La última temporada de la novela ‘Amar es para siempre’ está dando mucho de qué hablar. La semana pasada, el ictus sufrido por parte de Federico dejó a los Quevedo hechos trizas. Y, aunque parezca mentira, también a los Gómez.
La llegada de los Quevedo supuso un soplo de aire fresco a la Plaza de los Frutos, pero también, el arranque de una trama llena de intrigas, mentiras y engaños que tuvo como principales protagonistas a la familia Gómez, una de las más ilustres del vecindario.
Ahora que todo parecía estar encauzándose, tras salir a la luz que Malena es la hija biológica de Lola, una inesperada muerte amenaza con hacer saltar todo por los aires. Hablamos, nada más y nada menos, del fallecimiento de Federico Quevedo. Su muerte deja devastados a sus hijos y, también, a Marcelino y Manolita.

El problema es que esta muerte no se ha producido de forma nada natural. La mano de Elena es la que ha movido los hilos para que su marido descanse por fin en paz. La noticia de la muerte de Federico cae como un jarro de agua fría en los Quevedo. Román se refugia en los brazos de su amada Lola, incapaz de creer que su padre ya no esté a su lado. Victoria y Malena tampoco superan la pérdida del hombre en la serie.

También están Carlos y Gala. La pareja siente cierto vértigo ante el futuro, pero se lo ocultan entre ellos. Ambos se habían hecho a la idea de que jamás volvería a estar juntos y ahora, el peso de la realidad, se erige entre ellos como una losa muy pesada.
Por otro lado, el regreso de Daniel Falcón a la ciudad, complica los planes de futuro de Quintero y Silvia. El hombre se entera que esta última espera un hijo de él y está dispuesto a todo para hacerse con la custodia del pequeño en cuanto nazca. No piensa permitir que su retoño crezca al lado de Quintero y le considere a él su padre.

Quintero trata de calmar a Silvia, muy nerviosa por la vuelta de Daniel, y le promete que no permitirá que este destruya la familia que los dos sueñan con construir. Mientras tanto, Isidro busca que Soria tire de la manta, pero no lo consigue. La declaración del hombre es muy importante para descubrir todo lo que Crespo oculta y poder acabar de una vez por todas con este.
Lola teme por el bienestar de Malena si continúa con los Quevedo, dudas que Román comparte también con Victoria, al mismo tiempo que Manolita descubre que Marcelino está detrás del malestar de Marisa.
Alicia constata que Isidro y Sofía son aliados. Y Daniel se sincera con Quintero y éste lo hace con Pelayo sobre su paternidad compartida. Además, Gala y Carlos deciden ponerse el mundo por montera.

Además, Crespo y Elena vuelven a acercarse tras la muerte de Federico. Ahora que se ha librado de su esposo, Elena quiere recupera el tiempo perdido con el que fuese su amante. La viuda de Quevedo es consciente de que necesita al maleante para enfrentarse a Lola y la demanda para hacerse con la custodia de Malena que está a punto de presentar.
Los Quevedo y los Crespo acuden al entierro de Federico, al mismo tiempo que Elena intenta infructuosamente normalizar su relación con Román. Y Lola teme por el bienestar de Malena si continúa con los Quevedo, dudas que Román comparte con Victoria.