Planificar el viaje de verano puede llevar semanas de investigación, preparación y organización para que todo salga bien y más si estamos hablando de una familia numerosa. Pero antes de llegar a la fase de planificación y reserva, tendrás que decidir dónde ir.
Aunque no haya nada de malo en elegir el mismo destino de cada año para veranear, la verdad es que existe un sinfín de opciones y, a veces apetece salirse un poco de la rutina e ir un lugar en el que no se haya estado antes.
Tanto si le apetece una escapada a la naturaleza con vistas asombrosas, rutas de senderismo y refugios solitarios, como si busca una excursión por la ciudad, hemos preparado una lista muy interesante para distintos gustos.
Seis rincones ocultos en Europa para ir en verano
Kotor, Montenegro

Escondido en la costa del Adriático, Kotor ofrece un impresionante paisaje de fiordos. Se trata de una ciudad amurallada llena de historia y un acceso inigualable a la naturaleza salvaje. Es ideal para hacer senderismo y navegación.
Alentejo, Portugal

Una región de tranquilas colinas doradas, viñedos y fortalezas medievales. Los turistas la visitan por su vino, su tranquilidad y sus costas vírgenes.
Český Krumlov, República Checa

Un destino que parece sacado de un cuento de hadas. El pueblo cuenta con un castillo impresionante, perfecto para los amantes de la historia y la arquitectura renacentista y para un paseo tranquilo por sus calles.
The Isle of Skye, Escocia

Estas tierras tan remotas del Norte de Escocia, que tanto inspiraron a escritores y pintores, siguen despertando una gran admiración entre los viajeros. Un sitio perfecto para hacer senderismo, sacar fotografías a sus paisajes alucinantes y para explorar sus enormes castillos.
Val d'Orcia, Italia

Val d'Orcia, una región de Toscana menos transitada, famosa por sus paisajes ondulantes, pueblos medievales y vinos excepcionales.
Conques, Francia

El tesoro de la abadía y el puente romano son solo algunos de los tesoros ocultos que esperan ser descubiertos en este lugar. De hecho, la abadía de Sainte-Foy es un ejemplo excepcional de la arquitectura románica.