura: abrigos acampanados con cuellos altos y cinturas ceñidas en oro fino, vestidos plisados con dobladillos ondulados y chaquetas que reinterpretan la sastrería clásica con una perspectiva renovada.

La paleta cromática tomó inspiración de los colores de Roma: verdes laurel y bosque, azules petróleo y grafito, combinados con tonos cálidos como terracota, escarlata y rosa empolvado, evocando los atardeceres de la ciudad eterna.

Accesorios icónicos reinventados con un giro retro-futurista
El desfile también sirvió para reimaginar algunos de los bolsos más emblemáticos de la casa. El Spy Bag, lanzado en 2005, reapareció con una estructura más definida y un asa retorcida en tonos pastel de borreguito. El icónico Baguette, convertido en objeto de culto desde que Sarah Jessica Parker lo popularizara en Sexo en Nueva York, se presentó en versiones con intarsia de piel de oveja, lentejuelas y acabados metalizados.

Una de las grandes novedades fue el Giano, un bolso click-clack en forma de luna que juega con la dualidad, combinando piel de becerro bicolor con emblemas históricos reinterpretados. En la línea masculina, los diseños destacaron por su funcionalidad, con bolsas de lona de cremallera suave y hobos flexibles en Cuoio Romano.
La colección de joyería reflejó la esencia de la casa con collares de cadena de serpiente, pendientes de araña y colgantes de inspiración arquitectónica.

Un desfile con una audiencia de lujo
Además de ser uno de los eventos clave de la Semana de la Moda de Milán, el espectáculo reunió a una lista de invitados que abarcó desde el cine hasta la música y las redes sociales. Entre los asistentes, destacaron figuras internacionales como Sean Paul, Elizabeth Olsen, Song Hye Kyo y Luca Guadagnino. Sarah Jessica Parker, estrechamente vinculada al Baguette, estuvo presente en esta conmemoración histórica.

Las nuevas generaciones de creadores de contenido también tuvieron su lugar en el ‘front row’ con nombres como Alexandra Pereira y Alex Riviere, reflejando cómo la firma sigue conectando con públicos más jóvenes sin perder su prestigio.

Más que un desfile: una declaración de intenciones para los próximos 100 años
Este aniversario no solo ha servido para celebrar el pasado, sino para reafirmar la identidad de la casa en el futuro de la moda. La colección de Silvia Venturini Fendi ha demostrado que la clave para la longevidad no está en aferrarse a la historia, sino en reinterpretarla con una visión contemporánea.

Más allá del desfile, esta conmemoración simboliza la capacidad del lujo para evolucionar sin perder su esencia. En un sector en constante cambio, esta firma ha demostrado que la innovación y la tradición pueden convivir, asegurando su relevancia en las próximas décadas.