La Familia Real española se ha reunido (casi al completo) se ha reunido en Atenas, Grecia para dar el último adiós a Constantino de Grecia. El último rey heleno y hermano de doña Sofía moría a los 82 años el pasado 10 de enero tras debilitarse su estado de salud. Fue durante la tarde del domingo, 15 de enero, cuando la Familia Real española comenzó a llegar al citado enclava. Sí que ya se encontraba en la ciudad helena la reina emérita, ya que se desplazó el pasado 5 de enero al complicarse la salud de su hermano.
Este lunes ha tenido lugar alrededor de las 11:00 horas de la mañana en la Catedral Metropolitana el funeral privado de Constantino de Grecia. Escenario en el que se han reunido diferentes miembros de la realeza europea como la princesa Ana (en representación de la Familia Real británica), Máxima y Guillermo de Holanda, Matilde de Bélgica y el príncipe Alberto de Mónaco, entre otros. Notada ha sido la ausencia de la princesa Leonor (que se encuentra en Gales estudiando en el prestigioso UWC Atlantic College) y de su hermana, la infanta Sofía.

Sus padres, como era de esperar, se han desplazado hasta Atenas para arropar a doña Sofía en este complicado momento. Siguiendo el protocolo, ambos, al igual que el resto de los asistentes han lucido de riguroso negro. Sin embargo, la reina Letizia ha incorporado algunos accesorios a sus estilismos que, desde luego son dignos de analizar. Nada más aterrizar en Atenas, se dejó ver con un abrigo de paño negro atado en la cintura. Al ir abrazada a Marie-Chantal con quien parece haber firmado la paz, dejó ver parte de las joyas que lució en la muñeca.

Si hay algo típico en Grecia ese es el ojo griego, un amuleto que está destinado a proteger el mal de ojo. Se considera un elemento protector de las influencias del mal y supersticiosamente se le atribuyen propiedades mágicas que pueden protegernos de energías maléficas, así como de las personas envidiosas. Doña Letizia llevaba antes de irse a cenar una pulsera plateada con este conocido símbolo, por lo que lo más probable es que haya sido un obsequio.

Un día después de su aterrizaje en Atenas, la reina Letizia acudía al templo religioso junto a Felipe VI. Para la ocasión, la consorte ha continuado apostando por el mismo color. Se ha decantado por un vestido de corte wrap con escote cruzado en pico con solapas, cintura marcada y falda estilo lady. Un estilismo que recuerda al que llevó en el homenaje al duque de Edimburgo en Londres, en marzo de 2022, pero en color verde en aquella ocasión. También tiene otro en gris.
Ha sido entonces cuando se ha podido ver el broche (de los favoritos de doña Sofía) con la perla de La Peregrina. Una de las joyas más valiosas del llamado lote ‘de pasar’ que legó la reina Victoria Eugenia a sus sucesoras. La última ocasión en la que la esposa de Felipe VI la llevó fue en la Pascual Militar del pasado año. Eso no es todo, porque además la reina Letizia ha combinado su estilismo con unos pendientes realizados en oro blanco colgante compuesto por tres pequeños diamantes rematados por otro en forma de lágrima. Joya que llevó la princesa Leonor donde los actos celebrados en las horas previas a la entrega de los Premios Princesa de Asturias. De hecho, estos pendientes ya los estrenó doña Letizia en este mismo evento en 2014. Ha rematado este último estilismo con un recogido alto y un make up realizado en tonos marrones, tonos que son siempre sus grandes aliados cada vez que hace una aparición pública.