En los episodios precedentes de la saga Sueños de Libertad, se nos relató la preparación de los De la Reina para el regreso de Andrés, el miembro más joven de la familia. Sin embargo, no todos aguardaban su vuelta con igual dosis de entusiasmo. Asimismo, fuimos testigos de un primer encuentro entre Begoña y Andrés, cuyas repercusiones no dejaron indiferente a nadie.
La existencia de Damián se ve amenazada tras el colapso. Aunque el doctor Evaristo se encargará de su atención, Luz, dubitativa respecto al diagnóstico del facultativo, advierte a Begoña. Entretanto, Jesús, al ser informado del accidente de su padre, no responde conforme a lo que se esperaría de un hijo preocupado por la integridad de su progenitor.
Por otro lado, Carmen confronta a su novio con un ultimátum, sin tener conocimiento de los planes de Tasio con otra mujer. Tras lo sucedido con Damián, Andrés contempla la posibilidad de prolongar su estancia en Toledo y contribuir así al bienestar de su familia. Mientras tanto, Fina se ve atraída por una persona inesperada, albergando el temor de que sus compañeras descubran su secreto.
Damián, temeroso por su vida, solicita una última confesión a Don Agustín y toma una decisión que alterará el curso de la empresa y el destino de sus hijos, vinculada estrechamente con su testamento y la distribución de sus posesiones. Por su parte, aunque Andrés se muestra contrario, Jesús está convencido de que la fábrica no puede interrumpir su producción. Tanto los empleados como ellos mismos deben continuar laborando para mantener el pleno funcionamiento de todo.

Luis y Luz protagonizan un segundo encuentro, aunque empañado por un percance causado por el perfumista. Paralelamente, Andrés estrecha lazos con Julia más que con Jesús, generando una brecha entre los hermanos. Además, Begoña aún desconfía del diagnóstico de Evaristo y, con la colaboración de Luz, está decidida a salvar al patriarca De la Reina.
Tras el rescate de Damián, el destino de Luz en la fábrica experimenta un cambio radical, mientras que Claudia alberga dudas respecto a su cita con Tasio, hallando asesoramiento en sus amigas, que aún desconocen la identidad del misterioso joven. Por si fuera poco, Damián, muy preocupado por Digna, se asegura de que Don Agustín guarde el secreto de confesión.