Te levantas pronto y vas corriendo a la oficina. Tienes una reunión importante, ¡qué estrés! A la hora de comer, intentas recuperar (o adelantar) el trabajo porque ves que no llegas a tiempo. Sales tardísimo y tienes un montón de cosas por terminar... Te acuestas tardísimo, te cuesta conciliar el sueño y estás nerviosa. Parece que tu mente siempre está acelerada... ¿Suena familia? Hemos hablado con una experta para contarte qué puedes hacer para estar más tranquila, relajada y dormir mejor cada día.
El síndrome del pensamiento acelerado
"La forma inmediata y veloz con la que accedemos en la actualidad a la información, a través de internet, las nuevas tecnologías y algunas aplicaciones, y redes sociales puede influir en que nuestro pensamiento se vea acelerado y podamos llegar al agotamiento mental. A esto se le ha dado el nombre de síndrome del pensamiento acelerado. Otros motivos pueden ser la autoexigencia y constante búsqueda de productividad, que algunas personas muestran en su profesión y vida personal, para quienes parar o relajarse es una pérdida de tiempo", señala Laura Palomares, directora del centro madrileño Avance Psicólogos.
"Mantener esta hiperactivación mental puede generar síntomas relacionados con el estrés como irritabilidad, dificultad para concentrarse, lagunas de memoria, ansiedad, alteraciones del sueño, fatiga de la que uno no se recupera, cambios de humor, etc.", señala la experta y destaca que, para darle la vuelta a esto poco a poco y poder dormir mejor, es importante generar una serie de cambios a lo largo del día.
Qué puedes hacer para calmar la mente acelerada y dormir mejor
Nuestra experta nos da algunas recomendaciones para conseguir este objetivo y empezar a dormir mejor:
- Parar durante la jornada laboral, buscando breves descansos para hidratarnos, estirar las piernas, conversar con compañeros, etc.
- No mirar de forma compulsiva redes sociales, correo electrónico, noticias, etc., ya que esto activa nuestro cerebro enormemente, debido a la luminosidad de las pantallas, y a la dependencia que genera el fácil acceso a la información.
- Entrenarnos de nuevo a la hora de realizar actividades que requieran concentración en un solo estímulo, como leer, hacer alguna manualidad, escuchar música. Esto, tratando de no introducir ninguna otra actividad ni distracción entre medias, sin mirar el móvil, etc.
- Realizar actividades menos mentales, que favorezcan la expresión emocional y nos pongan en contacto con los sentidos. Bailar, meditar, pintar, recibir clases de teatro o expresión corporal, etc.
- Realizar ejercicio con regularidad. Es favorable que sea al aire libre si es posible, ya que está demostrado que hacer ejercicio en la naturaleza o en espacios abiertos ayuda a bajar los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
- Mantener una buena higiene del sueño, acostándonos a la misma hora, evitando pantallas y realizando algún ejercicio que nos ayude a mantener la concentración en una actividad calmada, como pudiera ser leer, una rutina de respiraciones, meditación, etc.
- Organizar vacaciones a lo largo del año, en periodos a ser posible no muy alejados unos de otros.