La mítica joya de los Hannover que guarda Carolina de Mónaco
Se trata de una joya con mucho pasado que solo dos royals pueden presumir de haber lucido
Pese a lo que podemos imaginar teniendo en cuenta que la Familia Real de Mónaco es una de las más ricas del mundo, se trata de uno de los pocos clanes que carece de una colección denominada ‘Joyas de la Corona’. Las joyas que cada una de las Grimaldi posee en su armario son regalos o adquisiciones propias que han ido guardando para crear sus pequeños muestrarios personales.
Todo comenzó con la princesa Carlota, madre de Rainiero III, quien tuvo la intención de recopilar su propia colección para ir pasando a las generaciones venideras. Pero, si tenemos que hablar de una mítica joya de los Hannover, esa es la tiara Brunswick. Se trata de una pieza que formó parte del joyero de Josefina Bonaparte y, años más tarde, fue adquirida por la Casa de Hannover. No obstante, esta tiara esconde mucha historia detrás.
No queda claro cómo la tiara de Josefina viajó desde Francia hasta Alemania, lo que es un hecho es que, en 1913, la joya llegó a manos de Hermann Jürgens, el joyero de la corte sajona. Adolf Hartwieg, un funcionario del estado de Brunswick, fue el elegido para encontrar un regalo de bodas para la princesa Victoria Luisa de Prusia, hija del emperador Guillermo II, que iba a casarse con el príncipe Ernesto Augusto III de Hannover. Entonces, la tiara llegó como un regalo caído del cielo. A pesar de no estar en sus mejores condiciones -faltaban algunos de los tres enormes diamantes que lucía en el centro-, era exactamente lo que Hartwieg estaba buscando.

Carolina de Mónaco
La princesa Victoria Luisa usó la tiara durante toda su vida, pero tras su muerte la joya desapareció del ojo público. Fue en 2004 cuando Carolina de Mónaco, entonces casada con Ernesto de Hannover, lució la joya en la boda del príncipe heredero Federico de Dinamarca con Mary Donaldson, volviendo a lucir la diadema públicamente como un regreso triunfal.
Tras el gran retorno de la mítica joya, se abría el debate sobre qué tiara de la Casa de Hannover escogería Sassa de Osma para pronunciar el ‘sí, quiero’. Para esta ceremonia, la actual esposa de Christian de Hannover disponía de dos auténticas piezas históricas: la diadema floral y la tiara Brunswick. Pese a que todas las expectativas recaían sobre la diadema floral, que lució anteriormente su cuñada Ekaterina Malysheva, no perdíamos la esperanza de ver lucir de nuevo la tiara Brunswick. Sin embargo, esta preciada joya tendrá que esperar a alguien que se atreva a lucirla como solo Carolina de Mónaco se atrevió.