Aunque tienen sangre azul, los miembros de la realeza se emocionan como el resto de los mortales. Los royals siempre evitan mostrar sus sentimientos y suelen estar algo contenidos, pero en ocasiones el corazón manda y es imposible reprimir las lágrimas.
Reina Sofía
El 1 de diciembre del año 2007, el agente de la Guardia Civil Fernando Trapero, que tenía entonces 23 años, fue asesinado por ETA junto a otro compañero de profesión, Raúl Centeno, de 24 años. Una semana después se celebraba el funeral, al que asistieron los Reyes y los entonces Príncipes de Asturias. Doña Sofía no pudo contener las lágrimas durante la ceremonia, y se mostró muy cercana con los familiares de las víctimas.

Rey Juan Carlos I
Se trata de unas lágrimas que jamás debieron ser vistas durante el funeral del padre de don Juan Carlos I. El que fuera jefe de prensa de la Casa Real, Ramón Iribarren, contaba así lo sucedido: “Se pensó que algunos actos que quedaban reservados a la familia y más íntimos. En un momento concreto el Rey se rompió y echó a llorar y la Reina se le acercó. Aquello acabó, salimos, nos volvíamos para Madrid y me llama mi mujer y me dice: 'Impresionante, sobre todo cuando el Rey ha llorado'. ¿Cómo? ¿Que el Rey ha llorado? Pero si eso no se podía retransmitir”, explicaba Iribarren.

Máxima de Holanda
La royal ha llorado de tristeza y de alegría en varias ocasiones. Una de ellas fue esta, cuando no pudo contener las lágrimas en el funeral por las víctimas del accidente de Apeldoorn.

Matilde de Bélgica
Ante la atenta mirada de la Princesa Leonor, vemos a la royal muy emocionada en el funeral de su tía la Reina Fabiola, con la que mantenía muy buena relación.

Paola de Bélgica
La royal rompió a llorar durante la abdicación de su marido, el Rey Alberto de Bélgica, y posterior proclamación como Rey del país de su hijo Felipe. La nueva etapa que se abría ante sus ojos, hizo que Paola se emocionara libremente y dejara esta imagen para el recuerdo.

Reina Letizia
Probablemente estamos ante el peor momento de la mujer de Felipe VI. Su hermana pequeña, Érika Ortiz, apareció muerta en su piso de Madrid. La joven de 31 años dejó a la familia Ortiz Rocasolano sumida en la tristeza, y la entonces Princesa Letizia agradeció la presencia de todos los medios de comunicación sin poder contener las lágrimas.

Carolina de Mónaco
El 15 de abril del año 2005 fallecía Rainero de Mónaco, dejando el corazón de sus hijos con un vacío imposible de llenar. Carolina estaba muy unida a su padre, y las lágrimas le caían por las mejillas de manera inevitable. Vestida de luto, intentaba contener la emoción pero le resultó imposible.

Mette-Marit de Noruega
La mujer del Príncipe Haakon dio rienda suelta a sus emociones durante la gala de entrega de los premios Nobel de la Paz. Los sentimientos estaban a flor de piel, ya que se trataba de su primera aparición pública tras conocerse que padece fibrosis pulmonar crónica.

Charlene de Mónaco
El 2 de julio del año 2011 los Príncipes Charlene y Alberto se daban el ‘sí, quiero’ ante miles de personas. La exnadadora no pudo contener las lágrimas durante la ceremonia que estuvo cargada de emoción desde el primer momento.

Princesa Charlotte
A todos nos encogió un poco el corazón ver a la pequeña llorando por la muerte de su bisabuela. Charlotte, de siete años, rompió a llorar al salir de la Abadía de Westminster y fue su madre la que se acercó a consolarla.

Sophie de Wessex
Ha sido la royal a la que más hemos visto llorar durante los actos celebrados en honor a la Reina Isabel II. Muchos dicen que era su nuera favorita, y a juzgar por la profunda tristeza que ha demostrado, parece que los rumores no van por mal camino.

Zara Phillips
La primera nieta de Isabel II tampoco pudo contener las lágrimas al ver todos los ramos y fotografías que los ingleses habían dedicado a su abuela.

Meghan Markle
Aunque la mayoría piensa que se trata de lágrimas de cocodrilo, la royal más polémica también se emocionó en el funeral de Isabel II.

Reina Isabel II
La monarca, siempre contenida y siguiendo el protocolo, también mostró su lado más sentimental a lo largo de sus siete décadas ocupando el trono de Inglaterra.
