Para 'Pretty Woman' en el minuto 32 y descubre un error garrafal que no hemos visto en 3 décadas

La eterna Vivian, interpretada por Julia Roberts, cambia mágicamente su desayuno en una de las mejores escenas de la película.
10 looks icónicos que nos dejó Pretty Woman (y que podríamos ponernos hoy en día)

Para muchas, Pretty Woman sigue siendo una película "feminista y empoderada" (recordad que hablamos del inicio de la década de los 90) que narra la lucha incansable de un prostituta por salir adelante sin ayuda de nadie tras un sinfín de desengaños amorosos, adicción a las drogas y deudas pendientes.

Para otras, el film protagonizado por Julia Roberts y Richard Gere no es más que otra oda al machismo y a la cultura patriarcal de la que tanto nos cuesta desprendernos. Yo sigo siendo de las que piensa que Pretty Woman es una gran película de culto que aterrizó a principios de los 90 en la gran pantalla para devolvernos la fe en el amor y la honestidad.

Es de esas producciones que jamás te cansas de ver, con una banda sonora que sigue poniéndome los pelos de punta, looks de infarto y un final épico. La comedia romántica que todas deberíamos ver al menos, una vez en la vida. 

Es curioso cómo, al menos en mi caso, he podido verla un millón de veces y siempre he pensado que no había errores en su trama. Ni un fallo en su guion, ni una mínima errata en su producción hasta que... He parado en el minuto 32 y, ¡tachán! Magia potagia, uno de los errores más graves de la historia del cine, ¡y nadie se había dado cuenta! 

Hablo de la icónica escena en la que Vivian (Roberts) desayuna en albornoz mientras Edward (Gere) la observa comer, pero sin probar bocado. En ese momento Vivan sostiene un croissant y, solo diez segundos después, este se convierte inesperadamente en una rica tortita. 

Del croissant a la tortita mágica - adr

Al parecer, Garry Marshall, el director, prefirió la actuación de la actriz en la última parte de la escena, lo que llevó a un cambio no intencionado: un croissant se transformó en una tortita en las tomas siguientes, convirtiendo el primer desayuno de Vivan y Edward en un gazapo que hemos descubierto más de treinta años después del estreno de la peli. 

¿Y por qué tan tarde? Supongo que Pretty Woman está tan bien hecha que no reparamos en pequeñas minucias. De hecho, en petit comité os confesaré que esta es la película favorita de mi madre. Me la puso siendo yo tan pequeña que, cada vez que Vivian sacaba aquel abanico de preservativos para ofrecerle a Edward una noche de pasión y locura (siempre que pagase, claro), mi madre me decía que esos paquetitos de colores eran en realidad fichas del parchís porque los protagonistas estaban a punto de jugar una partida. 

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