El gran día ha llegado para Patricia Rato y Javier Moro. La pareja, que siempre se ha mantenido discreta en estos diez años de relación, se ha convertido en marido y mujer. Un broche de oro a una historia de amor que comenzó por casualidad. Este miércoles 7 de septiembre a las ocho de la tarde se daban el esperado ‘sí, quiero’. Momento en el que han estado acompañados por sus hijos, padrinos y, como es tradición en este tipo de ceremonias, los testigos. El enlace tenía lugar en una parroquia cercana a la finca que posee el novio situada en la provincia de Ciudad Real.

Dos piezas clave en esta unión han sido los padrinos, que han sido, por parte la novia, Luis Alberto Salazar-Simpson, una persona de la máxima confianza de la novia y a quien tiene un gran aprecio. En cuanto a la madrina, ha sido la hermana mayor de Javier, Mercedes Moro Peralta. Presentes en este momento tan especial de la vida del ya matrimonio han estado los dos testigos principales. Por un lado, Cristina Yanes y su marido, José Luis Santos Tejedor y Ángel García-Locarte, íntimo de Moro, junto a su mujer, Ana Gómez.
Esta celebración no acaba ahí, porque este jueves 8 de septiembre, en torno al medio día, tendrá lugar la renovación de votos y acción de gracias ante el resto de los asistentes. Será después cuando continúen celebrando esta feliz noticia en una fiesta a la que acudirá la familia y el entorno más cercano de la pareja. Si todo va según lo previsto, la próxima semana compartirá la primera fotografía de la discreta boda en la que se revelará el secreto mejor guardado: el vestido de la novia. Para este día tan señalado en su calendario en el que se ha prometido amor eterno con Javier Moro, Patricia Rato ha escogido un diseño de su amiga, Marta Rota, de Tot-Hom y joyas de Yanes.

Cuando salió a la luz que Patricia Rato y Javier Moro iban a casarse, Rato confirmó a la revista ¡Hola! la felicidad que sentía por poder dar este gran paso en su vida junto a una de las personas que más quiere. Anteriormente, estuvo casada durante dos décadas con Juan Antonio Ruiz Espartaco. “Mi separación ha sido muy dura, larguísima y muy triste para todos, como supongo que es cualquier separación, por todo lo que conlleva romper una familia”, explicó a la citada publicación.
Pese a que tomaron la determinación de continuar por caminos diferentes, durante todos estos años el respeto ha estado presente en su relación, además mantienen una excelente sintonía junto a sus hijos. Prueba de ello, son las veces que han podido coincidir en un evento, como ocurrió en la fiesta de la mayoría de edad de su hijo. Patricia y Espartaco se conocieron en un festival benéfico cerca de Madrid en el año 1989. Él toreaba y, al final del festejo, Rato fue a saludarle. Fue entonces, cuando Juan Antonio le pidió el teléfono y ella le dio el de la empresa donde trabajaba. No perdieron el contacto y hablaban y se veían cada vez que tenían la ocasión.

“En esos primeros tres meses estuvimos muy poco juntos, pero nuestras conversaciones telefónicas eran eternas. Pagaba unas cuentas enormes. Después ya la invité a la finca, a un herradero de machos, a primeros del año pasado (1990) y conoció a mi familia y a toda mi gente”, contó el propio Espartaco a los periodistas. Una vez dieron el gran paso, Patricia dejó la casa familiar situada en el barrio de Salamanca y se instaló con su marido en la finca donde se criaron sus tres hijos, Alejandra, Isabella y Juan. Por otro lado, Javier Moro, otro de los grandes protagonistas de esta historia, también está divorciado desde hace 25 años y tiene dos hijos.