Margarita Carmen Cansino, además de someterse a estrictas dietas de adelgazamiento y teñirse de pelirrojo, tuvo que recibir sesiones de electrolisis (el láser de depilación de la época) para lucir una frente idónea, más despejada y amplia, y así poder convertirse en la icónica Rita Hayworth.
Y es que, está demostrado que la frente influye directamente en el balance y la armonía global del rostro. De hecho, tiene que suponer una tercera parte de este, según 'la regla de los tercios':
Beatriz Berenguer, cirujana plástica, reparadora y estética, vicepresidenta de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) y secretaria general de la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica (AECEP), asegura que:
"Las proporciones antropométricas ideales de una frente son cuando supone un tercio del rostro (dividiendo este de manera proporcional en tres tercios: superior, medio e inferior). O cuando mide entre 5 y 6 cm, desde el punto medio de las cejas hasta la línea de nacimiento del cabello"
La causa de tener una frente más grande de lo normal es casi siempre genética (95% de los casos), también depende la raza; en general, las mujeres negras tienen la línea capilar más atrasada, y en otras ocasiones puede deberse a quemaduras, traumatismos o lesiones cancerosas de piel.
Sea cual sea la razón, puede que actualmente una frente sin las medidas 'perfectas' no te cierre las puertas de Hollywood, pero sí puede llegar a acomplejar mucho. ¿A quién acompleja?
"Sobre todo a mujeres jóvenes, entre los 20 y 30 años, que recurren a llevar flequillo, a hacerse peinados que adelantan el pelo hacia la cara y con exceso de laca, y que evitan llevar el pelo recogido o hacerse coletas, ir al gimnasio, nadar en la playa o la piscina, los spas, las saunas, o los días de mucho viento", detalla la doctora Berenguer.
Si nos paramos a pensar, es habitual ver a Dakota Johnson, Jennifer Garner, Olivia Wilde, Reese Witherspoon, Rachel McAdams, Karlie Kloss luciendo flequillo. Y recientemente, la propia cantante Aitana hacía viral un vídeo en TikTok en el que se dejaba ver sin maquillaje y sin flequillo, después de haber confesado: "Es mi mayor complejo".
Según los expertos, en general se trata de mujeres que han sufrido bullying y críticas crueles en el colegio. "Es un complejo que se genera en la adolescencia que es cuando la persona empieza a tener más conciencia de su autoimagen. Estas mujeres han tenido que soportar comentarios del tipo 'se podría jugar un partido de tenis en tu frente' o 'en tu frente podría aterrizar un helicóptero'", revela la Dra. Berenguer.

Hay otro grupo de pacientes, a partir de los 50 años (durante o después de la menopausia), que sufren alopecia frontal fibrosante y como consecuencia su línea capilar retrocede mucho. "Es un perfil de mujer que también está consultando bastante, pero su caso es más complejo de solucionar", se lamenta la doctora Berenguer.
Para la frente no hace falta ni micropigmentación ni injertos
Hasta hace relativamente poco, las únicas soluciones que se conocían para esto eran la micropigmentación y los injertos capilares. La primera opción es poco natural, en opinión de Eloy Condiño, cirujano, plástico, reparador y estético y vocal de la Sociedad Valenciana de Cirugía Plástica.
"Es una técnica similar al tatuaje, una especie de microtatuaje, que oscurece la región e imita el nacimiento del pelo. Pero solo consigue dar un poco de oscuridad en la zona, no queda natural y anatómicamente eso no es pelo ni da sensación de serlo", comenta este experto.
La segunda opción, los injertos, "van genial en hombres a los que se les ha ido retrocediendo la línea de nacimiento capilar o tienen entradas muy pronunciadas, pero en mujeres no resulta igual. Hay que injertar en la propia piel de la frente y es difícil conseguir una cantidad y densidad suficientes. Además, no queda natural", apunta la Dra. Berenguer.
La cirugía: única solución para la frente
¿Cuál es la alternativa? Una cirugía llamada frontoplastia reductora que "en los últimos tres años ha experimentado un crecimiento de un 120 %", según, Beatriz Berenguer, que puede presumir de ser la cirujana responsable de introducirla en España y de llevar más de 500 casos de éxito.
"Cuando exponía la técnica en Europa me miraban como un bicho raro y decían 'no creo que los pacientes acepten una cicatriz en la frente'", recuerda la experta. Hoy en día es ella la que forma en la técnica a esos incrédulos colegas.
¿En qué consiste? Es una cirugía de hospital de día (6 horas de ingreso), que se realiza con anestesia general: "La técnica anestésica BIS nos permite monitorizar la profundidad del sueño, así como una recuperación más rápida", asegura la doctora Berenguer.

La cirugía en sí supone "hacer una incisión justo delante del nacimiento del pelo en forma de zigzag, para que luego se detecte menos y quede oculta por el propio cabello. Después se despega el cuero cabelludo, se relaja o distiende haciendo unas incisiones en el tejido que está debajo de este (se llama galea aponeurótica y se encuentra entre el hueso y el pelo)”, detalla la cirujana.
La cirujana continúa “y se lleva hacia delante, cortando lo que sobra (unos 2 cm de media), y fijando el tejido al hueso del cráneo en su nueva posición sin que haya tensión". Al terminar se dan puntos de sutura internos reabsorbibles y otros externos que se retiran al cabo de 10 o 15 días.
Sales de la cirugía con un vendaje tipo casco que debes llevar los tres o cuatro días posteriores y el postoperatorio es muy llevadero y poco doloroso. "Al cuarto día ha desaparecido la inflamación y te puedes incorporar a tu vida laboral y social", asegura la doctora.
Tanto 15 días antes como 15 después de la cirugía hay que realizar unos automasajes en la zona para relajarla. Y para que la cicatriz sea lo menos perceptiva posible se recomienda aplicar cremas cicatrizantes y regenerantes.
Un plus: se puede combinar en la misma intervención con un lifting de cejas. "En lugar de despegar la piel hacia las cejas, lo hacemos desde estas hacia delante y las fijamos en su nuevo sitio. En este caso sí que pueden salir hematomas en frente y ojos", detalla.
La principal preocupación, como en casi todas las cirugías, es la cicatriz, pero evoluciona muy bien: "Del primer al tercer mes se pone muy roja y es cuando es más visible, y del tercer al sexto mes se va haciendo imperceptible. Además, queda oculta entre la línea de crecimiento del pelo", asegura el doctor Codiño.
El precio de esta cirugía ronda los 6000 euros. En definitiva, ya no tienes que seguir sufriendo por tu frente y si tu bolsillo te lo permite y estás dispuesta a pasar por quirófano, tienes una solución segura, de rápida recuperación y para siempre. Eso sí, ponte siempre en manos de un médico con experiencia en la técnica.