Duelo de elegancia al estilo monegasco. Por primera vez en mucho tiempo, Carolina de Mónaco y Carlota Casiraghi nos han deleitado con una lección de elegancia en Montecarlo. La Ópera Garnier del Principado ha sido el escenario de la entrega de los Premios Príncipe Pierre, una cita importante para la Familia Grimaldi, que este año ha sido presidida por madre e hija, que no coincidían en un acto público desde el funeral de Elizabeth Massy.
Los Premios Príncipe Pierre reconocen cada año la labor literaria de dos autores destacados y fueron creados por el príncipe Rainiero en honor a su padre, que además comparte nombre con el hijo menor de Carolina.
Como no podía ser de otra manera, tanto Carolina como Carlota han dado una clase magistral en lo que se refiere a estilo. La hermana de Alberto de Mónaco, que después de varios meses alejada de la esfera institucional lleva semanas muy activa en la vida cultural del Principado, ha sorprendido con un original diseño de silueta recta, largo a media pierna, escote redondo y hombros marcados que mezcla el negro con un print que imita la forma de las hojas en verde y marrón. La hija de Grace Kelly lo combinó con salones de tiras cruzadas en negro, clutch con el mismo estampado que el vestido y joyas en oro amarillo, una gargantilla que perteneció a su madre y pendientes de estilo sencillo.
Por su parte, Carlota lo ha apostado todo al animal print. La joven se ha decantado por un diseño de la que se ha convertido en una de sus firmas fetiche -de la que además es imagen-, Yves Saint Laurent. Un modelo vaporoso en estampado de leopardo en tonos tostados, largo midi y escote en uve que combinó con un abrigo oversize y sandalias estilo peep-toe.
Tanto Carlota como Carolina lucieron las mascarillas recomendadas para proteger del coronavirus, en el caso de la Princesa optó por una de tela negra con el escudo de Mónaco bordado, mientras que Carlota prefirió una de tipo quirúrgico, FFP2.