Crítica 'El campeón': la película de Netflix con el final más impactante de la última década

Un jovencísimo y guapísimo actor, muchos rostros conocidos y una cinta sobre fútbol donde el deporte pasa al segundo plano. 
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Fotograma 'El campeón' - Netflix

El topicazo de que a las mujeres no les gusta el fútbol está más pasado de moda que los calentadores y los bolsos de colores de Blanco, aquella tienda que cerró pero que tantas alegrías nos dio a las Millennials. Si al hecho de que, cada vez son más las adolescentes que apuestan por este deporte, no solo como pasión sino como profesión, el resultado de esta ecuación es sencillo: seguimos avanzando, a paso lento, pero seguimos.

Por eso, El campeón de Netflix no es una película solo apta para machos fornidos que beben cerveza mientras gritan al árbitro en un estadio. El campeón es para todos los públicos, para amantes del fútbol y para las que lo detestáis. Para las que sueñan con ver a sus hijas con la camiseta de su equipo algún día y para las que abandonaron su sueño porque en su época "era imposible ganar dinero con esto siendo mujer".

Pablo Chiapella, Dani Rovira y Luis Fernández, tres pesos pesados del panorama famosil español, se dejan la piel encarnando a tres hombres totalmente distintos unidos por dos cosas: el fútbol y su campeón. Este campeón en cuestión es encarnado por Marcel Serrano, un rapero que improvisa en Instagram mientras te hipnotiza con sus increíbles ojos azules. 

Cuando tenía 13 años, Marcel encontró un libro de poesía de su abuelo que lo llevó a crear sus propias composiciones, sintiéndose poco a poco atraído por el hip hop y el rap más callejero. Crítica social, amor y desamor son solo algunos de los temas que Serrano trata en sus canciones. 

Desconocido para muchos hasta su llegada a Netflix, Marcel, que no había actuado nunca en una gran plataforma como Netflix, demuestra grandes dotes para la interpretación en El campeón, cinta en la que da vida a Diego, quien con solo 20 años acaba de ser elegido como el mejor jugador joven europeo y  cuya misión es convertir a su equipo Atlético de Madrid en campeón de la Liga.

Dani Rovira y Marcel Serrano en 'El campeón' - Netflix

El único problema es que el chico es un desastre. Su complicado carácter le hace pelearse con árbitros, aficionados y hasta sus propios compañeros. Tras vivir un percance con el capitán de su equipo en pleno partido, Diego es sancionado y se queda sin jugar dos partidos, algo que le mata por dentro.

Para lavar su imagen, su padre (interpretado de forma magistral por Pablo Chiapella) y su manager Juanma (Luis Fernández) se proponen contratar a un pedagogo para que le ayude a mejorar sus modales, además de enseñarle a leer y escribir con soltura, algo que nunca consiguió debido a su dislexia y que provocó que le hicieran bullying en el colegio. "Ahora los que me insultaban me aparcan el coche cuando voy a una discoteca", dice Diego en una escena, dejando claro que su objetivo siempre fue ganarse el respeto y la envidia de todos los que un día le insultaron.

Dani Rovira, un crack de la interpretación

A Juanma se le ocurre la brillante idea de contratar como pedagogo a su propio hermano, Alejandro, un hombre traumatizado por el abandono de su padre cuando era un niño y que siente pavor por el contacto humano. A punto de ser desahuciado y perder su casa (lo único que le queda de su madre fallecida), Alejandro se ve obligado a aceptar el trabajo, pues cobrará en unas semanas lo que no cobraría en toda su vida.

Al principio, la relación entre Diego y Alex es pésima y el chico se niega a mostrar su parte vulnerable pues, todo el mundo, desde su represantante hasta la chica que le hace la comida o su propio padre, le hacen la pelota sin piedad prometiéndole cada día el oro y el moro. Pero, aunque parezca que el chico tiene la autoestima por las nubes, en el fondo esconde varios traumas infantiles y una inseguridad descomunal por culpa de su dislexia. 

Paso a paso, Alex le ayudará a quererse y a ganarse el respeto de los demás. Le enseñará a leer con soltura, a controlar sus nervios, a jugar en equipo  y a querer ser mejor persona para poder ser mejor futbolista. Entre ellos se crea una bonita amistad que se hace patente a lo largo de toda la trama mientras, a su alrededor, los que deberían apoyar a Diego son los que más daño le hacen. 

Su padre -es muy gratificante ver a Chiapella, el rey de "salami" y el "cuquiiiii" dando vida al villano de la historia- no lo hace bien, lo hace perfecto, clava el papel de padre interesado y cruel que solo busca el beneficio económico sin importarle los deseos y necesidades de su propio hijo. Tanto que no tendrá miedo a negociar a sus espaldas el fichaje de Diego por un importante club extranjero, a pesar de que el deseo del chico es quedarse en su querido Atlético de Madrid.

Pablo Chiapella y Marcel Serrano en 'El campeón' - Netflix

En definitiva, El campeón es un viaje ligero que trata temas como la amistad, el compañerismo, la familia, psicología y el talento. Dirigida por Carlos Therón, esta película es perfecta para ver en compañía de tus hijos adolescentes para que entiendan que para ser el mejor, no siempre hay que ganar. Solo basta con confiar en uno mismo y apreciar a los que más te quieren.

Además, tiene un final que deja una sensación agridulce, algo inacabado que da pie a una segunda parte. A mí desde luego me dejó con la boca abierta, no voy a hacer spoilers, pero merece mucho la pena quedarse con esas ganas de más. Una cinta entretenida, repleta de rostros conocidos y con un joven protagonista al que seguro volveremos a ver, pues demuestra desenvolverse muy bien entre cámaras y focos.  

¿Críticas? Si lo que quieres ver es fútbol en estado puro, en El campeón no lo vas a encontrar. Las escenas en el campo son bastante surrealistas y parecen más propias de un videojuego que de un equipo de carne y hueso. 

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