El príncipe Lorenzo de los Belgas ha vuelto a dar la nota en uno de los actos más importantes para la Familia Real. Este jueves, 21 de julio, la ciudad de Bruselas ha acogido las celebraciones con motivo del Día Nacional, que han vuelto a la normalidad total tras dos años marcados por la pandemia. Una fiesta muy relevante a la que no han faltado los reyes Felipe y Matilde y sus cuatro hijos, con la princesa Elisabeth como gran protagonista, como era de esperar.
Sin embargo, la jornada ha estado empañada por un pequeño detalle, el comportamiento del príncipe Lorenzo, hijo del rey Alberto. Ante un público absolutamente desconcertado, el hermano del rey Felipe se ha mostrado no solo poco interesado en el acto, sino que incluso no ha dudado en bostezar y aprovechar para consultar su teléfono móvil. Según han publicado el periodista especializado en la Casa Real de Bélgica Wim Dehandschutter, el Príncipe ha pasado una parte importante de la jornada absorto en su teléfono móvil, sin prestar atención ni al desfile ni al resto de personas que se encontraban con él en la tribuna. Una actitud impertinente que, sin embargo, no es algo nueva en el Príncipe, sino que a lo largo de los años ha mostrado un comportamiento poco adecuado.
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Además de estar durante un tiempo mirando su teléfono móvil, el príncipe Lorenzo también recibió una reprimenda por parte de su esposa, la princesa Claire, que le increpó por sentarse antes de lo previsto en lugar de permanecer de pie en la tribuna, como el resto de personas que se encontraban a su lado. No ha sido el príncipe Lorenzo el único que ha llamado la atención en esta celebración. Por segundo año consecutivo, la princesa Delphine también ha estado presente en los actos. Desde que la Justicia confirmara la paternidad por parte del rey Alberto y el reconocimiento de su filiación, la hermana de Felipe de los Belgas ha estado presente en algunos compromisos oficiales, aunque no tiene un papel activo dentro de la estructura de la Corona, sino que sigue dedicada a su carrera profesional.
Más allá del escándalo que ha supuesto la actitud del príncipe Lorenzo, lo cierto es que la jornada ha estado marcada por los gestos de la Familia Real. Por un lado, el mensaje de apoyo y solidaridad a Ucrania por parte del rey Felipe, que se ha visto enfatizado con los looks de la reina Matilde y su hija menor, Eleonore, que han vestido de amarillo y azul, en un guiño a la bandera del país que se ha visto envuelto en una dramática guerra desde hace varios meses. Por otra parte, tras su debut internacional en Noruega en el cumpleaños de la princesa Ingrid hace algunas semanas, la duquesa de Brabante ha deslumbrado con un elegante vestido rojo con capelina de Victoria Beckham, que ha debutado en su armario. A pesar de que en estos momentos se encuentra estudiando en el Reino Unido, la hija mayor de los Reyes cada vez tiene más protagonismo institucional y es una de las royals europeas más preparadas del panorama actual.
Desde hace bastante tiempo, el príncipe Lorenzo se ha convertido en una de las figuras más problemáticas de la Familia Real, un verdadero quebradero de cabeza para la institución, que pone el foco en la princesa Elisabeth, como futuro de la Corona y cuya popularidad es muy alta. Sin embargo, en casi todos los actos en los que participa, el hermano de Felipe de los Belgas acaba siendo la nota discordante, sea por sus palabras y declaraciones, comportamientos inadecuados o incluso discusiones con su esposa. Es más, en los últimos años ha habido numerosos rumores que apuntaban a una crisis entre la pareja, hasta el punto de que se ha llegado a hablar de divorcio. Algo que, por ahora, no se ha producido aunque no deja de estar en el horizonte.
