Que no podemos ser siempre nuestra mejor versión es algo que tenemos que aceptar para conseguir serla el mayor tiempo posible. No siempre se puede estar al 100%, es un hecho. La vida no siempre nos permite remar a favor y a veces se producen situaciones que nos quitan la ilusión, energía y ganas. Lo que sí podemos hacer es aplicar eso de que "si no podemos cambiar algo, lo mejor es cambiar nuestra actitud ante ello".
Es decir, lo que viene siendo el "tomarnos las cosas con filosofía" que nos decían nuestras abuelas. Una de las herramientas que tenemos para hacer esto es la meditación. Aunque es un concepto que puede generar cierto rechazo de primeras en cuanto a que pensamos que meditar es dejar la mente en blanco y esto se nos antoja como un imposible, hay formas sencillas de integrar esta práctica en nuestro día a día para ser más optimistas y productivas.

Qué es la meditación: beneficios y dónde practicarla
Como nos explica Patricia Draghici, fundadora de Slow, podríamos definir la meditación como "la práctica de prestar atención de manera intencional al momento presente sin juzgar. No se trata de dejar la mente en blanco, sino de observar los pensamientos y sensaciones tal como son. Es un entrenamiento de la mente para desarrollar una conciencia más clara y una conexión más profunda con una misma y con el entorno".
Lejos de ser algo que se puede practicar solo en clases de yoga, nos explica, "puedes meditar en cualquier lugar donde te sientas cómoda y sin interrupciones: en casa, en un rincón tranquilo de la oficina o en un parque. Incluso en un avión o transporte público, con unos auriculares y los ojos cerrados, puedes encontrar tu centro. La clave es crear un espacio que te permita relajarte y estar presente".

Según Patricia, entre los beneficios que tiene la meditación está que "reduce el estrés, la ansiedad y la depresión", así como "mejora la atención, concentración y la salud física, reduciendo la presión arterial y mejorando el sueño". Si atendemos a un lado más emocional, nos puede ayudar a "cultivar compasión y empatía" completa. Eso sí, es certera: "para acceder a estos beneficios, la práctica constante es clave. En mi experiencia, incluso 10 minutos al día todos los días pueden transformar tu bienestar".
Meditaciones que estoy probando para ser más optimista y productiva
Le pedí a Patricia que me orientase sobre cómo iniciarme en la meditación, sobre todo teniendo en cuenta que no tengo lo que se dice mucho tiempo para ello. Me propuso dos diferentes, para que pudiese encontrar cuál encajaba mejor conmigo:
Meditación de escaneo corporal para empezar el día
En esta primera opción, que se hace por las mañanas nada más levantarnos, solo tenemos que "dedicar 10 minutos a una meditación de escaneo corporal para comenzar el día con claridad y foco". Para ello debemos sentarnos o recostarnos de forma que estemos cómodas, y cerrar los ojos. "Empieza por los pies y sube lentamente, notando sensaciones o tensiones en cada parte del cuerpo: pies, piernas, abdomen, pecho, brazos, manos, cuello y cabeza. Respira profundamente y con cada exhalación, suelta cualquier tensión" me guió.
Beneficios de esta meditación: "Esta práctica te ayudará a conectar con tu cuerpo, reducir el estrés y empezar el día con una mente y cuerpo despejados y preparados para afrontar cualquier tarea que te espera".

Meditación de visualización para empezar el día
La otra práctica que me propuso también ha de hacerse por la mañana, nada más levantarnos, pero es diferente. "Cada mañana, siéntate en un lugar tranquilo, cierra los ojos y respira profundamente. Visualiza tu día ideal: imagina cada tarea y/o reunión completada con eficiencia y cómo te sientes al lograr tus objetivos. Anticipa desafíos y visualiza cómo los superas con calma" me explicó. Una meditación pensada para ver el día más claro y así disminuir el estrés que enseguida empecé a poner en práctica.
Beneficios de esta meditación: "Esta práctica te ayuda a establecer una intención clara, proporcionando una hoja de ruta mental que te motiva y te da seguridad".