La infidelidad es un asunto muy delicado y con muchos matices. Tanto si las has sufrido en tus propias carnes como si tú has sido infiel, o incluso si has conocido algún caso en tu círculo de amigos o familiares, estarás de acuerdo con nosotras.
Con todo, la infidelidad todavía está vista de una forma muy diferente según quien la cometa. Y es que a pesar de movimientos sociales feministas como el #metoo o la ola de empoderamiento femenino que sacude la sociedad actualmente, aún existen ciertos prejuicios muy arraigados: un hombre infiel es a menudo visto como un tipo envidiado y con suerte, mientras que una mujer infiel será mucho más propensa a ser criticada e insultada.
Muestra de ello es el último estudio realizado por Ifop para Gleeden a nivel europeo: el Observatorio Europeo de la Infidelidad. Este informe, que pretende estudiar y comprender la infidelidad femenina, se ha realizado en los cinco principales países de Europa, incluyendo España, -donde se ha contado con una muestra de 1.021 mujeres mayores de 18 años- Francia, Reino Unido, Alemania e Italia.Los resultados han revelado algo que podíamos imaginarnos: existen muchas actitudes y percepciones que confirman que aún queda mucho para desestigmatizar el fenómeno de la infidelidad femenina, y equipararla a su equivalente, la infidelidad masculina. Pero el estudio ha dado más de sí.
Los resultados han revelado algo que podíamos imaginarnos: existen muchas actitudes y percepciones que confirman que aún queda mucho para desestigmatizar el fenómeno de la infidelidad femenina, y equipararla a su equivalente, la infidelidad masculina. Pero el estudio ha dado más de sí.

Las españoles no son las mujeres más infieles de Europa, al menos si hablamos de infidelidad física: el 38% de las españolas desvelaba que había sido infiel en algún momento de su vida, solo superadas por las alemanas (un 43%). Los datos, si hablamos de hombres, son mayores: en un estudio similar elaborado también por Gleeden en 2014, un 42% de los hombres españoles afirmó que sería infiel a su pareja si se asegurase que esta no se enteraría nunca.En cuanto a un posible sentimiento de culpabilidad, el porcentaje crece en las mujeres: un 39% se arrepiente haber sido infiel y un 41% no se lo confesaría nunca a nadie, quizás por el miedo al rechazo. Pero... ¿Qué se entiende como infidelidad exactamente?
En cuanto a un posible sentimiento de culpabilidad, el porcentaje crece en las mujeres: un 39% se arrepiente haber sido infiel y un 41% no se lo confesaría nunca a nadie, quizás por el miedo al rechazo. Pero... ¿Qué se entiende como infidelidad exactamente?
Las mujeres infieles no lo cuentan a casi nadie
La infidelidad femenina sigue estando estigmatizada. Según un estudio realizado por IFOP (Instituto Francés de Opinión Pública) para Gleeden, alrededor del 75% de las mujeres europeas creen que la sociedad aún sigue condenando más la infidelidad femenina que la masculina (76% en España) y consideran que es más sorprendente que sea la mujer la que es infiel, a que sea el hombre el que engaña a su pareja.
A pesar de los avances morales en lo que respecta a la igualdad de género, cuando hablamos de adulterio, la población femenina parece haber internalizado profundamente la estigmatización social de infidelidad femenina frente a la masculina.
Los resultados del estudio concluyen que:
1. En España, el 30% de las mujeres encuestadas por IFOP, reconocieron haber sido infieles en algún momento de su vida, el porcentaje más bajo en Europa. Y, sin embargo, 61% de esas infieles no se arrepienten por haberlo sido.
2. Las infieles españolas prefieren guardar su secreto y así evitar ser “juzgadas” por la sociedad y hasta un 41% jamás confesarían una infidelidad ni a su mejor amiga. Aunque las nuevas generaciones se van abriendo y el 79% de las menores de 30 años sí podrían llegar a contárselo a su amiga del alma.
3. El 64% de las mujeres jamás confiarían un secreto así ni a sus hermanos, hermanas o primas, y mucho menos a sus padres.
4. Hasta un 52% de las mujeres sí podrían llegar a contarlo en algún momento a su pareja.
Tres tipos de infidelidad
El término es difuso y cada persona puede entenderlo con diferentes matices. El estudio distingue entre tres tipos de infidelidad: la psíquica, que consiste en fantasear con otra persona; la física, que consiste en mantener relaciones sexuales o besar a otra persona; y la virtual, que trata sobre el sexting y el flirteo tan común hoy en día gracias a las redes sociales y las apps para ligar.

Y aquí hay otra de las conclusiones más reveladoras del estudio: las mujeres españolas pueden no ser las más infieles físicamente, pero tienen más fantasías y ligan más a través de Internet. En concreto, un 61% de las encuestadas en nuestro país afirma haber "puesto los cuernos" a su pareja de forma mental, al imaginarse con otra persona. La diferencia con el resto de países europeos reside en que las españolas no pasan a la acción y sus fantasías se quedan en eso.
El estudio, en definitiva, deja claro que existe un gran tabú en torno a la infidelidad femenina que no existe con la masculina. Quizás el derecho de las mujeres a no ser juzgadas por una infidelidad sea una de las conquistas pendientes del movimiento femenino...
La infidelidad virtual, en tiempos del Covid-19, ¡aumenta!
El confinamiento por coronavirus aumenta más del doble la infidelidad “virtual”, así lo demuestran los datos de usuarios de Gleeden, la plataforma de encuentros extraconyugales. “Los días de confinamiento afectan a las parejas en función de diferentes factores: si hay hijos de por medio, si se está trabajando desde casa, si el hogar es más grande o más pequeño o si ya había problemas antes de la cuarentena”, afirma la psicóloga clínica y especialista en sexología, Laia Cadens.
Te vamos a dejar unos datos que demuestran el crecimiento exponencial de la infidelidad:
- La plataforma ha experimentado su crecimiento récord: un 160% más de conexiones y altas.
- El tiempo de conexión también ha aumentado, de 2 horas de media hasta las 3 horas actuales, es decir, un 50% más, aunque las conexiones son más cortas. Por ello, los usuarios utilizan más el botón de pánico o el agitar para salir, que permiten salir de la aplicación con un leve movimiento de mano.
- El momento de más intensidad sigue siendo la noche, aunque se han incrementado las conexiones a primera hora de la mañana y al mediodía, después de comer.