¿Cómo es trabajar con influencers? Los representantes de algunos de los más importantes de España responden

La agencia de representación de influencers Soy Olivia se encargada de algunos de los creadores de contenido más conocidos de España. Sus fundadores, Javier García-Gallo y Daniela C. Rodríguez, hablan sobre su día a día.

La agencia de representación de influencers Soy Olivia se encargada de algunos de los creadores de contenido más conocidos de España. Sus fundadores, Javier García-Gallo y Daniela C. Rodríguez, hablan sobre su día a día.

En Soy Olivia trabajan con influencers. Sus tareas se articulan en torno a posts de Instagram ajenos. Proponen estrategias, diseñan contenidos. Su agencia de representación es imagen y es músculo. Ellos lo tonifican. Dan fuerza a las publicaciones de sus representados para que, a través de una creatividad bien enfocada, sus vídeos y fotografía logren escapar de las redes de la cotidianeidad. Ayudan a que su contenido destaque y se desmarque. Buscan, pese a la fuerza de las tendencias instagramers, la originalidad.

Para Daniela, fundadora de Soy Olivia y una de sus dos cabezas pensantes, trabajar con influencers no tiene trampa. Los personajes que proyectan en sus redes sociales son también las personas. No hay entre sus representados ninguna reedición de Mr. Jekyll y Dr. Hyde. Lo que se ve es lo que son. Es difícil engañar al público. A las redes sociales, apunta, no se les puede mentir. Se nota con facilidad cualquier falseo. “Tendrían que ser”, añade, “muy buenos actores para cambiar”. Por supuesto, los creadores de contenido, como ellos prefieren referirse a sus influencers, saben cuándo parar. Conocen cuándo deben, o quieren, editar sus vidas. Quizá un día de tristeza quede fuera del muro de Instagram. O quizá no. La desenvoltura depende del influencer. Ellos le ponen puertas a la intimidad.

La creatividad, añade Javier, la otra pata de Soy Olivia, se les desborda. Eso es, quizá, lo que más disfruta de su trabajo. El equipo es joven y activo, propone antes de que la obligación les pinche. Es lo natural en esta generación. Los milenials, apunta Daniela, solo quieren hacer aquellos que les llene. Lo que buscan está a menudo ya en su interior. Quieren que la motivación sea inherente a las tareas que desempeñan. En sus trabajos, aspiran a perseguir sus pasiones.

Por eso mismo, continúa, la frustración llega a veces rápido. La inconformidad en ocasiones se desvía. Aquello que se publica en las redes sociales es “muy personal”. Lo que venden es, en cierta manera, su vida. Cuando no cuajan las propuestas, la decepción se sobredimensiona.

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