Los números que demuestran la desigualdad entre mujeres y hombres en el entorno laboral son realmente aplastantes. Según datos del Instituto de la Mujeres, la brecha salarial o la problemática para conciliar vida profesional y personal son algunos de los puntos más críticos.
Por poner un ejemplo, en el último informe 'Principales indicadores estadísticos de igualdad 2023' presentado el pasado mes de febrero, leemos que "una abrumadora mayoría de mujeres, 2.045.600, frente a hombres, 736.100" tienen trabajos a tiempo parcial, "en algunas causas, como el cuidado de niños o adultos enfermos, incapacitados o mayores y otras obligaciones familiares o personales, estas cifras representan porcentajes que inciden de una forma abrumadoramente y desigual sobre las mujeres, siendo del 92,9 y 85,5% respectivamente".
Empleando pocas palabras, en la mayoría de casos, somos nosotras las que nos encargamos del cuidado de niños, mayores y personas que lo necesitan. Por supuesto, este fenómeno tiene efectos dañinos en el desarrollo de nuestras carreras profesionales.

A esto, sumamos que en lo salarial la situación no tiene un matiz más claro. "Mientras el salario medio de los hombres se sitúa en 27.643 euros, el de las mujeres se queda en 22.467, es decir, el salario medio de las mujeres representa un 81,3% en relación al de los hombres", puntualizan desde el Ministerio de Igualdad.
Más allá de la conciliación y las diferencias en las ganancias, el ambiente laboral es otro tema a tratar. María Carmen Rodríguez, directora del área de intervención psicológica de Affor Health, nos explica que "la creación de un ambiente seguro y respetuoso para todos los trabajadores es fundamental a la hora de mantener un entorno laboral positivo y beneficioso para la buena marcha de la empresa".
La experta destaca que "a menudo, no somos conscientes de las consecuencias negativas que puede tener el hecho de no cuidar aspectos como la igualdad y la diversidad en el trabajo, lo que puede dar lugar a la aparición de riesgos psicosociales como el estrés, el acoso, la discriminación o incluso la violencia. Asuntos que, si no se abordan adecuadamente, pueden crear un ambiente laboral tóxico o desmotivador, con las consecuencias negativas que puede conllevar en la empresa, tanto como en la disminución de la productividad o en aumento del absentismo".
Además, agrega que "no basta con erradicar las prácticas discriminatorias que puedan producirse, sino que es necesario promover la igualdad de oportunidades y de trato entre los trabajadores en todas las fases de la relación, como las de la promoción, la remuneración, el acceso a la formación y el desarrollo de las competencias profesionales", hay muchos aspectos que tienen relación con la mejora en marco profesional y todos son igual de importantes.
Con el fin de promover la igualdad y la diversidad en las empresas (con el foco en las mujeres), Rodríguez propone varias prácticas que podrían marcar un antes y un después. Dichas herramientas están vinculadas con habilidades sociales y ponen el foco en los empleados, que "pueden ser el motor del cambio, invitando y animando a la participación de todos".
Antes de dar paso a la esencia de este artículo, toca recordar una frase de la experta que lo resume todo: "una compañía diversa funciona mejor".

Cuatro prácticas para prevenir
la discriminación o la desigualdad
en el entorno laboral
Escucha activa
La primera clave tiene que ver con "prestar plena atención a la persona con la que se está comunicando, animando a que exprese sus ideas e inquietudes con libertad y tranquilidad para conseguir comprender de forma clara el tema que desea transmitir". Escuchar y empatizar son clave para fomentar un ambiente de trabajo igualitario y apacible.
Empatía
Como hemos comentado en el anterior apartado, la empatía juega un papel fundamental. María Carmen Rodríguez puntualiza que es "una habilidad que implica la capacidad de comprender las razones y motivaciones de las personas del entorno laboral, y la sensibilidad para percibir las emociones que pueden experimentar frente a diferentes estímulos". No todas sentimos lo mismo ni de la misma manera, así que es esencial agudizar el poder de comprensión.
Liderazgo saludable
Ser un buena jefa no es tarea fácil, ya no solo por las responsabilidades profesionales que conlleva la posición, también por las emocionales. "Ser capaces de motivar e inspirar a un equipo, de manera constructiva y respetando las diferencias y capacidades que definen a cada persona", son cualidades que acompañan a un líder válido.
En este punto me gustaría añadir que ser generosas y comprensivas con nuestras compañeras de mesa (no solo con la persona de la que somos responsables o con nuestra superior directa) es el mejor consejo que puedo darte en un día tan señalado como hoy.
Negociación
En el balance reside la clave del éxito. Dar un paso adelante en la situación de los empleados también reside en saber cómo negociar y tratar temas "peliagudos" desde la asertividad. La directora del área de intervención psicológica de Affor Health resalta que"comprender las diversas necesidades y deseos de las partes involucradas, y encontrar soluciones intermedias que equilibren el bienestar máximo del grupo, sin dejar a nadie con la sensación de haber salido perdiendo".